Fuente: RT
Los venezolanos eligen este domingo al presidente número 51 de la historia de la República. Más de 20 millones de ciudadanos (100.000 en el exterior) están habilitados para votar en los más de 14.000 espacios designados para este evento, que tiene como características principales la crisis económica interna y las crecientes presiones internacionales.
Incluyendo las presidenciales de este domingo, van 24 elecciones desde que la ‘Revolución Bolivariana’ llegó al poder, en 1999. Solo en los últimos 10 meses se han convocado cuatro procesos electorales. Las tres precedentes fueron: Asamblea Constituyente (31 de julio de 2017), gobernadores (16 de octubre de 2017) y alcaldes (11 de diciembre de 2017).
Los candidatos a la Presidencia
16 partidos políticos respaldan a los candidatos que formalizaron su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para aspirar a la Presidencia en el período 2019-2025. Por su parte, los venezolanos escogerán a su nuevo presidente entre los siguientes candidatos:
Nicolás Maduro Moros es el actual presidente de Venezuela, tras ser electo el 19 de abril de 2013 luego del fallecimiento del entonces presidente Hugo Chávez.
Desde que se sumó a las filas del chavismo, Maduro ha ocupado importantes posiciones en el Estado venezolano, muchas de ellas por elección popular.
Fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, diputado a la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) el año 2000, luego reelecto en 2005 y designado presidente de esa instancia. También ocupó el cargo de canciller desde el año 2006 hasta 2012, cuando fue nombrado vicepresidente de Venezuela. Juró como presidente encargado tras la muerte de Chávez, en marzo de 2013, y hasta las elecciones de abril de ese mismo año, en las que obtuvo la victoria.
Durante su mandato ha debido enfrentar una crisis que él mismo denominó ‘guerra económica’, y que se caracterizada por una inflación descontrolada, el acaparamiento de insumos básicos, el ataque a la moneda nacional y las sanciones internacionales, a lo que sumó una caída abrupta de los precios del petróleo, principal fuente de divisas de esta nación latinoamericana. A pesar de ello, Maduro logró sostener uno de los principales programas del chavismo: la construcción de viviendas, llegando a la cifra de dos millones.
Maduro es respaldado por el denominado Frente Amplio de la Patria (FAP), una coalición de agrupaciones políticas de izquierda integrada por: Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Movimiento Somos Venezuela (MSV) , Movimiento Tupamaro (MT), Unidad Popular Venezuela (UPV), Patria Para Todos (PPT), Organización Renovadora Autentica (ORA), Movimiento Político Alianza Para el Cambio (APC), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Partido Comunista de Venezuela (PCV) y Por la Democracia Social (Podemos).
Uno de los ejes fundamentales de su discurso es acabar con “la guerra económica multiforme que ejecutan sectores de la burguesía nacional e internacional para sabotear al país”. Además, el mandatario anunció “un nuevo comienzo” y la “renovación de la Revolución Bolivariana”.
Su programa de gobierno es el Plan de la Patria 2019-2025, en el que destaca: consolidar la educación pública y gratuita, y lograr el 100% de la escolaridad, expandir el sistema de salud pública, gratuita y de calidad, consolidar el sistema de salud de familia, primaria y comunitaria, alcanzar la entrega de 5 millones de hogares de la Gran Misión Vivienda Venezuela, consolidar el Carnet de la Patria y el Sistema de Bonos, consolidar los ‘Clap’ (entrega de comida casa por casa), los mercados del Campo Soberano, los sistemas de precios justos, el cambio de la moneda venezolana y el petro (criptomoneda).
Henri Falcón es un militar retirado con el grado de Maestro técnico de tercera, político y abogado venezolano. Fue uno de los fundadores del Movimiento Quinta República, con el que Hugo Chávez llegó al poder en 1999.
Como candidato del chavismo fue alcalde del Municipio Iribarren, en el estado Lara (al centroccidente de Venezuela) durante dos períodos consecutivos (2000-2004 y 2004-2008). Luego resultó electo gobernador de ese territorio para el período 2008-2012.
En 2010 rompió con el chavismo para formar un partido propio que terminó oponiéndose al presidente Hugo Chávez. Así, en 2011 se unió a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y, desde entonces, no ocultó su aspiración de ser candidato presidencial. Con su partido, Avanzada Progresista (AP), obtuvo la reelección como gobernador del estado Lara para un segundo período (2012-2017).
