Por: Jaime David Farías Deiva
¿Hasta cuándo debemos soportar anuncios y discursos de Sebastián Piñera, en un contexto de profunda sensación de impunidad a las violaciones de derechos humanos? dice una joven manifestante.
En estos días en plaza dignidad, nuevamente una niña de 15 años sufre el impacto de un proyectil en la cabeza, así como un joven de 35 años recibe un tiro, como consecuencia de esto: hundimiento craneal. Entre represión, lacrimógenas y bastonazos de la policía militarizada de Piñera, Blumel y Espina, existe una generación de jóvenes que están decididos a no abandonar las calles, hasta alcanzar el tan anhelado territorio de justicia y equidad que necesita la gran mayoría de los chilenos.
La norma y el orden criminal de Sebastián Piñera y su elite político-empresarial, busca aplicar agendas sociales: “antiabusos”, “políticas públicas” y “seguridad”, solo para ganar tiempo, engañar y manipular, queriendo dar la impresión de que “ha entrado en una franca etapa de soluciones”, claro, dentro de un marco jurídico Guzmaniano/Lagista.
Ante esto, no puedo dejar de hacer una analogía con el modus operandi de un gobierno altamente Neoliberal/capitalista, donde toda prioridad es el libre mercado; lo que se observa es todo un aparataje diseñado desde una mirada economicista, incluso en la manera de aplicar la política gubernamental, como también en la forma de echar mano a la represión, siendo ésta el medio para sostener un modelo de dominación, económico, militar, social y político, que repercute de forma perjudicial en el pueblo chileno.
Me explico, como Piñera es un economicista que busca controlarlo todo con su mirada costo-beneficio, aquí podemos retratar la creatividad empresarial de este gobernante, que siempre está utilizando un lenguaje super-legalista pero a la vez lleno de incumplimientos, como lo hizo en el plano tributario, práctica muy común dentro de la elite económica chilensis.
En definitiva lo que Piñera hace a nivel mediático, es lo que se denomina en jerga empresarial: “Hacer la pasada” o “Elusión” y que consiste en una estrategia superficial legal, donde se muestra muy respetuoso a la letra de la ley, pero por la otra atenta contra el espíritu de la ley, es decir “La Pillería”.
Tal como lo hicieran con una seguidilla de escándalos tributarios en la última década, desde la estrategia de empresas zombis, en la que participaron Sebastian Piñera, Carlos Denalo, Androniko Luksic, entre otros, a las más recientes, como fueron los casos Penta, financiamiento ilegal de la política, Walmart. Estas son algunas de las causas de las profundas desigualdades que hoy existen en Chile, entre un sector minoritario de la población y la gran mayoría del pueblo chileno, que vive en la miseria.
Lo que ocurre hoy en Chile es claro; cero empatía y respeto con el pueblo, el estado y sus empresarios lo que hacen con sus medidas y pactos sociales, es buscar anestesiar a la gente nuevamente y para eso actúan como grandes economicista de mercado, restando aquí, sumando allá y agarrando acá, para obtener resultados políticos, económicos y militares, que solo conviene a un modelo económico neoliberal y a su elite empresarial. Es la lógica del más fuerte, “Si un pobre trabajador evade $800 pesos del transporte público, el estado lo persigue hasta con fiscalizadores en cada paradero. Sin embargo, si el 1% más rico y los privilegiados “hacen la pasada”, “La Pilleria”, en grandes operaciones financieras, estos gozan de legitimidad, porque no lo consideran evasión tributaria, sino una simple “Pillería” un “Hacer la Pasada”.
“Hacer la pasada”; es un término propio de las finanzas y del negocio inmobiliario, que alude a la obtención rápida de grandes ganancias, muchas veces gracias a contactos e información privilegiada. “Hacer la pasada es visto por la elite como un acto de virtuosismo y una demostración de gran astucia, que consiste en construir un plan para pagar lo menos posible, evitar el costo del impuesto.
Pues bien, Piñera hoy con sus anuncios y discursos está buscando “hacer la Pasada” a millones de chilenos, para así anestesiar por 40 años más al pueblo que resiste.
Para finalizar, sepan que en Chile hay un sector poderoso de la sociedad, que no tiene la menor intención de contribuir con la “estructura solidaria social” del país, que representan instrumentos sistémicos como el impuesto; no quieren pagar, solo desean dinero y más dinero, y para eso están dispuestos a todo, incluso a echar mano a la represión y disparar a la cabeza a una niña de 15 años, para que el escarmiento y el miedo atenúen la lucha e impidan al pueblo exigir dignidad, justicia e igualdad.
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