Alrededor de tres de cada diez personas en todo el mundo –2.100 millones de personas– carecen de acceso a agua potable y disponible en el hogar. Y seis de cada 10 –4.400 millones– carecen de un saneamiento seguro. Las condiciones son peores en el medio rural. Son las conclusiones del nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud 8OMS) y de UNICEF, que alerta también de la falta de agua en centros de salud y escuelas, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades especialmente de los menores. Como resultado, 361.000 niños y niñas menores de cinco años mueren cada año a causa de la diarrea.

“El agua potable, el saneamiento y la higiene en el hogar no deben ser un privilegio exclusivo de quienes son ricos o viven en centros urbanos”, afirma el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Se trata de servicios fundamentales para la salud humana, y todos los países tienen la responsabilidad de garantizar que todo el mundo pueda acceder a ellos”, denuncia. Según informa el organismo, miles de millones de personas han obtenido acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento desde el año 2000, pero estos servicios no proporcionan necesariamente agua potable ni saneamiento seguro.

El saneamiento deficiente y el agua contaminada también están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y la fiebre tifoidea. “El agua potable, el saneamiento eficaz y la higiene son fundamentales para la salud de cada niño y cada comunidad, y por lo tanto son esenciales para construir sociedades más fuertes, más saludables y más equitativas. A medida que mejoramos estos servicios hoy en día en las comunidades más desprotegidas y para los niños más desfavorecidos estamos ofreciéndoles una oportunidad más justa para que disfruten de un mañana mejor”, añade Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF.

Según el informe, de los 2.100 millones de personas que no disponen de agua gestionada de forma segura, 844 millones no tienen ni siquiera un servicio básico de agua potable. Esto incluye a 263 millones de personas que tienen que emplear más de 30 minutos por viaje para recoger agua de fuentes que se encuentran lejos de su hogar, y 159 millones que todavía beben agua no tratada procedente de fuentes de agua de superficie, como arroyos o lagos. En 90 países, el progreso hacia el saneamiento básico es demasiado lento, lo que significa que sus habitantes no alcanzarán la cobertura universal para 2030, prosigue el documento.

De los 4.400 millones de personas que no cuentan con un saneamiento seguro, 2.300 millones aún no disponen de servicios básicos de saneamiento. Esto incluye a 600 millones de personas que comparten un inodoro o letrina con otros hogares, y 892 millones de personas –la mayoría en zonas rurales– que defecan al aire libre. Debido al crecimiento demográfico, la defecación al aire libre está aumentando en África subsahariana y Oceanía. Según el informe, el acceso al agua y el jabón para el lavado de manos varía enormemente en los 70 países con datos disponibles, desde el 15% de la población en África subsahariana hasta el 76% en Asia occidental y África del Norte.