Falcón fue el único político opositor que, en 2015, envió una carta a Barack Obama para rechazar que se considerara a Venezuela como una amenaza para esa nación, aunque aclaró que no lo hacía para defender al gobierno bolivariano.
El candidato de AP fue el jefe de campaña de Henrique Capriles, en las elecciones que este último perdió contra Nicolás Maduro. En 2017, cuando se presentó para un tercer período como gobernador, fue derrotado por la candidata del PSUV.
Los partidos opositores que decidieron no participar de las presidenciales lo atacan por su ‘pasado chavista’ y lo tildan de ‘moderado’ por no respaldar los llamados violentos de Leopoldo López o María Corina Machado.
Se presenta en la contienda presidencial anunciando un gobierno de “salvación nacional” y con el respaldado de otros partidos políticos que, como él, abandonaron la MUD: Movimiento Al Socialismo (MAS), el histórico Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI; más conocido como Partido Socialcristiano), Movimiento Ecológico de Venezuela (MovEV).
En medio de la actual crisis económica, Falcón, considerado el principal contendiente de Maduro, ha hecho campaña prometiendo una inmediata dolarización de la economía venezolana, el perdón de los detenidos que la oposición reclama como presos políticos y la creación de un millón de empleos.
Sus principales apuestas electorales pasan por la “dolarización” de la economía venezolana. El establecimiento de una producción nacional diversificada como motor de la “reconstrucción económica”, programas de atención social, como “la tarjeta solidaria”, atención a los servicios públicos, participación de “todos los factores políticos” y grupos de la sociedad civil, descentralización y abordaje de obras para garantizar la comunicación entre regiones y el funcionamiento de servicios básicos, una nueva Ley de Hacienda Pública Estadal y, por último, la creación de un programa de capacitación para crear un millón de empleos.
Javier Bertucci se convirtió en el primero de los aspirantes que inscribió su candidatura presidencial ante el CNE. Aunque se separó de su rol de pastor para la campaña presidencial, dirigió la Iglesia Cristiana Maranatha, una congregación religiosa con más de 16.000 feligreses, que privilegia la labor social y evangelista por medio de la asociación civil El Evangelio Cambia.
De origen humilde, Bertucci se crió en una familia campesina y muy joven, a los 24 años, optó por seguir sus inclinaciones religiosas predicando en espacios públicos como plazas, parques y en casas de su familia.
Además de su labor religiosa, ha estado vinculado al mundo empresarial ocupando cargos de dirección en empresas del sector petrolero y otras del ramo importador. Es presidente de la compañía ‘Constructora Bertucci’, con el 91% de las acciones.
Antes de aparecer en la escena política, el pastor evangélico solo había figurado en los medios el año 2010, acusado y detenido cuando trataba de exportar 5.000 toneladas de combustible diesel hacia República Dominicana. Más tarde, su nombre volvería a aparecer en la prensa local debido a las revelaciones de los llamados ‘papeles de Panamá’.
En esa oportunidad, se vinculó a Bertucci con la creación de una empresa valorada en 5 millones de dólares. Aunque el hoy candidato a la Presidencia negó los señalamientos y aseguró no poseer tal cantidad de dinero, fue detenido durante tres días y sometido a un arresto domiciliario por otros seis meses.
Siguiendo su inclinación religiosa, el pastor se ha posicionado en contra del matrimonio civil igualitario, aunque se dice partidario del aborto solo cuando sea una decisión médica o en casos en que se comprometa la vida de la madre.
Javier Bertucci se presenta en la contienda como el candidato de un grupo de electores (figura que permite la ley electoral) denominado Esperanza por el Cambio.
Como propuestas de gobierno ha presentado las siguientes: Apertura de un canal humanitario (solicitará y aceptará la ayuda internacional), atender servicios públicos, salud, empleos dignos, vivienda, seguridad social, reestructuración del sistema educativo, eliminación del control cambiario, solicitud de créditos multilaterales y creación de un marco legal que genere confianza a inversionistas nacionales y extranjeros, disminución de la inseguridad, profundización y mejoramiento de los planes sociales, devolución de la autonomía a los cinco poderes públicos nacionales, reconstrucción de la imagen internacional de Venezuela, medios de comunicación libres.
Reinaldo Quijada es un exmilitante del chavismo que abandonó esas filas luego del fallecimiento de Hugo Chávez. En febrero de 1992, una vez frustrada la insurrección militar liderada por Chávez en contra del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, Quijada se sumó a los grupos sociales que apoyaron al comandante.
