Fuente: TeleSur
El próximo domingo el correísmo intentará volver a ganar una elección presidencial como lo hizo en las últimas cuatro oportunidades. Cabe recordar que Lenín Moreno llegó al gobierno por Alianza País (AP) como el sucesor del proyecto iniciado por Rafael Correa. Luego de disputas por el sello, las fuerzas progresistas cercanas al correísmo lograron inscribir su binomio Andrés Arauz-Carlos Rabascall por la coalición Unión por la Esperanza (UNE). En conversación con NODAL, Andrés Arauz, quien fue ministro durante la gestión de Correa, afirma que sus principales objetivos son la rápida adquisición de vacunas contra el Covid-19 y retomar el modelo de desarrollo para recuperar la economía familiar.
–¿Qué balance hace sobre la gestión del gobierno de Lenín Moreno?
El Gobierno de Lenín Moreno ha sido nefasto para la gran mayoría de la población ecuatoriana. Ha estado concentrado en un modelo de economía política que concentra la riqueza en muy pocas personas y prioriza a los especuladores extranjeros, en medio de un proceso de persecución política necesario para implementar dicho modelo neoliberal. Y una absoluta destrucción del aparato estatal que ha vulnerado los derechos de la mayoría de la población en materia de salud y educación, entre otros. La pandemia permitió que se evidencie mucho más el abandono del sistema de salud y la falta de inversiones en el sistema educativo. Todo esto muestra como el gobierno tenía abandonados estos temas y el ecuatoriano común lo sintió de forma directa. Particularmente se mostró como se aprovechó un momento de crisis para aplicar la doctrina del shock y, en vez de generar alivio o más derechos para los ciudadanos, se aprovechó para profundizar la precarización laboral y fomentar las privatizaciones.
-¿Qué particularidad tiene este proceso electoral?
Este proceso electoral tiene la particularidad que ha sido en el marco de un caos institucional. Con autoridades producto de un reparto político que debilitó la formación técnica y profesional de las instituciones. Se puso a los propios partidos políticos a llevar a cabo el proceso electoral a través de sus delegados en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Ha generado mucha incertidumbre para todos los actores con una fiscalía y una corte de justicia amenazando a la función electoral con disputas entre el Tribunal Contencioso Electoral (TSE) y el CNE. Y lo más importante, un proceso de persecución política abierto que ha significado la proscripción de la principal fuerza política del país. A pesar de todo esto, gracias a las puertas abiertas de otros movimientos, estamos participando y vamos a ganar.
-¿Cuáles son sus principales desafíos en caso de ser electo presidente?
Los principales desafíos, claramente, están alrededor de la pandemia. La urgente necesidad de recuperar la situación económica familiar de millones de ecuatorianos. En segundo lugar, encontrar soluciones mediante la vacuna para fortalecer al sistema de salud pública. Y tercero, retomar el modelo de desarrollo que está planteado en la Constitución, que tiene que ver con una fuerte presencia del Estado.
-¿Cómo analiza la integración regional y qué rol cree que debería tomar el próximo gobierno?
La integración regional se ha venido a menos pero con la victoria del pueblo ecuatoriano este domingo será un gran respiro para la integración. Vamos a poder impulsar a la integración en todos los espacios en donde Ecuador solía participar. Pero poniendo el acento en un elemento adicional, no es suficiente la integración entre los Estados o gobiernos sin la integración entre los pueblos. Y esto significa integración efectiva a nivel de estudiantes, docentes, a nivel cultural, de las artes, de la identidad y a nivel de los trabajadores. El próximo gobierno tendrá que impulsar agresivamente la integración regional y poner al Ecuador en un sitio absolutamente clave en ese proceso.
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