por: Enrique Gutiérrez
Informacion adicionalMiles de estudiantes chilenos volvieron hoy a salir a las calles para exigir una profunda reforma educativa que lleve a un sistema de enseñanza pública gratuita y de calidad, en la segunda manifestación de carácter nacional este año, ya que hubo movilizaciones en ciudades como Valparaíso y Concepción.
La marcha nacional, convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), reunió a unas 80 mil personas, de acuerdo con los organizadores, y a unos 37 mil, según las autoridades. En Santiago, la protesta transcurrió pacíficamente y sólo al final grupos de encapuchados provocaron desmanes y la intervención de la policía, con saldo de 73 detenidos y tres policías y un periodista lesionados.
Jóvenes con disfraces marcharon y bailaron con pancartas alusivas a “no vender la educación”. La marcha partió de la Universidad de Santiago y culminó en el Parque de los Reyes, en medio de un férreo control de la policía militarizada de carabineros.
“Si no presionamos los cambios no van a llegar y seguirá la segregación en la educación”, declaró el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Diego Vela. Destacó el carácter nacional de la manifestación, y anticipó que el 21 de mayo “volveremos a marchar y esa será la última oportunidad del gobierno para generar cambios y cumplir sus promesas”.
Otro de los líderes estudiantiles de la Universidad de Chile, Andrés Fielbaum, subrayó que la exigencia del movimiento estudiantil es por una educación gratuita que no dependa de un bono o un cambio en un formulario. Agregó que “la educación es un derecho” e insistió en la necesidad de buscar una forma efectiva de poner fin al lucro, así como medidas para fortalecer la educación pública.
Carolina Schmidt, nueva ministra de Educación, dijo: “nuestro sistema educacional tiene profundas injusticias. Es un deber de las autoridades y del mundo político avanzar hacia corregir esas injusticias, así como del movimiento estudiantil manifestarse para, justamente, relevar la importancia que requiere la educación en nuestro país”.
Schmidt, quien enfrentó hoy la primera protesta estudiantil, fue acusada por los estudiantes de haber suprimido miles de becas tras asumir su cargo hace dos semanas.
El presidente chileno, el conservador Sebastián Piñera, reiteró su rechazo a las exigencias de una educación pública gratuita y de calidad, al señalar que no está de acuerdo en que “el dinero de todos los chilenos pague la educación a los más ricos”. Añadió: “Creo que el Estado no tiene derecho a monopolizar la educación”.
La ex mandataria socialista Michelle Bachelet, favorita para los comicios presidenciales del 17 de noviembre próximo, sostuvo que hay que avanzar en la gratuidad en educación y descartó que ésta beneficie a los ricos.
El movimiento estudiantil, en lucha desde 2011, quiere poner fin al modelo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). A la fecha, son menos los escolares que asisten a escuelas públicas gratuitas y la mayoría va a colegios privados en los que se pagan mensualidades compartidas entre padres y el Estado. Pero en el ámbito universitario no existe la gratuidad.
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