El presente articulo tiene por objetivo enseñar (para los que no saben) la existencia de un hermoso libro que compré de segunda mano en Santa Cruz. Titula UNO de Richard Bach.
Es una obra esencial que trata de viajes en el tiempo. Esencial; primero, porque trata de un viaje mágico novelesco al interior de nosotros mismos, para descubrir ó redescubrir lo bueno y lo malo en nosotros. Segundo; porque, es también una interpretación literaria de un tema muy moderno hoy en día, la física cuántica. Finalmente, simplemente porque el autor es Richard Bach y con esto, talvéz ya se dice todo.
Fluimos constantemente en la máquina del tiempo que, incansablemente nos conduce adelante en el tiempo. El mejor de los mundos se puede desarrollar sólo hacia adelante y perfeccionarse. Pero !piensa!… poder volver atrás y esperar la llegada de los españoles o talvéz junto a nuestros antepasados poder platicar con las estrellas.
¿Hacia donde vamos? ¿Que es lo que nos lleva adelante? ¿Porque esa sensación de que el tiempo avanza solo adelante? Cualquier dirección que se tome, terminaremos siempre en el palacio de los espejos del tiempo, en donde corremos como perdidos, buscando una salida pero, sólo descubrimos nuestras imágenes deformadas de pequeños hombres. La búsqueda se puede dar toda una vida sin encontrar la verdadera salida. No podemos romper los espejos porque ellos son el tiempo. Desarrollo e Historia son conceptos modernos desde que el hombre camina sobre el hilo rojo, del pasado al futuro.
¿Alguien sostuvo alguna vez que Dios creó el tiempo para eternizarse a si mismo? Por una serie de circunstancias ajenas a nuestra inteligencia nos convertimos en esclavos del tiempo. ¿Pero que es el tiempo? ¿ Hay otra pregunta tan trivial como esta?…… El tiempo es aquello que señala el reloj. Lo grave de todo esto es que pronto ya no podremos explicar lo que mide aquel extraño tictac del reloj. Siendo el tiempo una idea central de la física, junto a toda investigación entre otras cosas del nacimiento del Universo, de las manchas negras, etc. Durante milenios despertó el tiempo tantas preguntas como respuestas. ¿Que es lo que nosotros concebimos como el transcurrir del tiempo? talvéz nosotros mismos, y que; el Estado, la Nación, no son más que un puchero de individuos que repiten el mismo ciclo de sus antepasados.
Prisioneros en la rueda del tiempo, del nacimiento hasta la muerte; a este rodar rendimos honor con el nombre de vida que es igual a tiempo. Cuando se pregunta a cualquiera definir el sentido de la vida. ¿Si tiene alguna razón? ¿Como va a terminar? ….. Nos responden con una mirada vacía. ¿Será el tiempo como las aguas de un río que fluyen constantemente? ¿Fluirá siempre adelante a la misma velocidad? Los misterios y las paradojas del tiempo han sido vitales dentro las religiones, el arte y la literatura, en mayor medida que las ciencias naturales. El pensamiento de la eternidad ha tenido que pelear con las ideas del principio y el fin del tiempo. El tiempo cíclico fue marginado por nuestra cultura, por el concepto del tiempo lineal que el cristianismo manejó. Hasta que vino Einstein y revolcó todo, con su descubrimiento de que, no existe ningún tiempo universal absoluto. Ningún único reloj que manipula los latidos del cosmos.
¿Quién sabe la existencia de lugares en el universo, en donde el tiempo quizás sea inmovible! En otros lugares talvéz el tiempo se da la vuelta y fluye hacia atrás? ¿Podrá la fragancia de un perfume retornar al frasco de perfume? ¿Cuanto podrá uno retornar en el tiempo?… Creo que esto sería un reto para el físico teórico, es decir: de tratar de encontrar el principio físico que prohiba el retorno en el tiempo. Puesto que el retornar en el tiempo nos enfrenta ante la gran paradoja conocida como “la paradoja del abuelo materno”. Esto implica que; si uno haría un viaje al pasado, hasta antes de su propio nacimiento, y mata a su abuelo materno, entonces él no podría nacer. Esto no sólo va contra la sana razón, está en contra de todo nuestro conocimiento del fluir del tiempo y de que el pasado es decisivo sobre nuestra situación actual.
La historia se teje de una manera muy intrínseca en el presente, determinando sobre la actualidad y nuestro futuro. Aunque suene como un deseo, todavía estamos ante el hecho de que, aún en los procesos físicos más pequeños, el tiempo fjuye sólo hacia una dirección opuesta. Que sepamos, no existe aún la máquina del tiempo, ni siquiera en teoría que, nos permita regresar a nuestra niñez o más antes por lo tanto, Einstein puede estar tranquilo en su tumba, si es que no se a pegado ya su viajecito allá donde sabemos. Por el momento se evita de la visita de físicos viajantes del tiempo.
Toda esta historia comenzó después de haber despertado de un sueño, con el corazón galopante. En la hora del amanecer entre la ventana medio abierta descubrí al sol tiempo, queriendo entrar, en un intento de tranquilizarme a mí mismo, me digo: ¿porqué no cerré la ventana?….Qué tonto que soy, pienso en el próximo estado racional!, el tiempo no necesita del sol para existir! Pero, su resplandor no deja de molestar. Después de pensar, no sé en qué, me encuentro de pie con el libro UNO como armamento en mi mano, descubro que la bola resplandeciente es la lámpara que me olvidé apagar. Estoy frente al espejo y me digo temblando, yo quiero saber como me veo en el espejo cuando cierro los ojos. El alma tiene su asiento allá donde el mundo interno y el mundo externo se acarician mutuamente. !Sí! nadie se conoce a sí mismo, si él es sí mismo y no al mismo tiempo también otro.
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