Por: Cecilia Vergara Mattei
A solo tres meses de que concluya el trabajo de la Convención Constitucional, la Secretaría general de la Presidencia chilena confirmó para el 4 de setiembre el plebiscito de salida en que la ciudadanía decidirá si quiere o no una nueva Constitución.
2022 es un año crucial para el país: con nuevo presidente, nuevo Congreso y, si se aprueba, una nueva Constitución.
El presidente Gabriel Boric, abogó este martes por acuerdos amplios y por «modificar lo que haya que modificar» para lograr una nueva Constitución que sea «un punto de encuentro» para los chilenos, al considerar «preocupantes» los sondeos que muestran una ventaja del rechazo a la nueva Carta Magna. “Son un llamado de atención para todos los que confiamos en este proceso y los que creemos que este proceso es necesario», dijo Boric durante la visita de Estado que realiza a Argentina.
El mandatario reconoció haber conversado con gente que en el plebiscito de 2020 votó a favor de iniciar el proceso constituyente «y que hoy tiene dudas». «Esas dudas no pueden ser sencillamente ignoradas. La discusión no es solamente comunicacional, no se le puede echar solamente la culpa a lo externo, también hay responsabilidades de quienes creemos en el proceso. Y mi llamado es buscar la mayor transversalidad y amplitud posible para construir una Constitución que sea un punto de encuentro», dijo.
Boric deseó que el plebiscito «sea un punto de encuentro entre los chilenos y chilenas, lo que implica que hay que darse espacio para reflexionar, pensar para que los acuerdos sean más amplios que lo que han sido hasta ahora para modificar lo que haya que modificar y yo tengo una profunda confianza en la Convención», concluyó.
La Convención Constituyente se trazó un plan ambicioso que reflejó muchas de las demandas del estallido social de octubre de 2019, cuando miles de personas se lanzaron a las calles exigiendo mayor igualdad en un país que en las últimas décadas ha funcionado con un modelo neoliberal de libre mercado instaurado por la dictadura de Augusto Pinochet, absolutamente injusto con los sectores menos favorecidos.
Por primera vez en la historia de Chile, en octubre de 2020 se preguntó a la ciudadanía si aprobaba o rechazaba la redacción de una nueva Constitución. El resultado fue abrumador: un 78% de la población votó por el cambio de la Carta Magna, dando oportunidad para que por primera vez desde 1833 la Constitución fuera redactada por una convención ciudadana elegida en votación popular.
El 4 de septiembre, fijada para el plebiscito, es una fecha simbólica en Chile ya que las elecciones de presidentes se realizaban ese día. Pero en 1973 el golpe militar encabezado por Augusto Pinochet acabó con esa tradición tras derrocar al socialista Salvador Allende e iniciar una dictadura de 17 años.
Tras estallido social que se prolongó durante meses, la Convención Constitucional inició su trabajo el 4 de julio de 2021 con la tarea de escribir una nueva Constitución que reemplace a la heredada de la dictadura. Tras concluir los primeros nueve meses que los 154 miembros de la Convención tenían para entregar el proyecto, la Directiva de la Asamblea amplió por tres meses más el periodo para concluir su tarea, plazo que terminó el 5 de julio.
Una vez entregado el borrador de la carta magna, habrá dos meses para que la sociedad chilena analice el texto y luego acudir a las urnas en el plebiscito obligatorio al cual deberán acudir más de 15 millones de votantes, quienes decidirán entre las opciones «Apruebo» o «Rechazo». Si se aprueba, la nueva carta fundamental sustituirá a la actual.
Preparando el plebiscito
Para facilitar la participación en el plebiscito de salida del proceso Constitucional, el ministerio Secretaría General de la Presidencia puso discusión inmediata a la iniciativa parlamentaria que busca georreferenciar al electorado para acercar los locales de votación según sus domicilios, ingresando a su vez una serie de indicaciones destinadas a adaptar los plazos necesarios para elaborar y auditar el padrón electoral, entre otras.
Por otra parte, menciona la votación- cuyo carácter será obligatorio- contemplará las opciones de “Apruebo” y “Rechazo” al nuevo texto constitucional. Cabe señalar que la Mesa de la Convención activó la prórroga de tres meses que amplía las funciones del órgano constituyente hasta el 5 de julio.
Con el articulado que ha sido aprobado hasta el momento, el borrador de nueva Constitución da señales de un nuevo diseño institucional basado en un modelo de equilibrio entre un Estado unitario central y una estructura de autonomía regional, cruzado con el reconocimiento de un Estado Plurinacional.
Estos avances en materia de régimen político suponen una transformación profunda a las instituciones tal como se las conocía y que se complementan con la incorporación de normas inspiradas en demandas ciudadanas, como género y paridad, reconocimiento de la crisis climática, libertad de prensa y expresión, entre otras.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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