Por: Luis Britto García
· Denuncia el presidente Nicolás Maduro que sesenta mil millones de dólares a tasa preferencial otorgados a empresas de maletín fueron dilapidados por éstas en importaciones fantasmas.
· Afirma también el Presidente que para subsanar el faltante no se recurrirá al Fondo Monetario Internacional.
· Antes que crear nueva deuda pública externa, que acarrea onerosos pagos y puede ser revendida a fondos buitres, logremos que nuestro sistema hacendístico genere los ingresos indispensables para enjugar el déficit y cubrir la inversión social.
· Primero, embargar bienes y prohibir trabajar en el sector público o contratar con el Estado a empresas o personas naturales incursas en el fraude cambiario.
· Cobrar sin dilaciones a los deudores morosos del Fisco lo que deben en créditos liquidados y no cancelados.
· Reformar la Ley de Impuesto sobre la Renta elevando su tasa tope de 34% de tributación, y habilitar mecanismos para que, además de pechar esencialmente a los asalariados, se aplique en forma real y efectiva a todas las actividades productoras de ganancia.
· Pechar con altas tasas tributarias productos nocivos para la salud, como el tabaco y el alcohol, o actividades perjudiciales a la sociedad, como el juego en todas sus formas.
· Reestructurar integralmente el sistema de recaudación y control del IVA, que cobran sin falta al consumidor unos comerciantes que sólo entregan al Fisco menos del 20% de lo recibido.
· Crear impuestos patrimoniales para las altas concentraciones de propiedad.
· Imponer tributos proporcionales a su monto a las transacciones financieras.
· Elevar tasas de tributación al capital financiero y bancario.
· Retirar la inmunidad tributaria a las fundaciones y otros entes “sin fines de lucro” que en realidad operen como bancos y agencias de inversión de los grandes capitales.
· Instaurar una razonable alza del precio de la gasolina, que disminuya el oneroso subsidio que todos aportamos al transporte automotriz.
· Controlar el contrabando de extracción, que según el Presidente desaparece por nuestras fronteras el 40% de lo que producimos o importamos.
· Erradicar la explotación ilegal de oro y otros minerales preciosos y la devastación ecológica que tales actividades provocan.
· Reimplantar el control previo del gasto público, complementarlo con un control posterior sobre su resultado, y extenderlos eficazmente a la administración nacional, estadal, municipal, comunal, centralizada, descentralizada, autónoma, de empresas y de fundaciones públicas.
· Ejercer riguroso control de la legalidad, eficacia y resultado de todas las variedades del gasto social.
· Legislar rigurosas sanciones para malversadores, desfalcadores, corruptos, evasores tributarios y enriquecidos ilícitamente, y aplicarlas en forma ejemplar.
· Informatizar la administración tributaria con registros de los contribuyentes, sus patrimonios y la relación entre éstos y las cantidades que tributan.
· Denunciar la conjura de las calificadoras de riesgo, por cuyos diagnósticos nuestra Deuda Externa paga 16% de interés, mientras que cancelan sólo 3% países con medio siglo en guerra civil.
· Rescindir los Infames Tratados contra la Doble Tributación, por los cuales las transnacionales no pagan impuestos sobre las ganancias que obtienen en Venezuela.
· Eliminar la inmoral exención de dichos Tratados por la cual los usureros beneficiarios de la Deuda Pública no tributan un céntimo como impuesto por las ganancias que les aportamos.
· Denunciar los Infames Tratados de Promoción y Protección de Inversiones, que permiten inmunizar mediante contrato a los contribuyentes ricos contra las reformas tributarias, y someten sus controversias a tribunales extranjeros.
· La culpa no la tiene el buitre, sino quien se le somete.
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