Fuente: Terc3ra
Daniil, Evgueni, Román y Viacheslav son oficiales de las Fuerzas de Operaciones Especiales, la élite de las FFAA de Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, acaba de condecorarlos con altas distinciones estatales, incluyendo el título de Héroe de Rusia para Daniil, el líder de la operación antiterrorista en Alepo (Siria).
Daniil, Evgueni, Román y Viacheslav son oficiales de las Fuerzas de Operaciones Especiales, la élite de las FFAA de Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, acaba de condecorarlos con altas distinciones estatales, incluyendo el título de Héroe de Rusia para Daniil, el líder de la operación antiterrorista en Alepo (Siria).
El corresponsal del periódico Komsomolskaya Pravda, Alexandr Kots, ha aclarado los detalles de la épica batalla de 16 rusos contra 300 terroristas.
“Siempre me ha llamado la atención la modestia con la que los héroes reales hablan de sus hazañas. Nada especial, solo trabajo”, comienza el periodista en su reportaje.
“Era un día normal, rutinario”, cuenta el teniente coronel Daniil, que ejercía como comandante del grupo. Los apellidos de los cuatro oficiales no han sido publicados por cuestiones de seguridad, como tampoco imágenes de ellos.
“Estábamos recibiendo información de que en uno de los distritos de la provincia de Alepo, en Siria, había frecuentes ataques de los terroristas del Frente Al Nusra contra las posiciones defensivas de las fuerzas gubernamentales”, relata el teniente coronel Evgueni.
Fue entonces cuando su grupo recibió la tarea de avanzar hacia la zona para llevar a cabo el reconocimiento e identificar los lugares donde se concentraban los terroristas y su equipo.
El grupo de Fuerzas Especiales de 16 personas se encontraba cerca de la línea del frente. Estaban analizando dónde se ubicaban los edificios con terroristas, sus vehículos blindados, los depósitos de municiones y sus rutas de movimiento. Toda la información la estaban transfiriendo inmediatamente a la sede central para dirigir los ataques aéreos. Con la ayuda de los aviones rusos lograron destruir tres tanques, una batería de lanzacohetes múltiple, lanzagranadas caseros y dos almacenes de los terroristas.
“En general, el trabajo estaba siendo fructífero, pero una mañana se agudizó la situación. Empezó un bombardeo masivo de nuestras posiciones con ayuda de las instalaciones Grad, morteros, artillería y bombardeos desde los tanques”, recuerda Evgueni.
Las tropas sirias, debido a una confusión entre sus unidades, decidieron retirarse. No obstante, el comandante Daniil tomó la iniciativa de quedarse en la vanguardia. A las posiciones rusas se estaba aproximando un coche-bomba, pero lograron neutralizarlo antes de que hiciera explosión. De eso se ocupó un subgrupo particular de las Fuerzas Especiales rusas cuya especialidad son los misiles guiados antitanque. Su comandante, el capitán Román, explica cómo lograron abatir el vehículo cargado de explosivos.
“Para que quede claro, frente al vehículo iba una excavadora cubierta con tres o cuatro capas de láminas de acero, entre las cuales había arena”, expone Román. Es muy difícil hacer explotar un coche así, pero lo hicieron gracias a los misiles antitanque 9M133 Kornet.
Tan solo en un día, un pequeño grupo de las Fuerzas de Operaciones Especiales rusas repelió con éxito cuatro ataques de los terroristas, que contaban con 300 efectivos. Al día siguiente se produjeron la segunda y la tercera oleada de ataques. Ni siquiera se podía calcular cuántos terroristas fueron aniquilados.
“Ya conocemos su psicología, sabemos que se cansan de atacar. Teníamos confianza en nuestras propias capacidades. Nuestro emplazamiento nos permitía mantener la defensa. Atacar es mucho más difícil, por lo que los terroristas estaban en una situación sin salida”, asegura Daniil. A su juicio, si los militares rusos se hubieran retirado, los terroristas habrían tomado las alturas clave y habrían causado más pérdidas a las tropas sirias. “Era la única decisión posible en aquellas condiciones”, concluye el militar.
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