Por: Alfredo Jalife-Rahme
En momentos en que la autoridad de Washington se ve más maltrecha e incoherente que nunca, Alfredo Jalife analiza las posiciones de Henry Kissinger y de la Rand Corporation. El mítico estratega de la política exterior estadounidense deplora el hecho que el mundo actual ya no esté gobernado por Estados soberanos, mientras que el grupo de reflexión del complejo militaro-industrial estadounidense estudia cómo puede Washington dominar el caos global.
A medida que el poder global gira hacia la multipolaridad, en Estados Unidos, tanto el sitio webThe National Interest como el think tank conocido como Rand Corporation –que los rusos siguen muy de cerca– sopesan cuál es su nuevo papel frente a la resurrección militar de Rusia y el irresistible ascenso geoeconómico de China.
- En su número bimestral de septiembre-octubre de 2015, que incluye una relevante entrevista de Henry Kissinger [1] –quien forma parte de su consejo editorial [2], The National Interest se pregunta cuál es «el objetivo del poder estadunidense».
Por su parte, la Rand Corporation aborda los avatares de Estados Unidos frente al despliegue del «nuevo orden global» y juzga que «todo cambió en unos pocos días confusos, en febrero de 2014, cuando soldados rusos en uniforme sin distintivos se deslizaron en el territorio ucraniano de Crimea capturándolo prácticamente sin disparar un tiro».
Aquí lo relevante no es la distorsión obscena de los hechos sino que la reincorporación de la estratégica península de Crimea a su madre patria (en)marque para los sesgados analistas de la Rand Corporation el fin del caduco orden global al reconocer que «Rusia es todavía una fuerza que tiene que ser reconocida» cuando cunde la paranoia estadounidense sobre «el mundo en que vivimos: con amenazas que pueden venir de cualquier parte en cualquier momento».
Un equipo de expertos de la Rand Corporation desarrolló un manual de estrategias para enfrentar los nuevos desafíos con el objetivo nodal de «preservar el orden internacional frente a la amplia gama de desorden».
Mediante su «Proyecto Re-Pensar Estratégico», la Rand Corporation explora importantes asuntos estratégicos y el camino de Estados Unidos en un «mundo turbulento», lo cual parece más determinista que determinado [3].
Sobresalen «tres regiones críticas»:
- Medio-Oriente,
- Europa y
- Asia Oriental.
Pero llama la atención la afirmación de que «Estados Unidos no confronta una amenaza existencial» sino que «más bien confronta una gama inusualmente amplia y diversa de desafíos».
¿No será que Estados Unidos facilita, por no decir que promueve, el caos global en las 3 citadas «regiones críticas», que coincidentemente afectan e infectan a sus competidores geoeconómicos y geopolíticos: la Unión Europea, Rusia y China?
Curiosamente, estos 3 teatros de guerra se hallan lejos de las fronteras de Estados Unidos y cerca de los límites de Rusia y China.
Pareciera que Estados Unidos, en medio del caos global, se pertrecha, se agazapa y encapsula en las zonas de fractales [4]: zonas de orden dentro del desorden, de acuerdo con la Teoría del Caos.
¿Se define Estados Unidos como la zona fractal dentro del caos global?
La exploración estratégica de la Rand Corporation es muy ambiciosa. En un primer volumen aborda las «elecciones para Estados Unidos en un mundo turbulento», a cargo del embajador James Dobbins.
Vendrán otros volúmenes que enfocarán la defensa, la estrategia económica internacional, la anticipación a estrategias sorpresivas, el mejor uso del espionaje, la reforma del sistema de toma de decisiones de la Seguridad Nacional y el manejo de las complejas relaciones de Estados Unidos con sus aliados y socios.
Entre los hallazgos principales destaca la obsesión de que «Rusia ha resurgido como Estado agresor».
En lugar de aceptar la nueva realidad –Rusia como superpotencia indispensable para el nuevo orden global–, los expertos de la Rand Corporation prefieren regresar a sus nostálgicas posturas de la guerra fría y, peor aún, a la intolerable humillación a Rusia, como en la corta fase de la unipolaridad estadounidense, cuando el “oso ruso” aún no trazaba sus nuevas líneas rojas del siglo 21.
Y matiza la Rand Corporation: «Rusia se comporta mal, pero no en la escala de la anterior URSS». Sentencia además que «China se ha vuelto más represiva adentro y más segura afuera», sin tomar en cuenta los factores exógenos y endógenos.
Los temas al-Qaeda, cambio climático y ébola son variaciones del mismo tema que ha manejado Obama.
