La Corte de La Haya no dijo exactamente que Botnia no contamina: dijo que en el río se detectaron nonilfenoles (sustancias de uso prohibido), como así también mayores cantidades de dioxinas y furanos y un episodio de floración de cianobacterias, pero sostuvo que la Argentina no pudo probar que la presencia en el río de estos tóxicos se debiera a la actividad de Botnia. Al mismo tiempo, el tribunal puso en claro que la contaminación será el único motivo por el cual, en el futuro, el país podrá reclamar el cierre de la planta. Así las cosas, la razón ambiental quedó como la única vía abierta para litigar contra la pastera. La pregunta que circulaba ayer entre los especialistas en el tema es si el dictamen abrió una puerta para un mayor control o, por el contrario, sentó como precedente una valoración laxa de las pruebas.
En el mundillo científico argentino hubo malestar con el modo en que el tribunal construyó su argumentación sobre el tema ambiental. “No esperaba que dijeran que hubo un desastre, pero de ahí a hacer como que no está pasando nada hay mucha distancia”, resumió el decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, Jorge Aliaga. El decano tomó como ejemplo el modo en que el tribunal sostuvo que no había pruebas sobre el origen de la mancha detectada en el río el 4 de febrero de 2009. “Apareció frente a Botnia una enorme floración de cianobacterias, conocidas como algas verdeazules, una floración de una magnitud sin precedentes”, recordó. “Aunque en el río antes se habían visto estas algas, el cúmulo fue esta vez de varios kilómetros, mil veces mayor a su máximo antecedente. (Según el informe que ayer distribuyó la facultad, llegó a un nivel calificado por la Organización Mundial de la Salud como de alerta 3, peligroso para la salud humana.) Al analizar las muestras, un equipo de la facultad encontró que entre las cianobacterias había además pulpa de celulosa, y un análisis posterior confirmó que era pulpa de una especie de eucaliptus que utiliza Botnia para producir la pasta.” Sobre esta denuncia, sin embargo, el tribunal dijo, textualmente: “No ha quedado probado que haya sido generado por las descargas de Botnia”.
En el largo fallo difundido ayer, la Corte empleó esta forma de argumentación en relación con otros puntos. No rechazó que se hayan detectado nonilfenoles, sino que dijo que “no hay pruebas que acrediten un vínculo con el funcionamiento de Botnia”. “No hay evidencia clara para vincular la presencia de dioxinas y furanos con el funcionamiento de Botnia”, agregó. Algunas de las sustancias controladas resultaron dentro de los parámetros permitidos, pero para otras, como los niveles de fósforo, apuntó que “ya eran altos antes del funcionamiento de Botnia”.
Según lo dispuso el fallo de La Haya, Argentina y Uruguay deberán controlar los efluentes de Botnia a través de la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay). Como el reclamo de los vecinos de Gualeguaychú seguirá adelante, no es difícil saber que el monitoreo de la planta será un foco de tensión (entre los dos gobiernos, pero también entre la asamblea y el gobierno nacional). La medición del daño ambiental es el punto por donde pasará a jugarse el futuro del conflicto.
Desde fuera del equipo del plan de vigilancia ambiental, Héctor Sejenovich, economista especializado en medioambiente y consultor de Naciones Unidas, no se mostró confiado en el futuro. Sejenovich señaló como central el aumento de las dioxinas detectado en las costas de Gualeguaychú. “Son tóxicos no biodegradables y que se acumulan en la cadena alimenticia. La Argentina, en los cuatro años que llevó el juicio, no se ocupó de tener los aparatos para medirlos. No los tenemos en la Argentina ni los tiene el Uruguay. Las muestras se están mandando a analizar a Canadá”, se quejó.
También hubo lecturas de la situación menos fatalistas. Para Irina Izaguirre, doctora en ciencias biológicas de la UBA e integrante del equipo de cuatro investigadoras que reunieron las pruebas sobre los cambios en el plancton, la posibilidad de un monitoreo conjunto “es positiva”.
-Nosotros tuvimos que tomar las muestras frente a Botnia, pero en aguas argentinas. No pudimos medir directamente los efluentes. Por supuesto que cuanto más cerca del efluente puedas tomar la muestra, mejor es el control. Lo ideal es poder monitorear lo que está tirando la planta, porque así uno sabe con un ciento por ciento de seguridad que el contaminante no está viniendo de otro lado.
-Los tóxicos que ustedes encontraron, ¿son peligrosos para la salud de las personas?
-Las cianobacterias son peligrosas, tienen toxinas que producen problemas hepatotóxicos, en la piel, y pueden ser neurotóxicas, según su grado de concentración. Si estas algas proliferan pueden llegar a ser muy perjudiciales. Son muy tóxicas: en los momentos en que se producen floraciones como la que vimos, la gente no se debe meter al agua.
Izaguirre comparte con Aliaga el convencimiento de que esa floración algal, que encontraron mezclada con pulpa de celulosa, no salió de otro lado que de Botnia.
———————
Otras voces
– Daniel Filmus, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Senadores: “Uruguay es el que no cumplió con el tratado firmado en 1975. Nunca más se va a poder construir una pastera en el río Uruguay sin el consentimiento de los dos países”.
– Alfredo Atanasof, titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados: “Se debe iniciar inmediatamente el proceso de reconstrucción de las relaciones con Uruguay. Este fallo debe ser un punto de inflexión. Somos dos pueblos que compartimos cultura e inversiones. Ojalá los ambientalistas por su cuenta encuentren el camino para resolverlo”.
