Fuente: Iniciativa Debate
El anuncio sorprendió a todos: la oposición venezolana, después de tres meses de protestas de calle contra del presidente Nicolás Maduro, convocó a un “plebiscito”.
“Convocamos, óigase bien, a este 16 de julio a elegir el futuro del país en este proceso nacional de decisión soberana y a partir de ese momento defender el mandato que surja de ese proceso activando una fase superior de lucha”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional (AN), el opositor Julio Borges.
En la Carta Magna vigente en Venezuela, la figura del plebiscito no existe. El único mecanismo de consulta es el referendo y, para que tenga validez, debe contar con reglas claras y ser convocado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). La oposición, sin embargo, ha dicho que prescindirá del árbitro para lograr “la conformación de un gobierno de unidad nacional”. ¿Es otra estrategia para un golpe de Estado contra Maduro?
Falsa esperanza
Tan improvisado fue el anuncio que la dirigencia de derecha aún no ha detallado cómo será la logística para un proceso, de carácter nacional, que se supone debería celebrarse en diez días. Lo único que se sabe, hasta ahora, es que la “votación” se hará en iglesias y sobre la base de tres preguntas.
La excusa para la convocatoria, argumentó la dirigencia de derecha, es rechazar e impedir la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que se realizará a fin de mes; desconocer al gobierno de Maduro; pedir una insurrección militar de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y disolver el Estado. Las preguntas así lo establecen.
Para el dirigente socialista Diosdado Cabello, la iniciativa es “una bobería del tamaño de la luna“, que sólo tiene como objetivo insuflar “falsas esperanzas” a unos electores a quienes les prometieron, en 2015, sacar del poder a Maduro si ganaban la mayoría de la Asamblea Nacional.
No es legal
La oposición, incluso en sus elecciones primarias, ha contado con el apoyo logístico del CNE. En esta oportunidad, por la premura del anuncio, no está prevista la presencia del árbitro. Esa ausencia anula cualquier posibilidad de verificar y auditar los resultados de una convocatoria que está fuera del marco legal venezolano.
“El proceso será manual, pero luego vamos a definir el procedimiento”, alcanzó a decir el pasado lunes el gobernador de Miranda y perdedor de los últimos dos comicios presidenciales, Henrique Capriles Radonski.
Pero las críticas al “plebiscito” no han estado únicamente dentro de las filas del chavismo. En la oposición, la idea tampoco termina de calar. El asesor estrella de la derecha y presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, fue tajante: el evento no es legal ni vinculante. “Es un acto de estrategia politica y juega en el plano de los símbolos y la movilización”, sostuvo el martes en redes sociales.
Después de tres meses de protestas violentas, que han dejado un saldo de más de 70 muertos y miles de heridos, es evidente la caída en la masividad de las manifestaciones, por lo que la oposición dejó de convocar a marchas y anunció a finales de junio un cambio de estrategia, una “escalada”, una “fase superior de lucha”. El llamado a la conformación de “un gobierno de unidad nacional” dispara las alertas ante la posibilidad de que pretendan desconocer al presidente electo y conformar una suerte de gabinete paralelo, impuesto por un “plebiscito” sin árbitro.
“Es una irresponsabilidad”
Este jueves, en entrevista con el canal del Estado, el ex Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez, calificó la propuesta de la oposición como “un desenfado y una gran irresponsabilidad” para con sus propios adeptos.
“¿Cómo es posible que los irrespeten así? ¿Cómo es posible que les digan que los van a convocar a un plebiscito que no es vinculante, que no tiene institucionalidad, que no cree en nadie? ¿Para qué? ¿Para que después que los comprometas con eso y crean que existe, se frustren más porque han sido engañados? (…) Ya la gente está bien frustrada”, apuntó Rodríguez.
Para el ex Fiscal, la oposición venezolana tiene un gran capital político que no ha sabido manejar, por lo que rechazó que decidieran no participar en la Asamblea Nacional Constituyente porque “si ellos hubiesen ido, estaban en posibilidad de ganar 6 a 4”.
“¿Por qué no fueron a la Constituyente? ¿Cuál es la razón por la cual quieren frustrar más a la gente? ¿Quieren que el odio se coma a la gente y que la gente respire odio?”, se preguntó. “¿Lo que quieren es llegar al poder sin tener reglas de ninguna naturaleza? (…) Ellos están sembrando algo que no van a poder recoger”.
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