Fuente: Terc3ra
Las opciones de Chile están sobre la mesa, la derecha en el eventual retorno de Sebastián Piñera al Palacio de La Moneda, o la centroizquierda encarnada por el senador independiente Alejandro Guillier.
Las opciones de Chile están sobre la mesa, la derecha en el eventual retorno de Sebastián Piñera al Palacio de La Moneda, o la centroizquierda encarnada por el senador independiente Alejandro Guillier.
Sin sobresaltos y algunos márgenes de sorpresa, el proceso electoral chileno ya tuvo una primera vuelta el pasado 19 de noviembre y como finalistas quedaron Piñera y Guillier. Pero algo cambió desde entonces.
Primero, el ascenso del joven Frente Amplio (FA), agrupación de pequeños partidos y movimientos de izquierda que consagró por primera vez a 20 diputados y un senador, y muy en especial, el encumbramiento de la periodista Beatriz Sánchez.
Sánchez de cierto modo es la causa de que los comicios, tal como predecían encuestas mañosas, se inclinara definitivamente por el ex mandatario conservador que llegó incluso a pensarse arrasaría con las votaciones.
No fue así y la antigua comunicadora quedó tercera con poco más del 20 por ciento de los sufragios, superada por Guillier con 22,7 y Piñera con un 36,6 por ciento de sabor amargo.
Ni siquiera el ascenso de la ultraderecha representada por José Antonio Kast (7,8%) salvó la situación. Una simple suma aritmética repite que si la centroizquierda cierra filas, no habría espacio para Piñera.
Sin embargo, el entramado es mucho más complejo. El multimillonario, que gozó del favor de encuestadoras totalmente parcializadas, varió su estrategia de político centrista y hasta contemporizador con medidas de alcance social.
Incorporó a deportistas famosos y algunos artistas a su equipo, sumó a irreverentes de la derecha como el senador Manel José Ossandón, e hizo trabajar a toda marcha a la maquinaria mediática y empresarial, prácticamente de su lado.
Buscó las grietas dentro de la Democracia Cristiana y algunos sectores distanciados de Guillier para así dejar el terreno en zona movediza.
Un sondeo realizado por Orbe con periodistas, politólogos intelectuales y ciudadanos en general confirmó que como repiten en Chile, ‘el juego está abierto’ para este domingo 17 de diciembre en el balotaje.
Guillier, también otrora periodista, si bien no logró cautivar a todos los adeptos del Frente Amplio, mejoró su imagen con mayor firmeza en sus planteamientos programáticos y alineó a parte de la sociedad en su contingente.
Criticado por algunos como el continuismo de Michelle Bachelet, quien debió sobreponerse a un escándalo familiar durante gran parte de su período presidencial, o de falta de verticalidad, constituye en todo caso la alternativa contra Piñera.
Según el sondeo de Orbe prevalece el empate técnico. Un segmento considera que ganará Guillier con el 50,5% de los sufragios. Otro grupo se inclina por Piñera en razón de la tendencia al abstencionismo.
La esperanza de Guillier es que los menores de 30 años se decidan a ejercer su derecho al voto (que es voluntario), junto con los ‘millenials’ que sobrepasan esa edad. De lo contrario, el camino quedaría expedito para Piñera.
Dentro de una campaña en la que no han faltado los golpes bajos y las constantes descalificaciones al legislador, resulta significativo, empero, que el ex gobernante siga sin despegarse de su rival.
Sus torpezas al acusar sin fundamento de votos marcados en primera vuelta, el mal manejo respecto a asuntos de sexualidad y aborto, y hasta el espaldarazo abierto de los defensores del dictador Augusto Pinochet, pudieran pasarle factura.
Guillier se despidió con un apoyo bastante relevante, el ex mandatario uruguayo José Pepe Mujica, una figura altamente admirada y popular en Chile, quien vino expresamente a alentar al electorado.
De todas formas, la marca de ausencias de más de la mitad de los votantes (de un total de 14 millones de ciudadanos) en las urnas en primera ronda, puede resultar crucial. (Tomado de Semanario Orbe)
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