Fuente: El Salto
Una marea verde, el color que eligió la Campaña por el Derecho al Aborto en Argentina, celebró la votación en el Congreso que aprobó despenalizar el aborto, propuesta que ahora irá al Senado. La fortaleza de las feministas jóvenes ha sido decisiva para empujar el trabajo que las “grandes” comenzaron en los años 60.
La pantalla colocada en la esquina de la plaza desde donde un millón de personas, casi todas mujeres, siguieron la votación, prendió la llama. El Congreso dijo sí al proyecto de ley que despenaliza el aborto en Argentina, tras un debate de más de veinte horas y en una ajustada votación que se resolvió con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención. “Allí estábamos todas llorando, abrazándonos… fue un grito colectivo y un momento de felicidad en el que no podíamos parar de saltar”, resume Flavia Medici.
Activista por la despenalización y colaboradora de la radio Latribu, Médici destaca la “sororidad y el encuentro entre diferentes movimientos” que se vivió ayer la la Plaza del Congreso de Buenos Aires, un ambiente que ha acompañado a la campaña. “Las históricas, mujeres grandes, abuelas, veían a las pibas, a las chicas, a las de los colegios secundarios, siguiendo, apoyando y aplaudiendo el trabajo de tantos años… creo que lo más fuerte no pasó dentro sino en la calle”.
Cecilia Palmeiro, del colectivo Ni Una Menos, también subraya la fortaleza de las “pibas”: feministas muy jóvenes que “están imparables”. Como muestra del giro que ha supuesto la irrupción de las adolescentes y jóvenes al movimiento feminista en argentina, valga este ejemplo de cómo ha evolucionado la consigna clásica para defender el derecho al aborto: el “ educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto para no morir” ha mutado a “educación sexual para descubrir, anticonceptivos para disfrutar y aborto legal para decidir”. “Esa es la mayor fuerza y diría que es irreversible, porque no van a dar ni un paso; su ética feminista contra la represión de la Iglesia y a favor de la autonomía de los cuerpos con el placer en el centro es impresionante”, dice Palmeiro.
Tras la votación del jueves 14 de junio, “la marea prendió un fuego verde y sentimos que hay una fuerza que indica que hemos pasado de nivel: de lo micropolítico a lo macroplítico; esto es una diferencia total para nosotras”, explica Palmeiro a El Salto.
UNA DECISIÓN DE LOS INDECISOS
La indecisión de algunos diputados mantuvo en vilo a la marea verde que esperaba en la calle y en las redes la decisión de los 257 diputados. “Toda la noche fue contar porotos [alubias], viendo qué iba a votar cada uno, por la mañana las expectativas eran realmente terribles y llegamos a pensar que se iba armar un quilombo si no salía, pero en el último momento se pudo cambiar la decisión de algunos diputados de provincia de La Pampa; a partir de ahí ya sabíamos que, aunque por muy poquito, los números estaban a nuestro favor”, cuenta Médici. Para esta periodista, “hubo argumentaciones que rozaban lo ridículo e intervenciones muy pobres”. “Algunos rozaron la miseria”, dice.Cecilia Palmeiro considera “sorprendentes”, por ejemplo, los argumentos del Partido Justicialista cuando aseguró que el aborto no es una cuestión popular, sino que atañe a las élites. “Y, por supuesto, las posiciones de los fanáticos religiosos te sorprenden por lo inverosímil y por las mentiras” que considera “maniobras desesperadas para seguir colonizando nuestros cuerpos”, añade.
Porque se trata de “una pelea entre las fuerzas de transformación social y una contrainsurgencia desesperada tratando de sostener el patriarcado que se está cayendo”, asegura. “El capitalismo está en su fase más expansiva y más intensa porque encuentra una resistencia nunca antes vista; es una pelea final casi”.
PRÓXIMOS PASOS
“Las jóvenes que hoy portan en sus mochilas los pañuelos verdes van a conquistar los derechos que reclaman”, avisó la diputada Silvia Lospennato en su emotivo discurso de cierre en el parlamento. Un discurso en el que también recordó que esta lucha en Argentina viene de lejos: Martha Rosenberg, Marta Alanis, Nelly Minyersky, Diana Maffía, Mabel Bianco, Mariana Romero y Marcela Rodríguez son algunos de los nombres que mencionó Lospenatto.Algunas de las históricas que mencionó Lospennato trabajaron por los derechos de las mujeres ya en los años 60. Pero es hace 13 años, en 2005, cuando la despenalización del aborto contó con una estrategia nacional, de la mano de Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. “Entonces es cuando aparecen estrategias federales con el objetivos central de tratar de conseguir la despenalización”, repasa María Alicia Gutiérrez, integrante de esta organización.
La incorporación de las jóvenes ha sido muy importante, pero la votación favorable del jueves se explica por una estrategia de años en la que, entre otras cosas, los docentes han hecho un trabajo intenso en centros de secundaria y otros espacios de encuentro de las y los jóeenes, explica Gutiérrez.
El texto que ahora pasará al Senado incluye la objeción de conciencia, penas para los profesionales de salud por mala praxis y la implementación del Código Civil para establecer la edad mínima de la mujer que solicite la práctica. El documento establece que las mujeres puedan acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación. Fuera de este plazo, se detallan tres excepciones: violación, riesgo para la vida o salud de la gestante y diagnóstico de la inviabilidad de vida extrauterina del feto.
Preguntada por si termina el trabajo de esta organización con el voto favorable a la despenalización, Gutiérrez dice “no”: “En absoluto, la ley es una etapa; ahora tenemos que discutir la estrategia para el Senado, luego viene la implementación, y luego el dictamen final, que tiene un montón de puntos que no coinciden con el proyecto de campaña, por ejemplo en lo relativo a la objeción de conciencia”.
Con el voto en el Congreso el 14 de junio, el proyecto pasa ahora al Senado. ¿Qué se puede esperar a partir de ahora? “Antes de la salida de la media sanción te hubiera dicho que el Senado es más difícil porque tiene una línea más conservadora, pero después de lo que padecimos y sufrimos toda la noche de la votación, donde en un minuto ganabas y al siguiente perdías, creo que el resultado fue muy bueno y que eso tracciona a senadores”, dice una Gutiérrez aun afónica por la noche en vela.
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