Para tal fin, participó en la fundación del Frente Patriótico, un movimiento de tendencia socialista. Más tarde, se sumó a la creación del PSUV (en 2008) y fue vocero de este partido en El Cafetal, una zona de clase media de Caracas, históricamente contraria al chavismo.
Quijada se vinculó también a los movimientos pro-chavistas Clase Media en Positivo y Clase Media Revolucionaria. Además, ocupó posiciones importantes en la revolución bolivariana, primero como integrante de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 y luego como embajador de Venezuela en Portugal.
Sin embargo, desde el fallecimiento de Hugo Chávez, Quijada abandonó la idea de participar en el gobierno de Nicolás Maduro dedicándose a la actividad privada y a escribir artículos de opinión en el sitio web Aporrea.
En 2015, vuelve al ruedo político con la fundación del partido Unidad Patriótica Popular 89 (UPP89), con el que aspira ahora a la Presidencia, enfrentando a sus antiguos compañeros de militancia.
Ha declarado que las actuales medidas económicas del gobierno se caracterizan por “los abusos” y calificó como “el mayor pecado” de la gestión de Maduro, “la emisión del dinero inorgánico”, que en su opinión, es uno de los causantes de “la hiperinflación” que registra el país.
Su oferta de gobierno gira en torno a tres temas fundamentales: La política entendida desde la ética, la recuperación de las instituciones del Estado y creación de un sexto poder institucional para dar independencia al Banco Central de Venezuela, y el restablecimiento del aparato productivo nacional.
La retirada de la MUD
Una de las principales polémicas alrededor de las presidenciales fue la retirada de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bajo el argumento de que no existían garantías suficientes para realizar la elección, según un comunicado difundido el pasado 26 de febrero. Asimismo, han pedido a los ciudadanos que no participen en las elecciones.
No obstante, como explica el analista Arlenín Aguillón, ese comunicado “es posterior a la implosión de la MUD como coalición opositora, cuando varios de sus dirigentes decidieron retirarse.
También, agrega, “la decisión tomada por lo que quedó de la MUD” se hizo varios días después de que Henri Falcón anunciara su candidatura presidencial (24 de enero de 2018), “que fue respaldada por partidos antichavistas, que también abandonaron esa formación política”.
El contexto internacional
El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha liderado una serie de acciones contra Caracas, destinadas a frenar las presidenciales.
La Casa Blanca ha impuesto sanciones a funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, bloqueo a las cuentas financieras del Estado venezolano en el exterior y ha pedido abiertamente que se suspendan los comicios, tal y como exigió el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, en la Organización de Estados Americanos (OEA), el día 7 de mayo.
En la región, algunos gobiernos cercanos a los intereses de EE.UU., y que conformaron el llamado Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú), también se han sumado a la exigencia de Pence. Incluso, presidentes como Mauricio Macri y Juan Manuel Santos adelantaron que no reconocerán el resultado de las elecciones, cualesquiera que sean. No obstante, Venezuela ha recibido el apoyo de las diez naciones que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Además, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que los comicios contarán con la presencia de más de 2.000 acompañantes provenientes de Asia, África, Europa, América Latina, el Caribe y EE.UU., incluyendo delegaciones de la Unión Africana, la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) y el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela), entre otras instancias.
Destaca en esta oportunidad, el acompañamiento que realizará la Federación de Rusia a las presidenciales en Venezuela, según anunció el CNE en un comunicado.
Guerra de encuestas
Durante la campaña varias empresas encuestadoras ofrecieron sus estimaciones respecto del desempeño de los candidatos.
A pocas horas del cierre de la campaña electoral, Eduardo Semtei, uno de los integrante del comando de campaña de Henri Falcón, aseguró en televisión que aventajan a Maduro con 6 puntos de diferencia, aunque no especificó de donde obtuvo ese porcentaje.
Otra medición, realizada por la empresa Datanálisis en marzo pasado, indica que Henri Falcón obtendría el 41,4 % de apoyo, mientras que Maduro atraería al 34,3 % de los electores.
Por su parte, Consultores 30.11 pronosticó la reelección del actual presidente de Venezuela con un 48,4 %, frente a un 36,3 % para Falcón y un 11,7 % para Bertucci.
Finalmente, una de las ultimas mediciones difundidas, realizada por la firma International Consulting Services (ICS), estima que Maduro podría ganar la elección con el 55,9 % de los votos. Falcón obtendría un 24,4 % y Bertucci el 16,2 % de los votos.
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