sus políticas.
En una “coincidencia” llena de “ironías”, Washington fue escogido
este martes como anfitrión del Día Mundial de la Libertad de Prensa
de UNESCO en 2011, mientras que su gobierno aumentaba las
prohibiciones contra los empleados públicos para acceder a los
documentos publicados por Wikileaks, presionaba al New York Times
para no publicar información que “perjudicaba” al gobierno y
aplaudía la “detención” del fundador de la página, Julian
Assange.
Durante la rueda de prensa del Departamento de Estado del martes 7
de diciembre, el vocero Philip Crowley anunció con “gusto” que
Washington había sido seleccionado por UNESCO para ser sede del Día
Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado del próximo 1 al 3 de
mayo en 2011. “Los Estados Unidos coloca a la tecnología y la
innovación al frente de sus esfuerzos de la diplomacia y el
desarrollo. Los nuevos medios han dado poder a los ciudadanos
alrededor del mundo para informar sobre sus circunstancias,
expresar sus opiniones sobre eventos mundiales e intercambiar
información en ambientes a veces hostíles al ejercicio de la
libertad de expresión. Al mismo tiempo, estamos preocupados sobre
la determinación de algunos gobiernos para censorar o silenciar
individuos y para restringir el flujo libre de la
información”.
El cinicísmo de ésta declaración no se puede subestimar. Durante
los últimos días, las presiones del Departamento de Estado contra
la página Wikileaks han logrado congelar sus cuentas bancarias
alrededor del mundo, cortar su servicio tecnológico en Estados
Unidos, suspender cualquier transacción o donación a Wikileaks a
través de las tarjetas de crédito de MasterCard y Visa, y hasta han
alcanzado la detención del fundador de la página, Julian
Assange.
El gobierno de Estados Unidos también emitió un decreto prohibiendo
la lectura de los documentos a todos los empleados públicos y las
fuerzas armadas estadounidenses. También, escuelas y universidades
públicas están censorando el debate sobre lo que revelan los
documentos publicados por Wikileaks, y universidades privadas
cercanas al Departamento de Estado, como la Universidad Columbia,
han prohibiendo cualquier debate o conversación sobre los
documentos de Wikileaks dentro de sus instalaciones.
Congresistas y senadores estadounidenses han anunciado que Julian
Assange debe ser enjuiciado por traición y espionaje, a pesar de no
ser ciudadano estadounidense sujeto a la jurisdicción de
Washington. Y este martes, el Fiscal General de Estados Unidos
anunció que su gobierno esta buscando por todas las vías “legales”
como enjuiciar a Assange y sus colaboradores por la “máxima pena
posible”.
Pero, Estados Unidos no solamente censura a la prensa, los medios y
el acceso a la libertad de información y pensamiento dentro de su
territorio, también financia y dirige medios de comunicación,
periodistas e individuos en distintos países del mundo que sirven
como sus “fuentes” e “informantes” principales para promover su
agenda política a nivel internacional.
¿INFORMACIÓN CONFIABLE?
Los documentos publicados por Wikileaks emitidos desde la Embajada
de Estados Unidos en Caracas – todos criticando al gobierno del
Presidente Hugo Chávez o presentando información “escandalosa” –
citan como fuentes a medios privados como El Universal y el
Nacional, conocidos por sus posturas contra el gobierno de Chávez,
o a dirigentes de la oposición, como el fugitivo de la justica
Manuel Rosales. También usan “fuentes” parcializadas como el
empresario multimillonario Jaime Pérez Branger, miembros de
partidos de la oposición, como Pedro Pablo Alcantara, Alfredo
Coronil y Carlos Casanova de Acción Democrática, militares
anti-chavistas y periodistas de los medios opositores.
En los mismos cables secretos de la Embajada en Caracas, los
autores califican a sus “fuentes” como débiles, utilizando frases
como “Reportajes anecdóticos sugieren…”, “Informes menos confiables
revelan…” y “Reportajes sensibles no confirmados indican…”
No obstante, documentos oficiales de las agencias de Washington,
como la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos
(USAID), la National Endowment for Democracy (NED) y del mismo
Departamento de Estado revelan que Estados Unidos mismo financia a
estos medios, partidos y grupos para promover sus intereses en
Venezuela.
Un informe publicado por la NED este martes 7 de diciembre (US
Government Funding for Media Development, 07/12/2010) destaca como
el gobierno de Washington financia “el desarrollo de los medios” en
Venezuela.
A través del Centro para la Asistencia Internacional a los Medios
(CIMA), un proyecto de la NED y el Departamento de Estado para
“fortalecer el apoyo, la visibilidad y la efectividad de los
medios” en países de importancia estratégica para Washington, casi
dos millones de dólares han sido canalizados este año a medios
privados y periodistas en Venezuela para promover la “libertad de
los medios y la información”.
En otros documentos desclasificados del Departamento de Estado, la
USAID, la NED y la Fundación Panamericana para el Desarrollo
(Fupad), una agencia de Washington, se evidenció el financiamiento
multimillonario directamente a organizaciones mediáticas en
Venezuela como Espacio Público, Instituto de Prensa y Sociedad
(IPYS), y medios como Globovisión, El Universal, El Nacional y
RCTV, entre otros.
Luego, estos mismos medios y periodistas que reciben los fondos y
lineamientos de Washington, son citados como las principales
“fuentes” en los informes que envían desde la Embajada de Estados
Unidos en Caracas, proponiendo acciones y políticas contra el
gobierno venezolano.
Fuente:
http://centrodealerta.org/noticias/wikileaks_fuentes_usadas_co.html
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