nos ratifica la tendencia de crecimiento positivo del presidente Chávez en la opinión ciudadana, después de la caída en la calificación de su gestión a 37.7 % en febrero de 2010, el presidente asumió una curva ascendente que lo ubicó un año después, en febrero del 2011 en 50.3%, para continuar creciendo mes a mes hasta ubicarse en julio de 2011 en 57.8%.
Podríamos concluir de manera muy ligera que el ascenso presidencial se debe no a una mejoría en su gestión, sino a la solidaridad despertada a raíz de su enfermedad, pero no es así, su ascenso en valoración de gestión no es correspondiente con el indicador de solidaridad y apoyo, pues su alta aceptación hace parte de una tendencia ascendente y sostenida que se ha registrado desde marzo del año 2010.
Pero hay algo en que la enfermedad del presidente si incide y puede tener efecto en su mayor aceptación, y es que la agenda de la oposición se ha construido durante los últimos 12 años, no desde la reflexión racional de los problemas actuales y la construcción de un modelo de país alternativo, sino, desde el ataque visceral, satanizador y nunca de altura, a la figura presidencial; la actual condición de salud del presidente genera un blindaje humano, sin lugar a dudas, no es productivo políticamente para la oposición atacar como siempre lo hacen, de manera caricaturesca y burlona al presidente, este juego se revertiría en su contra, pareciera de poca monta esta situación, pero en la realidad venezolana está significando que la oposición pierde el grotesco código de comunicación que ha mantenido con su electorado, situación que los lleva en este mes de julio de 2011 a que el 51.1% de la población califique de mala, muy mala, su gestión; y solo un 15.7%, la califique de buena, muy buena.
Ha sido clara la incapacidad opositora para construir un discurso o una agenda más allá de Chávez, todo su juego político empieza con Chávez y termina en Chávez, la ausencia del presidente por su tratamiento de salud en la Habana los alarmó y los dejó sin planteamiento en la coyuntura, incluso avivó el juego de canibalismo interno, pues si no tienen a Chávez al frente no hay nada que los unifique, esto ha traído la reconfiguración de su juego interno y hoy se habla de la conformación de dos bloques, el bloque panamá (AD, Un nuevo tiempo) y el Bloque “Constitucional” (Primero Justicia, Podemos Y Mas), además suena y truena aterradoramente para ellos que regresa Rosales el líder de UN Nuevo Tiempo prófugo en Perú por corrupción, su regreso fragmentaría mucho más el abanico opositor.
La incapacidad de la oposición para canalizar la problemática del país en clave de proyecto alternativo es evidente, a pesar que la mayor valoración a la gestión del presidente no significa un endoso acrítico, por el contrario la ciudadanía mantiene su sentido crítico frente a los problemas del país, valorando como los tres principales problemas la inseguridad con un 34%, el desempleo con un 16% y los servicios públicos con un 10%, se mantiene así mismo una gran expectativa en las metas planteadas frente a vivienda, lo agro productivo y el empleo.
Incluso el 56% de los encuestados considera que el presidente debe realizar algunos cambios en su forma de gobernar.
Pero la oposición no aprende y reincide en sus yerros, su estrategia de pretender aprovechar la coyuntura de enfermedad del presidente manipulándola desde la dictadura mediática que controla, ha caído en el vacío, la mayoría de la población considera que el manejo dado desde los medios se hizo con la intención de perjudicar al presidente, así mismo la mayoría cree que tanto el presidente, como el vicepresidente y el gobierno en su conjunto han ganado apoyo.
Pero lo más dramático para la oposición, fuera de la esterilidad de su juego político, así como la caída en la valoración de su gestión, es el posicionamiento del presidente Chávez como el candidato más valorado de cara a las elecciones del 2012, al respecto, e 56% votarían por Hugo Chávez si las elecciones fueran mañana, mientras que solo el 21.8%, votaría por la oposición.
Los estrategas políticos de la oposición, deben estarla urgiendo para que reordene su juego, para que estrujen su inteligencia y comiencen a producir propuestas programáticas para el país y ganen en conexión simbólica con el electorado, pues no hay otra forma de posicionar una propuesta alternativa al Chavismo. Pero tal vez es una exigencia muy grande para una oposición cuya creatividad se quedó en el pasado con la producción en 1996 de la neoliberal y fracasada Agenda Venezuela, es un reto tal vez imposible para quienes solo sueñan con llegar al gobierno para reabrir su agenda privatizadora y entregar arrodilladamente las reservas de petróleo que hoy se ubican como las más grandes del mundo.
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