Por: Marco Teruggi
Las elecciones determinarán el rumbo que tomará el país a dos años del estallido social que permitió abrir las puertas a un cambio de la constitución, pero que guarda heridas abiertas, como lo evidenció el suicidio de Patricio Pardo, víctima de la represión.
Chile tendrá nuevo presidente en una semana. Las campañas de Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad, y de José Antonio Kast, del Partido Republicano, se encuentran en pleno desarrollo, marcadas por los debates, intentos de conquistar nuevos segmentos sociales y acusaciones cruzadas. Se trata de una contienda que enfrenta a dos modelos que se presentan en las antípodas, en un país recorrido por un río continuo de acontecimientos políticos que detonó con el estallido de octubre del 2019.
La elección despertó la movilización de numerosas personas, convocadas tanto para defender a uno de los candidatos, como para enfrentar a la amenaza que percibe en su contrincante. Quienes apoyan a Kast proyectan en Boric un peligro comunista, en un discurso alineado al que ya es habitual en derechas de varios países de América Latina y España. “Mientras Chile exista, jamás será marxista”, fue, por ejemplo, una de las consignas del banderazo por el candidato del Partido Republicano convocado el sábado en Santiago. La concentración estuvo marcada por una bandera con la consigna de “no más terrorismo en Chile”, evocaciones a Donald Trump o Javier Milei, un discurso contra “la izquierda”.
La construcción del clivaje “libertad o comunismo” ya había sido planteado por Kast en el discurso de la primera vuelta, que ganó con 27.91%, un total de 1.961.779 votos. El candidato fue modificando varios aspectos programáticos desde ese momento hasta la actualidad, en particular el relacionado a las mujeres, debido al impacto negativo de su propuesta de cerrar el ministerio de la Mujer y Equidad de Género. Kast, con una trayectoria de propuestas conservadoras, como plantear “derogar la ley del aborto”, realizó una modificación discursiva para ahora afirmar que “si hay algo nos interesa es resguardar y proteger los derechos de la mujer”, y puso el eje de las mujeres en un lugar destacado en sus discursos.
Enemigo interno
El cambio de propuestas abordó varios temas, aunque siempre desde una perspectiva atravesada por la idea de existencia de un enemigo interno que abarca desde la izquierda hasta el conflicto mapuche en el sur de Chile. Ese punto apareció reflejado cuando Kast reafirmó su posición a favor de otorgarle mayores facultades al presidente que podría, sin necesidad de invocar un Estado de excepción, “ordenar, interceptar, abrir documentos y toda clase de documentaciones, y arrestar a personas en lugares distintos a cárceles”. Su postura, sostenida durante un debate presidencial el día viernes, generó una respuesta del entrevistador quien sostuvo que “eso era lo que hacía la DINA”, en referencia a los métodos utilizados por la Dirección de Inteligencia Nacional, la policía secreta que operó durante los primeros años de la dictadura de Augusto Pinochet.
La posición de Kast ante la la dictadura de Pinochet -el candidato, por ejemplo, formó parte de la campaña del plebiscito en 1988 para la continuidad del dictador- es uno de los puntos destacados por Boric en su campaña. “Nuestro contrincante a la presidencia sigue reivindicando la dictadura de Augusto Pinochet, y es la continuidad reforzada del presidente que le declaró la guerra a su propio pueblo, que es Sebastián Piñera”, afirmó en un encuentro realizado con víctimas de la violencia policial durante el estallido, como la ahora senadora Fabiola Campillai, el joven Gustavo Gatica, y la madre del Alex Nuñez, que le dieron su apoyo.
Acto con víctimas de la represión
El acto con familiares de la represión contra el estallido del 2019, que dejó más de 30 fallecidos y 460 personas con lesiones oculares, fue una de las actividades de Boric en las cuales recibió respaldo de sectores sociales y políticos de izquierda que, durante la primera vuelta no necesariamente acompañaron su candidatura debido a una serie de críticas contra el candidato, como su rol durante el estallido. La amenaza de una posible victoria de Kast convocó a varios actores que decidieron respaldar su campaña, que en la primera vuelta llegó en segundo lugar, con el 25.82%, 1.815.024 votos, en una elección donde votó el 47.3% del padrón electoral. Una de las apuestas es lograr sumar a partes del electorado que se abstuvo.
“Quiero decirles a los adultos mayores de Chile, que viven con una pensión mínima, que vamos a terminar con el sistema de AFP, y vamos a aumentar las pensiones en 250.000 pesos (…) vamos a crear un sistema nacional de salud igualando hacia arriba y disminuyendo las listas de espera, nos vamos a jugar por recuperar la educación pública”, afirmó el candidato en un acto con movimientos sociales de lucha por la vivienda, el sábado en el sur de Santiago, en una actividad para acercarse a las zonas populares.
Los apoyos al candidato a Apruebo Dignidad ocurrieron a su vez por parte de sectores de centro-izquierda o de centro, como el ex candidato Marco Enríquez-Ominami, y la ex candidata Yasna Provoste, quien en la primera vuelta estuvo al frente del Nuevo Pacto Social, una actualización de la exConcertación. Los respaldos llegaron, a su vez, a nivel internacional, como, por ejemplo, por parte de la candidata del Partido Socialista de Francia, Anne Hidalgo, el ex presidente Lula da Silva en su visita en Buenos Aires, y numerosos sectores de izquierda, como el diputado por Barcelona, Gerardo Pisarello.
Kast, por su parte, también recibió un acompañamiento internacional por parte de actores políticos como el escritor peruano Mario Vargas Llosa, el venezolano acusado de intentos de golpe de Estado, Leopoldo López, así como VOX, el partido de ultraderecha de España. Internamente el candidato del Partido Republicano obtuvo el apoyo, por ejemplo, de los excandidatos de la derecha, tanto Sebastián Sichel, como Joaquín Lavín, derrota por el anterior en la primaria para la primera vuelta. Franco Parisi, quien salió tercero en las presidenciales y se encuentra en Estados Unidos desde donde hizo campaña, anunció por su parte no tener acuerdo con Kast, así como tampoco con Boric, en medio de nuevas acusaciones, esta vez por el uso de recaudaciones durante su campaña.
La última semana de campaña estará marcada por el debate televisivo del lunes entre ambos candidatos, los recorridos por diferentes regiones, y los cierres de actividades el día jueves en Santiago. Se trata de la recta final antes de la elección que determinará el camino que tomará el país a dos años de un estallido social que permitió abrir las puertas a la convención constitucional en curso para redactar un nuevo texto constitucional, pero que guarda heridas abiertas, como lo evidenció el reciente suicidio de Patricio Pardo, víctima de trauma ocular, o las protestas que cada viernes en la noche ocurren en la conocida como Plaza de la Dignidad para pedir libertad a los presos de las protestas.
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