Por: Alfredo Serrano Mancilla
El presidente de Perú, Pedro Castillo, habla de todo. La presión del Congreso sobre su gabinete. Una Constitución formal pero sin igualdad. Su infancia con 8 hermanos, la reforma agraria en honor a su padre y una campaña presidencial con covid a cuestas. Los desafíos por delante: “Que las personas no mendiguen por medicina o educación”. Extra: el “cafecito” con Pepe Mujica.
En un diálogo relajado con Alfredo Serrano Mansilla en AM750, el presidente de Perú, Pedro Castillo, plantea los desafíos que enfrenta desde su asunción en 2021 y la necesidad de “descentralizar” el país. “Se ha centralizado la economía, la riqueza, los servicios y la educación en Lima y la gente no ha encontrado mejores oportunidades”, asegura.
Además, Castillo apunta que el Congreso busca imponer la agenda de su gestión. Desde que asumió en julio del año pasado, el presidente peruano debió designar tres gabinetes completos, ya que en Perú el equipo de gestión del mandatario debe ser refrendado por el Parlamento y, si no logra la mayoría de los 130 legisladores, deben renunciar y el mandatario tiene que designar una nueva composición.
Pedro Castillo y los desafíos de la gestión
– Usted fue muy característico por la valentía con la que dijo las cosas. ¿Se puede ser o se debe ser tan valiente ahora que usted es presidente o resulta que es muy difícil?
Bueno, yo creo que nosotros hemos nacido con esa característica y hemos tenido ese don. He pasado por muchas más cruentas y siempre digo que estar acá frente al despacho o atendiendo a la población más vulnerable para mí es también parte de una valentía. Pero más allá de cosas que a nosotros nadie nos va a poner una muestra, dar señales de lucha, dar señales de valentía cuando tienes detrás, cuando tienes en las piernas y en las espaldas todavía las huellas de algunos perdigones. Lo que ves cuando hemos tomado la calle, cuando hemos defendido el medio ambiente, más allá de eso y haciendo gobierno, entiendes el sinsabor del pueblo y por el cual tenemos que seguir bregando.
Yo sé que no van a entender las personas que de una u otra forma aún no asimilan haber perdido esta elección, pero yo quisiera decirles desde este espacio que se saquen eso de la cabeza, de que yo he venido a eternizarme en el poder: el 28 de julio de 2026 daré la posta a quien este país designe como el presidente que me suceda e iré al lugar que corresponde. Me volveré a la escuela, ese es mi espacio, volveré a mi comunidad, volveré de donde he venido.
Grupo Octubre · Entrevista a Pedro Castillo
– ¿En este período que lleva se ha sentido discriminado por su origen de clase, por su ámbito rural, por ser maestro, incluso por el color de piel, hasta por el sombrero? ¿Se ha sentido usted discriminado en ese sentido?
Sí, durante la campaña, más que todo en la segunda vuelta, fue tan duro lo que veía en algunos diarios o radios por cómo hablo. Voy a seguir hablando como hablo, de esta forma natural, conduciendo el país, y no necesito disfrazarme.
Hay una Constitución que nos trata a todos por igual, pero en la práctica no es cierto. Hay una Constitución que un grupo defiende cuando en esos mismos renglones se discrimina a un hombre del campo. Hoy el Perú tiene un presidente provinciano y más allá de quién es quién, luchamos para que el país sea descentralizado, se ha centralizado la economía, se ha centralizado la riqueza, se han centralizado los servicios, la educación, todo en Lima y la gente abandona su chacra, abandona su tierra, abandona a su familia y se ha venido a Lima en busca de mejores oportunidades y no la ha encontrado. Los cerros están llenos, viven bajo esteras, porque no encontraron oportunidades, porque no se descentralizaron los bienes del país a las regiones. Hoy es el momento de devolver ese sueño para que las personas no mendiguen por medicina o educación, ese es nuestro trabajo, no me voy a doblegar, estoy por mandato del pueblo peruano. Y llamo desde este espacio a mis hermanos, a los peruanos, a la más amplia unidad. Solamente unidos vamos a emprender este trabajo. Y acá tienen a un Gobierno que va a disponer de los recursos que tiene este gobierno para darle mejor educación a nuestros hijos, mejores carreteras e impulsar la agricultura, revisar esos contratos que muchas veces hay grandes empresas que han negociado y que han contratado con el Estado.
Yo no voy a pedir para mi bolsillo, no voy a pedir a para mi compadre, voy a hacer que esos contratos se hagan frente al pueblo para que esos convenios se retribuya, a lo cual a los lugares más necesitados.
– El Gabinete de su gobierno está sometido a la aprobación del Congreso. ¿Desea usted que haya una estabilidad para que eso le permita gobernar hacia adelante? ¿Esa preocupación la tiene muy presente?