– Gerardo Morales, jefe del bloque de senadores del radicalismo: “Argentina y Uruguay son países hermanos y por encima de cualquier conflicto debe preservarse esa relación. El compromiso del país con el medio ambiente no debe ser producto de situaciones coyunturales ni de reacciones a presiones de ningún grupo en particular”.
– Rubén Giustiniani, senador y presidente del Partido Socialista: “El fallo tiene elementos positivos. El reconocimiento de que Uruguay violó el tratado de 1975 es muy importante, sobre todo por las implicancias a futuro. La sentencia es contundente cuando plantea mecanismos de cooperación a través de la CARU y obliga a que ninguna de las partes pueda tomar determinaciones unilaterales”.
– Eduardo Amadeo, diputado del Peronismo Federal: “Con este fallo se termina definitivamente la controversia por Botnia. Argentinos y uruguayos debemos iniciar una acción diplomática conjunta para revisar todos los errores que le dieron lugar al conflicto”.
– Ariel Basteiro, diputado del bloque Encuentro Popular: “Desde ambos lados hay motivos más que suficientes para terminar con la disputa. Ahora resta aumentar el control sobre la pastera y cumplir con lo que estipula el Tratado del Río Uruguay en el futuro, tal como debería haber sido desde el inicio”.
– Francisco de Narváez, diputado y referente de Unión Celeste y Blanco: “Es hora de intensificar el diálogo con los hermanos uruguayos. Ha concluido la instancia judicial y ahora hay que trabajar con ellos, recuperando la larga tradición de cooperación en todos los ámbitos bilaterales”.
– Blanca Osuna, senadora del Frente para la Victoria: “El fallo es contundente: la decisión de intervención sobre el río no es soberana, sino que debe ser puesta en consideración del otro país. Nunca más se van a poder instalar proyectos como las pasteras sin el acuerdo explícito de ambos países”.
– Sergio Urribarri, gobernador de Entre Ríos: “Lo que todos tememos es que en algún momento Botnia contamine. Hay un sabor amargo, pero nosotros somos responsables y tenemos que acatar los fallos. Hay que bajar los ánimos”.
– Jorge Busti, ex gobernador de Entre Ríos: “Con el fallo quedó ratificado el incumplimiento por parte del gobierno uruguayo del estatuto del río Uruguay. Vamos a seguir la lucha en el marco de la legalidad”.
– Vilma Ripoll, dirigente del MST: “El fallo parece una burla. Por un lado reconocen que Uruguay violó el tratado pero luego no lo sancionan y para colmo avalan que siga Botnia. No nos sorprende esta decisión de jueces que suelen ser funcionales a las multinacionales. Es preciso continuar la lucha y la solidaridad con los asambleístas de Gualeguaychú”.
– Rodolfo Terragno, ex jefe de Gabinete: “El fallo era absolutamente previsible. Algunos demagogos les habían hecho creer a los gualeguaychuenses que el Uruguay los estaba envenenando y ahora ellos oyen con desazón y perplejidad que no era así. Esta pobre gente no tiene por qué saber de derecho internacional ni de química y lo único que sabía era que ese fallo le causaba un profundo dolor. Lo que hizo el gobierno argentino en 2006 fue lamentable. Nadie podía ignorar que La Haya fallaría exactamente como falló”.
– Anselmo Sella, defensor del Pueblo de la Nación: “El fallo dejó una sensación de frustración para Argentina y para el pueblo de Gualeguaychú. Cuando se reconoce la violación de numerosos artículos de un tratado internacional es esperable que dicha acción tenga alguna consecuencia, ya que de esta manera se legitima un acto unilateral de magnitud como fue la autorización para el funcionamiento de la planta procesadora de Botnia”.
– Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú. “El Tribunal es pertinente, por lo cual el fallo hay que acatarlo, pero hay que tomarse un tiempo para estudiarlo en forma pormenorizada para evaluar las consecuencias que tendrá, tanto para los habitantes de Gualeguaychú como para los de Fray Bentos”.
– Federico Pinedo, titular del bloque de diputados del PRO: “Se trató de una sentencia equilibrada porque Uruguay no cumplió con las normas del Tratado del Río Uruguay, pero lo hecho, hecho está, y lo importante es que no se contamine en el futuro. El fallo termina con la disputa jurídica entre Argentina y Uruguay”.
—————————————–
Polémica con Carrió
Además de criticar al Gobierno, una vez conocida la sentencia del Tribunal Internacional de La Haya, Elisa Carrió arremetió contra los ambientalistas de Gualeguaychú y les exigió a quienes mantienen el corte del puente internacional General San Martín que lo levanten. “La defensa de un derecho no puede hacerse mediante la violación de otro”, advirtió la líder de la Coalición Cívica en una conferencia que ofreció junto al también diputado Fernando Iglesias. Los integrantes de la Asamblea Ciudadana no tomaron a bien sus palabras. “Lo que está haciendo Carrió es patético y lamentable”, aseguraron apenas se enteraron del pedido de la diputada. La legisladora señaló también que “la derrota argentina es enorme” y el Ejecutivo “no presentó pruebas o presentó pruebas de una endeblez absoluta” sobre la contaminación ambiental ante el Tribunal de La Haya. Por tal motivo, señaló que “debe quedar como aprendizaje que la defensa de los intereses argentinos debe encararse con suficientes pruebas o directamente no llevarse” a la Justicia internacional, algo que fue rechazado desde Gualeguaychú, ya que sin esta instancia judicial “nunca se hubieran podido determinar las violaciones al Estatuto cometidas por el Uruguay”.
Comentario