Un frente que preocupa a la Rand Corporation es el «ciberespacio», que «ha emergido como un nuevo campo de batalla entre las fuerzas del orden y el desorden».
Se da por sentado que las «fuerzas del orden» están representadas por Estados Unidos y su caduco orden unipolar, mientras que las «fuerzas del desorden» están simbolizadas por Rusia y China, países que anhelan un nuevo orden global de corte multipolar y más equitativo.
La Rand Corporation se deleita en insistir sobre el caos: «los pasados pocos años han sido un recordatorio de que la estabilidad no es el estado natural del ambiente internacional, de que la paz no se autoperpetúa y que regiones enteras pueden caer súbitamente en la anarquía».
Lo que queda claro, según la Rand Corporation, es que sin la dirección unipolar de Estados Unidos aparece la anarquía.
La Rand Corporation afirma que se ha exagerado el «desastre», que «el orden internacional está desintegrándose» y que la «capacidad de Estados Unidos para liderear se desvanece».
En el ámbito económico, la Rand Corporation se pregunta, en caso de una conclusión feliz del TPP y del TTIP, «si se debe incluir o excluir a China».
China constituye su enigma de Hamlet: ¿acomodarla o competir con ella en las nuevas estructuras financieras multilaterales (Léase: el nuevo banco chino AIIB)?
Sobre Rusia, la Rand Corporation se pregunta «cuán lejos se debe ir aislándola y penalizándola, dada la necesidad de [disponer de] su cooperación en otros ámbitos», a la par de desplegar o no «fuerzas adicionales de Estados Unidos en o cerca de los países Bálticos para disuadir o derrotar cualquier movimiento ruso contra los aliados de la OTAN».
Sobresale la viabilidad de «buscar una Ucrania unida, pero neutral».
Veamos las “recomendaciones” de la Rand Corporation: Estados Unidos, «máxima potencia mundial, debe continuar asumiendo el liderazgo para sostener y extender las reglas basadas en el orden internacional» y «debe promover el desarrollo de nuevas normas en sectores donde todavía no existen [tales normas], como el manejo cibernético y del clima».
Pese al caos global –«caos en el Medio Oriente, intervención de Rusia en Estados vecinos, la asertividad china en el Mar del Sur de China, cambio climático y el declive en la prontitud militar de Estados Unidos»– la Rand Corporation juzga que «no se está cayendo el mundo» y que «tales dificultades no están lejos de la habilidad de Estados Unidos para lidiar con ellas» y que incluso «eras previas habían visto mayores cambios en el balance global del poder que los de hoy».
Destaca el liderazgo que debe ejercer Estados Unidos en «un ambiente geopolítico turbulento», pero la Rand Corporation no formula cuál debe ser el papel de Rusia, de China y de lo que quede de la Unión Europea.
A mi juicio, el caos global imperante se debe al declive de Estados Unidos, en conjunción con la decepcionante actuación de la Unión Europea –que no ha sabido imponer su anhelada autonomía–, y a la «asociación estratégica» entre Rusia y Estados Unidos.
Quizá el máximo error de la Unión Europea ha sido haberse alineado pusilánimemente con el unilateralismo insostenible de Estados Unidos, superpotencia declinante, al entrar en un insensato enfrentamiento con Rusia, la principal superpotencia nuclear euroasiática.
El principal error geoestratégico de Estados Unidos, que no ha sabido acomodarse a la nueva realidad del nuevo orden tripolar, es haber empujado Rusia a los brazos de China, cuando la Unión Europea está sufriendo un profundo deterioro político que puede llevar a su implosión.
[1] “The Interview: Henry Kissinger”, Jacob Heilbrunn, The National Interest, septiembre-octubre de 2015.
[2] En esta entrevista, Henry Kissinger sugiere que Washington no ha ganado ninguna de las 5 últimas que ha emprendido. Observa también que en este momento –como siempre esperó hacerlo– Alemania domina Europa pero no sabe qué hacer con el poder que ostenta y se ve totalmente desorientada. Nota de la Redacción.
[3] Choices for America in a Turbulent World por James Dobbins, Richard H. Solomon, Michael S. Chase, Ryan Henry, F. Stephen Larrabee, Robert J. Lempert, Andrew Liepman, Jeffrey Martini, David Ochmanek y Howard J. Shatz, Coll. Strategic Rethink, Rand Corporation, 2015.
[4] El término «fractal» se aplica a las estructuras similares pero de tamaño decreciente que pueden meterse una dentro de otra, como las conocidas «matrioshkas» o muñecas rusas. Un «fractal» designa objetos de estructura similar y que difieren solamente en su tamaño. NdlR.
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