¿Y por qué no otra Cristina? Contestó la presidenta con una pregunta a otra pregunta sobre si Néstor Kirchner iba a ser candidato. Dijo más: ¿Y por qué otro Néstor? ¿Por qué no puede venir otra Cristina? Fue en tono de broma. O en tono de ironía. O de tanteo. O de augurio. Pero fue en tono de algo. Cualquiera haya sido el sentido de su respuesta ya armó alboroto. Cristina Fernández candidata a la reelección no sería una noticia, no; para sectores sensibles a la orientación del Gobierno sería un mal sueño. Un estropicio emocional, ideológico y social. Otra vez ella, no. Otro ciclo de discursos sin letra ni papel; de vestuarios sin repetición de diseños; de propuestas y decisiones inesperadas que dejan a la oposición en situación de niebla; no y no. Otro ciclo de sarcasmos a la prensa hegemónica dependiente de sus negocios traslúcidos como el lodo de un sumidero; no. Otro ciclo de narcisismos “macro económicos” fundados en el éxito que otros no tuvieron; y de invitaciones internacionales y de fotografías con líderes notables y sonrientes y como si estuvieran a gusto con ella; otra vez todo eso no. Por favor una alternancia. Aunque sea débil, tonta, fútil.
Alguna coalición, un pegote, un collage, un emplasto, un encastre forzado de hostia y de soja, de default y de fondos buitre, lo que sea.
Y aunque se tenga que padecer otra vez la ruina del corral y el corralito y se vuelvan a poner de moda las ferias del trueque, siempre será mejor que tener que aceptar otra vez a la actual presidenta.
¿Se dan cuenta por qué no puede ni tiene que venir otra Cristina? Porque no, para esa derecha enderechada: sea peronista o peronófila, o cruza de pasado con mercado y con resentimiento; porque no para cierta izquierda envidiosa que siempre se equivoca de parada y de línea de colectivo y saca boleto en el que va al revés y putea contra el que debió tomar y dejó pasar delante de sus narices por naturaleza disfuncional; porque no, para cardenales de privilegios y de atrasos e hipocresías genitales; porque no para rabinos discriminatorios que ofenden al judaísmo original; porque no para el periodismo de academia y de foro donde periodistas cautivos se juntan a mentirse libertades que han entregado voluntariamente resignándose al remordimiento en estado confortable; porque no a los pueblos originarios que en una de esas reclaman los terrenos de los barrios cerrados como antiguas tierras precolombinas; porque no al Estado metiéndose en el mercado y avivando de reaccionar a los damnificados; porque no y no. La oposición sabe que lo de “por qué no puede venir otra Cristina” fue solo un juego dialéctico. Pero va a tener que empezar a preocuparse cuando en vez de en broma, se anuncie en serio y en tono afirmativo.
Carta abierta leída por Orlando Barone el 22 de Julio de 2010 en Radio del Plata.
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