Lo que pasa es que en el Congreso hay un cierto sector que su respuesta es netamente de carácter político, y cuando yo llamo a un provinciano para ser ministro porque sabe la necesidad del país, como por ejemplo a un maestro para que sea ministro de Educación, no les gusta. Siempre el gabinete debe pedir el voto de confianza al primer poder del Estado, que es el Congreso. Pero cuando yo tengo el gabinete puedo estructurar mi plan de trabajo para bajar a la región o a tal pueblo, y resulta que no lo puedo hacer porque el Congreso llama a los ministros para que respondan tal cosa. El Congreso nos quiere imponer la agenda. Yo convoco al Congreso a que volteemos la página y pensemos en el país y en los más necesitados. No ha pasado por mi cabeza cerrar el Congreso, yo quiero cerrar las brechas de desigualdad de este país, las diferencias entre la clase política, las grandes distancias que existen entre los más necesitados y las personas que comprometen al Gobierno para que llegue el Estado.
Los sueños de infancia de Pedro Castillo
– ¿El Presidente del Perú se acuerda de lo que sueña y de los sueños de cuando era pequeño?
A veces sí y a veces no. En el campo amanecemos en el trabajo y llegamos muy tarde. Siempre hemos soñado que no nos olvidemos de la familia, estemos ligados a Dios, hacer las cosas bien. Quisiera saludar a mi padre, mi madre, mis hermanos, que jamás nos permitieron estar ociosos, perder el tiempo en otra cosa. La honradez ha sido un don maravilloso. Mis padres son iletrados, somos nueve hermanos y mi padre nunca comía solo. Siempre esperaba que estemos todos alrededor de la casa y siempre nos daba un turno. Mi papá solo asistió una semana a la escuela, mi madre no conoce una letra, pero leían muy bien la realidad, la familia y a sus hijos. Nos turnábamos para dar la bendición a Dios al comer. Eso fue más que una escuela, lo trasladé a mi accionar como joven, en la escuela, en la universidad, no hay que compartir las amarguras, sino también los buenos momentos. Hoy he venido a ser presidente de la República sediento de justicia, igualdad y oportunidades. Que lo que tiene el Perú sea para los peruanos, que lo que tiene el Gobierno sea de los más necesitados sin robarle un centavo al país. Tenemos muchos problemas en cuanto a situaciones reivindicativas y por eso estoy acá.
– ¿Cómo era de pequeño? ¿Estudioso, rebelde, travieso, valiente?
Siempre he sido valiente, no me he corrido de los retos. Recuerdo que me atrevía a cualquier cosa. Siempre me ha salido bien, a veces desafiando también al maestro, pero en tonos respetuosos. Siempre he ido detrás de los sueños para hacerlos realidad. Extraño labrar la tierra, y es lo que quiero hacer. Lanzo una segunda reforma agraria por amor a mi padre, porque somos agricultores y vamos a trabajar para impulsar represas, cosechas de agua al lado del agricultor para impulsar la agricultura. Si no trabajamos, ¿de dónde salen los frijoles? Es importante decirle al país y al mundo que todo debe ser producto de un esfuerzo.
– ¿Qué quería ser de chico?
Siempre anhelé ser maestro. Veía a mi maestro, que llegó sufriendo, caminando como tres días desde Chota, cómo se disponía, como atendía, era como un padre para nosotros. Éramos compañeritos que cada uno tenía su realidad. Yo quería ser como ese hombre que luchaba, que tenía amor por los niños y sabiduría, que hablaba tan bonito. He llegado a ser maestro de mi propia escuela, donde cursé los primeros años de vida, fui director incluso, y desde ese lugar enarbolé esta lucha política.
– Presidente, tuvo que trabajar de mil cosas, recorrer mucho el país. ¿Qué se acuerda de algún trabajo que lo hacía reír y otro que seguro no le gustaba por lo sacrificado?
Recuerdo que para ir a la escuela teníamos que ir a mudar los animales, los caballos, luego labrar un surco de maíz y terminar esa tarea. A la tarde volvíamos, teníamos en la cabeza que si no trabajas, no comes. Siempre ha sido así. En la institución educativa de primaria no había jardín, yo llegué a la escuela a los siete años y había un profesor y sólo se estudiaba hasta tercer grado y cuarto, quinto y sexto se hacía a una hora y media a pie. Solo terminamos dos. Mi padre me enseñó a sembrar café, arroz, papa, maíz, cosechar todo, cómo se cría un animal, cómo ordeñar una vaca, montar un caballo. No me olvido de esa vida.
– ¿Cree que ese tipo de saberes son subestimados hoy en día por la sociedad en la que vivimos?
Eso falta, respetar la identidad, hay que motivar a las personas para que saquen lo que tienen adentro. A nosotros nos enseñaron no ser ocioso, mentiroso ni ladrón, entonces siempre está en la cabeza eso. Tenemos permanentemente esa lucha. Mi padre me separó dos años de la escuela, no fui a la secundaria porque había recursos muy escasos. Mi hermano más grande convenció a mi padre para que yo termine la secundaria. Salía a las cinco de la mañana y era el primero en llegar y luego seguir trabajando en la casa. En las vacaciones seguía yendo a cosechar café, arroz, ayudaba a mi padre a criar animales, pero gracias a un tío muy querido me trajo a Lima, estaba en el tercer año de la secundaria, que me decía que si no trabajaba no comía.
