Por: Roxana Springer
Cada vez parece más claro que Ucrania no puede vencer por sí sola a Rusia, ya que depende de la ayuda de los EEUU y la sociedad ucraniana está muy castigada después de tantos años de enfrentamientos.
Con el arribo de Donald Trump al gobierno se insinúan nuevos enfoques frente a esta guerra, ya que por primera vez las políticas, y sobre todo la financiación, que venía aplicando el ex presidente Joe Biden, para complacer a Volodomir Zelenski, han caducado abruptamente.
De todas maneras, Trump cambio relativamente de opinión desde que asumió hasta la fecha: primero, prometió detener la guerra en 24 horas, ahora dice que será en 100 días. Por lo que bien podría coincidir el esperado Acuerdo de Paz con el 9 de mayo, fecha en que se conmemora el triunfo de La Unión Soviética sobre la Alemania Nazi en 1945
Lo que sí queda claro de este nuevo panorama, es que Rusia está negociando con los EEUU sin la participación de Zelenzki, pero no hay que dejar de tener una mirada más global y a nivel mundial en este conflicto, ya que Ucrania es solo un punto medio entre lo que realmente le interesa a Trump, que es China. Es una verdad absoluta que Washington no le conviene que Rusia confraternice con China, y hará todo lo posible para que eso no ocurra.
Por lo tanto, no hay que olvidar las palabras de Trump en su discurso de toma de posesión, donde habló de negociaciones para terminar la guerra de Ucrania, la cual quedaría dividida, perdiendo soberanía.
Cabe preguntarse, hasta donde está dispuesto Putin en negociar. Ucrania viene cediendo territorio y este conflicto es una guerra de desgaste donde Zelenski lleva todas las de perder. Ya no se habla de reconquista, el escenario es más político. En una mesa de negociaciones, Rusia tiene más posibilidades de ganar, ya que ha demostrado ser dúctil y eficaz en la diplomacia, y económicamente el país está más fuerte. Mientras, la mayoría de la población ucraniana ya no quieren continuar con los enfrentamientos y corre el peligro de perder Pokrovsk, su único centro de industria de carbón.
A corto plazo, se podrá saber si ambas potencias encontrarán la fórmula más eficaz para sentarse en una mesa de negociación, siempre y cuando Trump no se desdiga de lo prometido.
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