El periplo buscó coordinar acciones económicas para tratar de separarse de los arbitrarios lineamientos establecidos por los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI); alejarse del control que ejercen en el orbe los monopolios transnacionales y diversificar los mercados con y de las naciones visitadas.
El recorrido lo llevó a tres países integrantes de la antigua Unión Soviética (Rusia, Belarus y Ucrania), dos de Asia mediooriental (Irán y Siria) uno de África del Norte (Libia) y uno de Europa Occidental (Portugal).
Con Rusia se coordinó la construcción de la primera planta nuclear con fines pacíficos en territorio venezolano y la explotación de campos de crudo en el Orinoco por petroleras rusas.
Los acuerdos se centraron en las áreas energéticas, finanzas, construcción y cooperación técnico-militar con un plan de acción que sentará las bases de la cooperación estratégica ruso-venezolana hasta el 2014.
Se firmó un proyecto de Ingeniería, Procura y Construcción de Plataformas de Compresión de Gas Natural en el Lago de Maracaibo y la compra de 13 turbogeneradores.
Asimismo, crearon un banco binacional que financiará proyectos de inversión en ambos países y empresas moscovitas emprenderán la construcción de un bloque de 10 000 viviendas en el distrito del Fuerte Tiuna de Caracas.
Venezuela venderá a la petrolera Rosneft sus acciones en una refinería Alemana por cerca de 1 800 millones de dólares, mientras desde la nación sudamericana se exportará a los mercados rusos, chocolate, bananos, mermeladas y otros productos de alta calidad del agro y las industrias.
En Belarus, los temas centrales fueron las construcciones de viviendas y el petróleo venezolano indispensable para las refinerías de esa nación. Chávez puntualizó que Caracas puede abastecer a Minsk con hasta 10 millones de toneladas de crudo anuales.
Se perfiló la construcción con ayuda de Belarus de 4 000 casas en la localidad de Marcay, en el estado de Aragua y la creación de empresas mixtas para la fabricación de autobuses y camiones, de estos últimos, la primera instalación de su tipo que existirá en América Latina.
La industria de camiones de carga, entre los más modernos del mundo, se ubicará en el poblado de Santa Inés, en el estado Barinas y se podrán exportar a toda Latinoamérica con mucho menor costo. Además, con esa nación europea se instalarán en Venezuela, fábricas mixtas de ropa, telas, calzados y de materiales de construcción.
Durante la estancia de Chávez en Ucrania, se analizaron cuestiones económicas y diplomáticas entre las que se destacan la exportación de petróleo hacia Kiev para que sea refinado; la participación del país europeo en la exploración de los yacimientos de la faja del Orinoco; la maquinaria industrial y aviación con la posible fabricación en suelo venezolano de los famosos aviones Antonov, entre otros aspectos.
Con Irán, cuyo comercio asciende a 3 500 millones de dólares anuales, se suscribieron once acuerdos de cooperación (ya existían más de 80 rubricados con anterioridad) en diferentes sectores. Uno de ellos es la construcción conjunta de una refinería de petróleo en Siria.
Además, PDVSA Marina de Venezuela y la Compañía Naviera Nacional de Irán crearon una sociedad de transporte marítimo de crudo, que permitirá a Caracas vender más de medio millón de barriles de petróleo en Europa y Asia.
Otro rubro importante fue el compromiso de Teherán de construir 50.000 viviendas en Venezuela para paliar el problema del alojamiento en el país sudamericano.
De Teherán, el presidente bolivariano viajó a Siria donde estableció seis convenios en materias de transporte, petróleo, energía, educación, finanzas y lucha antidrogas.
La creación de una refinería (acordada con Teherán) en Homs, al sur de Siria, que procesará hasta 140 000 barriles de crudo y el establecimiento de empresas mixtas en Venezuela para la producción y comercialización de aceite de oliva y algodón, figuran entre los convenios suscritos.
Durante la penúltima etapa del periplo efectuado en Libia, se subscribieron una decena de instrumentos de cooperación en materia financiera, agrícola, de transporte y de telecomunicaciones.
Particular importancia se confirió a la creación de un fondo binacional para impulsar proyectos de desarrollo socio-económico, el cual pudiera comenzar con mil millones de dólares.
También se perfilaron acuerdos para el establecimiento de rutas aéreas y marítimas con el fin de estrechar los lazos comerciales.
Libia manifestó interés en comprar productos agrícolas a Venezuela y de abrir en Trípoli una corresponsalía de la cadena multiestatal Telesur.
Portugal resultó la etapa final del periplo de Chávez cuyo comercio se ha incrementado de 17 millones de euros a 200 millones en los últimos años. Ahora se acordaron seis nuevos convenios en materia energética, financiera, agrícola y tecnológica.
Se establecerán en Venezuela empresas mixtas para la construcción de piezas prefabricadas, así como la edificación de 12 500 viviendas en la nación sudamericana.
Portugal también está fabricando computadoras portátiles para los alumnos de las escuelas bolivarianas y en un futuro se prevé producirlas en Caracas con tecnología lusitana.
El viaje del presidente venezolano giró hacia empeños energéticos, económicos y sociales con amplios valores estratégicos en virtud de alcanzar el multilateralismo en las relaciones internacionales.
Como colofón Chávez expresó, “la independencia es mucho más que la libertad política y ahora caminamos a la emancipación definitiva, a la libertad económica, a la soberanía en todos los aspectos”, como otro golpe al mundo unipolar.
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