Geógrafo y politólogo. Últimas obras publicadas:Laboratorio di geografia, Zanichelli 2014 ;Geocommunity Ed. Zanichelli 2013 ; Escalation. Anatomia della guerra infinita, Ed. DeriveApprodi 2005.
Manlio Dinucci llama nuestra atención hacia las declaraciones de varios responsables del Pentágono que dejan entrever que Washington tiene intenciones de redesplegar su armamento nuclear en Europa. Esto sucede en medio de una retórica anti-rusa que contradice el acuerdo al que llegaron John Kerry y Vladimir Putin el 12 de mayo en Sochi. Al parecer, el Pentágono utiliza el conflicto ucraniano para justificar nuevas inversiones en armamento nuclear, pero también es posible que Washington tenga intenciones de no respetar sus compromisos de Sochi.
El presidente Obama y la canciller Merkel reafirmaron, en un encuentro bilateral al que procedieron antes del G7, que mantendrán las sanciones contra Rusia. En cuanto puso un pie en Baviera, el propio Obama había declarado que «hay que contrarrestar con firmeza la agresión contra Ucrania», dejando entender que contra Rusia las sanciones económicas no son suficiente.
¿Existe entonces una agenda secreta que Obama trajo al G7, principalmente a sus grandes aliados de la OTAN (Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia), también miembros de ese grupo? El contenido de esa posible agenda puede deducirse de las declaraciones que hicieron en Washington varios funcionarios del Pentágono el 5 de junio, sólo 2 días antes del G7.
Estos funcionarios del Pentágono declararon, según reporta la AFP, que «Estados Unidos está considerando una serie de acciones para oponerse a la violación por Rusia del tratado de armas nucleares, como el fortalecimiento de las defensas de misiles o incluso el despliegue en Europa de misiles terrestres». O sea, misiles nucleares como los que Estados Unidos desplegó en Europa durante la guerra fría: los misiles balísticos Pershing 2, en Alemania, y los misiles crucero Tomahawk instalados en tierra, en Comiso (Italia). Aquellos misiles fueron desmantelados, junto a los SS-20 soviéticos, conforme al Tratado sobre las Fuerzas Nucleares de Mediano Alcance firmado en 1987 entre Washington y Moscú. Ese tratado prohíbe el despliegue de misiles cuyo alcance se encuentre entre 500 y 5 500 kilómetros.
Washington acusa a Moscú de haber realizado ensayos con un misil de crucero perteneciente a esa categoría. Moscú señala a su vez que Washington está instalando en Polonia y Rumania rampas de lanzamiento de misiles interceptores (los del «escudo antimisiles», rampas que pueden ser utilizadas también para el lanzamiento de los misiles de crucero Tomahawk dotados de ojivas nucleares.
También hay que recordar que Estados Unidos mantiene en Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Turquía alrededor de 200 bombas nucleares B-61, que se agregan a las más de 500 ojivas nucleares listas para el lanzamiento que poseen Francia y Gran Bretaña.
En Italia, en violación del Tratado de No Proliferación Nuclear, se almacenan entre 70 y 90 armas nucleares, en Aviano y Ghedi Torre. Pero es posible que haya más en otras instalaciones y a bordo de navíos estadounidenses [presentes en aguas italianas]. Las bombas nucleares estadounidenses B-61 de caída libre serán transformadas, dentro de poco, en bombas «inteligentes» B61-12 que pueden ser lanzadas a gran distancia del objetivo.
Fue en Italia donde se desarrolló, en 2013 y 2014,Steadfast Noon, el simulacro de guerra nuclear organizado por la OTAN, con la participación el año pasado de aviones de combate F-16 polacos. Washington reafirma que «la OTAN seguirá siendo una alianza nuclear» y que:
«aunque la OTAN se pusiese de acuerdo con Rusia para reducir el armamento nuclear en Europa, nosotros [Estados Unidos] mantendríamos la exigencia de completar el programa de la [bomba nuclear] B61-12.»
La posibilidad de un nuevo despliegue en Italia de los misiles nucleares estadounidenses no está por consiguiente muy lejos. El coronel Sowers, vocero del Pentágono, declaró que:
«la administración Obama está considerando una gama de posibles respuestas militares a Rusia, destinadas todas a garantizar que esta no adquiera ninguna ventaja militar significativa.»
Esas «opciones», incluyendo la «instalación de misiles terrestres en Europa», se discutieron «en una reunión de oficiales superiores y diplomáticos convocada el 5 de junio en Stuttgart, Alemania, con el secretario de Defensa Ashton Carter».
A nosotros nos gustaría que el primer ministro [italiano] Matteo Renzi, que acaba de regresar de Alemania, dijese si sabe algo de la reunión convocada en Stuttgart por el jefe del Pentágono, a la que probablemente asistieron oficiales superiores y diplomáticos italianos, o si tendremos que esperar a que se publique el comunicado del Pentágono anunciando la instalación de misiles nucleares en Italia.
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