La amenaza de guerra de USA contra Irán, que luce inminente, es igualmente amenaza contra Venezuela, como para Siria. Y no se trata de la amistad de la Revolución Bolivariana con la Islámica, ni de una falsa y supuesta amenaza de Venezuela contra USA, se trata de que Venezuela es la más segura y mejor ubicada fuente alterna de petróleo, para cubrir el combustible que faltará, tan pronto la guerra contra Irán inicie. El imperio quiere disponer a su antojo del petróleo venezolano, para esta guerra que se prolongará por años, tal vez décadas.
La voluntad imperial de apoderarse del petróleo de Venezuela fue motivo del golpe de estado contra el gobierno bolivariano el 11 de abril de 2002 y luego del paro petrolero y bloqueo marítimo contra Venezuela de diciembre de ese mismo año. Ha sido luego el propósito imperial, para rodear a Venezuela con bases militares en Colombia y con tropas en dos países caribeños más y en varias islas cercanas al norte y al este del territorio venezolano. La guerra contra Irán le imprime urgencia a los planes imperiales para invadir a Venezuela, por su necesidad y la de sus aliados, de no depender de otras fuentes de petróleo, inciertas e inseguras. Con absoluta seguridad, la agresión a Venezuela no se distanciará por mucho tiempo del inicio de la guerra contra Irán.
La Revolución Bolivariana se preparó concienzudamente, para afrontar la amenaza imperial; no le será fácil al imperio invadir y controlar luego a Venezuela y su petróleo; sin embargo, tengo fundado temor, de que el Gobierno Bolivariano no espera la agresión con la prontitud que se producirá. No logro explicarme esta omisión. La guerra que está por dar inicio en el Medio Oriente terminará por hundir las economías y el petróleo venezolano es una chequera de ilimitados fondos, que le permitirá al imperio mantener la suya a flote. Sólo las de Rusia y Canadá saldrían libradas y fortalecidas, si pueden evitar que les alcance la descomunal guerra que está por iniciar. El mal cálculo que hace el Gobierno Bolivariano, del momento que amenaza a Venezuela; tal equivocación podría ser una carta importante, que el imperio tiene en la manga, para ganar un juego impredecible, que será largo.
El imperio no pretende iniciar en Venezuela otra guerra más, dará sí un golpe contundente, breve; suficientes fuerzas imperiales, para garantizar el éxito y la brevedad; encubiertas, para evitar la responsabilidad de su brutal propósito: cubrir con la explosión de la violencia, el asesinato de los líderes de la Revolución Bolivariana y justificar la toma de control, con tropas imperiales y de otro país cómplice, de los campos petroleros venezolanos. Obligará a Colombia a atacar a Venezuela y sobre Bogotá caerá la responsabilidad de la masacre que provocarán fuerzas imperiales y mercenarios paramilitares al servicio del imperio. Las dos naciones bolivarianas se debilitarán y destruirán luego mutuamente, mientras que el imperio concentra su atención en la guerra que habrá iniciado en el Medio Oriente contra Siria e Irán. Dios, Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS.
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