– ¿Mantiene algún tipo de relación con aquellos alumnos que tuvo en esa época?
En este recorrido los encontré como jefes de campaña en su comunidad, pintando el lápiz, pintando mi sombrero. Pero sucedía que es una comunidad bastante carente. Voy a retornar a esa comunidad para reconstruir esa escuela. Lo primero que hice es llamar a la familia y llamar a los maestros y decir que hay que ser por los maestros. Y así fue como me metí en el seno del magisterio y empecé por la lucha reivindicativa de los maestros y en el 2017 se gestó una lucha donde yo la encabece a nivel nacional e fui conocido a nivel nacional.
– De hecho, fue elegido presidente del Comité de Lucha de las Bases Regionales del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú Sutep. Luego también fue Secretario General de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú. Y ahí es donde, como usted dice, es protagónico en la lucha de los Derecho por los maestros en el año 2017, donde se hace más conocido. Ahí se genera una negociación del Presidente, por aquel momento de inscri, pero no le invitan a usted a Palacio de Gobierno. ¿Cuándo fue la primera vez que pisó el Palacio?
El 28 de julio. Porque no sé por qué empezaron también, o porque la lucha es una lucha desigual. También hubo problemas internos con el magisterio, porque y ahora nunca el gobierno en el Perú durante los 200 años jamás prioriza la educación peruana. Hay mucho por hacer en la educación del país, los maestros en sus luchas diarias nos han motivado de sobremanera. En el Perú hay más de 500 mil maestros en actividad. El maestro cesante va con una pensión precaria. Hay maestros tuberculosos, totalmente abandonados, hay maestros que van a la selva, se toman una lancha y van siete días para llegar a su escuela y retornan después de meses a su familia. Y los que pueden salvarse de algún ácido, de alguna enfermedad endémica, vuelve, pero no hay presencia del Estado.
Vieron que enarbolamos una lucha totalmente reivindicativa. Venimos a esa lucha diciendo que primero es el pueblo, primero es lo primero en la educación del pueblo y hoy estamos en el gobierno y primero la educación del pueblo peruano. Primero son los niños: 8 millones de estudiantes en este país que vamos a hacer todo lo posible para que ningún alumno se quede sin ningún útil escolar, que ningún alumno esté con el estómago vacío, que ningún alumno esté sin sin un techo y que a ningún alumno le nieguen sus sueños para seguir estudiando.
La transformación en Presidente
– ¿Qué le dijo su familia el primer día que les dijo que quería ser candidato a Presidente?
Recuerdo que Lilia, Arnold y Alondra me esperaban para cenar y ese día yo ya logré la inscripción y fui y les dije que me iba a postular a la Presidencia de la República. Me dijeron “ven a comer y beber”. Pero yo tenía bastante fe, imagínense dentro de tantos candidatos un maestro que en su boleto de pago tiene tres mil soles de haberes y solamente recibe 1200 porque el resto son préstamos… Fui consciente y dije “voy a encomendar esta causa, esta candidatura a Dios por hacer bien por el país”. Y así fue y al final llegamos a Palacio.
– Presidente, de su grupo más cercano quién creía de verdad que iba a pasar a segunda vuelta? ¿Usted lo creía?
Mire, yo siempre creí y la compartí con algunos maestros cercanos en alguna de las regiones del país, si cada maestro me garantizaba diez votos en la mesa, ya tengo tres millones de votos solamente de los maestros. Ahora mi familia, el resto mis vecinos debo llegar a unos dos millones de votos y ya paso la segunda vuelta. Y empecé a recorrer el país, pero fui el primer candidato que me cogió el Covid, estuve días en Lima. Entonces bajaba a los pueblitos y no había ningún pueblito donde no me conocieran, todos estaban organizados recibiéndome.
– Fue un momento muy difícil la segunda vuelta porque hubo el desconocimiento de los resultados por parte de su rival, de muchas voces también. ¿Cuál fue llamada que le dio una gran alegría para felicitarlo como Presidente y que no se esperaba?
Bueno, el compañero (Alberto) Fernández, me llamaron de Bolivia, de Ecuador, de México, también de la misma Comunidad Europea, de la OEA y de algunos, algunos vecinos y paisanos nuestros, la comunidad que está en el exterior. Era notorio, no se podía tapar el sol con un dedo. Ha sido una lucha desigual y aún sigue siendo desigual, pero yo soy muy respetuoso de la de la vía democrática, como siempre se ha dado en cualquier espacio, en cualquier escenario social, las minorías tienen que someterse al mandato mayoritario.
Ping pong
– ¿Con qué político le gustaría tomarse un cafecito?
Con mi maestro, Pepe Mujica.
– Lo que menos le gusta hacer como presidente
Estar encerrado. Quiero salir al pueblo…
-¿Duerme menos horas?
Sí, tres horas
-El Papa Francisco
Un hermano
-Una palabra para dejar en La Pizarra
Perú. Para todos los peruanos.
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