Por: Juan Carlos Ramírez Figueroa
Este fin de semana los chilenos deberán marcar su voto en cuatro papeletas: gobernadores, alcaldes, concejales y —lo más importante— los 155 convencionales constituyentes. Ellos serán los responsables de redactar la nueva Carta Magna.
Este fin de semana Chile vive una jornada histórica: entre hoy y mañana más de 14 millones de votantes elegirán a los responsables de elaborar la nueva Constitución que reemplazará a la de 1980 instaurada por la Dictadura de Pinochet. Serán 155 escaños incluyendo siete reservados para pueblos originarios. Al mismo tiempo, se realizan las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales.
Son cuatro papeletas que según cálculos del Servicio Electoral Chileno (Servel) tomará como promedio cuatro minutos en ser votadas, algo que complicó incluso al presidente Sebastián Piñera como reconocería a la prensa tras emitir sus votos, al mismo tiempo de elogiar este proceso que, por cierto, fue la salida política a una crisis que lo tuvo al borde de un juicio politico o acusación constitucional, como se conoce en Chile.
Sin embargo, estos comicios, en plena pandemia, han tenido dificultades que contrastan con otras jornadas. En primer lugar, costó constituir las mesas porque no habia muchos muchos voluntarios dispuestos a fiscalizar sufragios dosdías seguidos en plena pandemia. Además, la información en algunos centros de votación era confusa, se registraron largas esperas en comunas como Santiago Centro o Providencia, lo que generó la indignación sobre todo de adultos mayores que esperaron al aire libre por más de una hora.
También estaban las boletas, donde en el caso de los concejales llegaban a tener cien candidatos, lo que, aunque parezca increíble, volvía difícil ubicar el nombre del candidato por el que se quería votar. Y finalmente había algunos locales donde habían problemas con los baños, algo que considerando el Covid-19 no era un tema menor.
De hecho el Colegio Médico lamenta que las cifras no sean tan positivas con una media de 5700 contagios diarios, cuando se esperaban 3.500-4000. Todo esto, a pesar de las vacunaciones y teniendo a las ciudades grandes -incluyendo la región metropolitana de Santiago- en Fase 1, es decir, sin posibilidad de desplazarse, excepto para actividades esenciales.
De todas formas, había buen ánimo al menos en la capital de Chile, donde los votantes son conscientes de la importancia de este proceso constituyente —inédito en la historia reciente— que surgió tras el llamado Estallido Social de octubre de 2019, en el que tras semanas de intensas protestas y violencia policial se logró un acuerdo que fue ratificado en el plebiscito de octubre del año pasado, en el que el 78 por ciento de los chilenos decidieron cambiar la carta magna, de los cuales el 79 por ciento optó por el formato de convención constituyente, es decir, que cualquier persona, con o sin representación partidaria, podría postularse para participar en su redacción. La opción perdedora era la convención mixta, que incluía un 50 por ciento de participación parlamentaria.
Insultos contra Piñera
A siete meses de las elecciones presidenciales, varios candidatos han aprovechado para hacer acto de presencia aprovechando la generosa tribuna de los medios de comunicación chilenos que han transmitido prácticamente en cadena este proceso. Por ejemplo el candidato del PPD (Partido por la Democracia), partido tradicional de izquierda, Heraldo Muñoz, aseguró que esta instancia ciudadana construirá “un nuevo Chile” y que será “más justo, digno, igualitario y más próspero” e hizo memoria de las luchas contra la Dictadura y lo inédito de votar por quienes redactarán una nueva constitución. Gabriel Boric del Frente Amplio, con 35 años de edad la apuesta más joven de las presidenciales, aseguró que “hoy se lograron derribar varios muros gracias a la movilización del pueblo”. El derechista Joaquín Lavín (Unión Demócrata Independiente) que actualmente es alcalde de Las Condes también recalcó que esta es una jornada “histórica”.
Sin embargo, la performance que más impacto generó fue la de la diputada Pamela Jiles, del Partido Humanista, quien ha sido rostro de la exitosa iniciativa parlamentaria para permitir qe los chilenos puedan retirar una parte de sus jubilaciones privadas o AFP para paliar los efectos económicos de la pandemia, propuesta resistida por Piñera y parte de la derecha chilena. Jiles cuenta con una sólida base de seguidores en las redes sociales a los que llama “nietos” o “nietitos” aprovechando su conocimiento de la cultura pop, especialmente del animé japonés, el pop coreano y apoyo a las diversidades sexuales. Formada como periodista de oposición en los años ochenta y cuya pareja Pablo Maltés es candidato a gobernador (y cuyos seguidores llaman “abuelo”), insultó en directo a Sebastián Piñera (aunque sin mencionarlo directamente), ante el espanto de los presentadores de canales como Televisión Nacional de Chile.
“Vengo a votar por el abuelo Pablo Maltés, el abuelo gobernador, lo que significa votar contra el asesino conchadesumadre, asesino igual que Pinochet. Tenemos hoy día que votar por independientes, porque la clase política quiere secuestrar nuestra asamblea constituyente. Tenemos que votar por Pablo Maltés porque eso significa votar por la abuela Pamela Jiles, tener un cuarto retiro, un quinto retiro, destruir a las AFP que nos han esquilmado”.
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