Por: Manlio Dinucci
La operación de los “5 Ojos” contra Huawei en realidad trata única y exclusivamente de impedir que una firma china tenga el control de la tecnología 5G en Occidente. Un informe del Pentágono afirma que, aun siendo una tecnología civil, la 5G tiene un uso esencialmente militar.
En su reciente cumbre de Londres, los 29 países miembros de la OTAN se comprometieron a «garantizar la seguridad de nuestras comunicaciones, incluyendo la 5G». ¿Por qué esta tecnología, correspondiente a la 5ª generación de la transmisión móvil de datos, es tan importante para la OTAN?
Las tecnologías anteriores se crearon principalmente para poder producir teléfonos celulares inteligentes cada vez más avanzados. Pero la 5G está concebida no sólo para mejorar las posibilidades de esos dispositivos sino sobre todo para conectar entre sí sistemas digitales que necesitan grandes flujos de datos para funcionar de manera automática. Las aplicaciones más importantes de la 5G no son las vinculadas a su uso civil sino de naturaleza militar.
Las posibilidades que ofrece esta nueva tecnología se explican en el informe Defense Applications of 5G Network Technology (ver al final de este trabajo), publicado por el Defense Science Board, un comité federal estadounidense encargado de asesorar al Pentágono en el sector de la ciencia: «La tecnología emergente 5G, comercialmente disponible, ofrece al Departamento de Defensa la oportunidad de aprovechar con costos menores los beneficios de ese sistema para sus propias exigencias operacionales.»
Dicho en otros términos, la red comercial 5G, instalada por empresas privadas, será utilizada por las fuerzas armadas estadounidenses, lo cual representará para el Pentágono un gasto mucho menor del que tendría que asumir si tuviese que establecer una red de uso exclusivamente militar.
Los expertos militares prevén que la 5G tendrá un papel determinante en el uso de las armas hipersónicas –o sea, misiles, incluso misiles con ojivas nucleares, que alcanzan velocidades superiores a Mach 5 (5 veces la velocidad del sonido). Para guiar esos misiles en trayectorias variables, modificando su rumbo en una fracción de segundo para que sean capaces de burlar los misiles interceptores, es necesario recoger, elaborar y transmitir enormes cantidades de datos en lapsos de tiempo muy reducidos. Esas mismas exigencias se plantean a la hora de activar las defensas ante un ataque enemigo realizado con armamento hipersónico –dado el hecho que la defensa no tiene prácticamente tiempo para tomar decisiones, la única posibilidad sería confiar esa defensa a sistemas automáticos 5G.
Esa nueva tecnología tendrá también un papel clave en la battle network (red de batalla). Al ser capaz de conectar simultáneamente millones de aparatos transmisores-receptores en determinada área la 5G permitirá a los militares –departamentos enteros e individuos– transmitirse entre sí mapas, fotos y otros datos sobre la operación en marcha, y todo eso prácticamente en tiempo real.
Extremadamente importante será también la 5G para los servicios secretos y las fuerzas especiales al hacer posible el uso de sistemas de control y espionaje mucho más eficaces que los actuales. También acrecentará la letalidad de los drones asesinos y los robots de guerra haciéndolos capaces de identificar, seguir y eliminar personas basándose en el reconocimiento facial y en otras características del individuo. Al ser una herramienta de guerra de alta tecnología, la 5G está llamada a convertirse automáticamente en blanco de ataques cibernéticos y de acciones de guerra realizadas con armas de nuevo tipo.
En resumen, la batalla alrededor de la 5G no es sólo de naturaleza comercial. Pero no se habla de las implicaciones militares de esta tecnología porque hasta los propios críticos de la 5G –entre los que se cuentan numerosos científicos– concentran su atención en los efectos nocivos que puede tener para la salud y para el medioambiente debido a la exposición constante a campos electromagnéticos de baja frecuencia. Por supuesto, esto reviste gran importancia, pero debe debatirse al mismo tiempo que el uso militar de esa tecnología, que será financiado indirectamente por los usuarios comunes. Uno de los grandes incentivos que favorecerá la difusión de los teléfonos celulares inteligentes 5G será que estos ofrecerán la posibilidad de participar –mediante el pago de una suscripción– en wargames de un impresionante realismo conectándose directamente con jugadores del mundo entero. De esa manera, sin darse cuenta, los jugadores van a financiar la preparación de otra guerra… pero en el mundo real.
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