El sondeo de la empresa Ipsos precisó que la mandataria cuenta con la aprobación de solo 9 por ciento, menos de la mitad de la de 21 por ciento que tenía en la consulta mensual de la misma compañía al iniciar su mandato , bajo fuertes resistencias sociales, en diciembre de 2022.

En tan poco tiempo de gestión, lograron mayores niveles de aprobación los expresidentes Valentín Paniagua (prosional 200-2001), Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-11), Ollanta Humala (2011-2016), Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), Martín Vizcarra (2018-2020), Francisco Sagastin (2020-2021) y Pedro Castillo (2021-2022).

La presidenta ha desdeñado reiteradamente las sondeos y hasta ha insinuado que las empresas que los realizan serían venales o sobornables.

“Desde el Gobierno les decimos: no trabajamos para las encuestas, nosotros estamos trabajando para que podamos desarrollar el país y ahí ponemos la plata, no para pagar a las encuestadoras”, dijo la semana ante otro resultado adverso.

La impopularidad de Boluarte es atribuida por analistas políticos a problemas como la represión a las protestas contra su ascenso a la Presidencia, con un saldo de 50 civiles muertos, y más recientemente por el uso de joyas de lujo que no había declarado al fisco, temas que son investigados por la Fiscalía de la Nación.

El analista Alejandro Boyco señaló que Boluarte tiene los niveles de aprobación más bajos en la historia reciente y ello debido a una especie de pecado original.

Explicó que la mandataria asumió el cargo por sucesión, pues era vicepresidenta de Pedro Castillo, encarcelado y destituido por intentar la disolución del Parlamento opositor, con el que ella concertó una relación de coexistencia y abandonó el programa de Castillo.

Según Boyco,por el análisis de las encuestas «se entiente que nadie se siente representado por ella, ni los votantes de Perú Libre (partido por el que Castillo fue elegido), ni la oposición”.

De otro lado, Boluarte tiene una relación ardua con la prensa, que la critica porque lleva semanas sin dar conferencias de prensa ni hacer declaraciones a los reporteros.