Por: Juan Manuel Karg
El repentino ascenso en las encuestas del candidato de La Francia Insumisa, Jean -Luc Mélenchon, abre la posibilidad de que todo pueda pasar en la primera vuelta presidencial francesa, incluso una hipotética segunda vuelta contra la candidata de la ultraderecha, Marine Le Pen. Por ello, los ojos de toda la Unión Europea se posan ahora sobre París, ante la posibilidad concreta de un desenlace que ponga en jaque —en mayor o menor medida— el encaje actual de Francia en la propia UE tras el Brexit, lo que a su vez modificará sustancialmente la política económica del país.
La candidatura de Mélenchon toma fuerza por varios motivos. Por el desplome de la socialdemocracia, evidenciado en el paupérrimo lugar que Hamon, candidato del PS, ocupa en los sondeos, lejos del pelotón de cuatro que pelea el ingreso a la segunda vuelta. Pero además, por su capacidad de oratoria, su interpelación concreta a la juventud francesa y su programa electoral. Mélenchon propone una Asamblea Constituyente por la Sexta República, con referéndum popular final de aprobación de dicha Constitución por parte del pueblo francés. En lo económico, pregona derrotar el fraude y la evasión fiscal avanzando sobre el poder financiero de la economía real, a la par que ayudar a trabajadores para formar empresas cooperativas. En ambas propuestas hay similitudes con lo realizado en Ecuador por Rafael Correa, de donde Mélenchon, siempre informado de lo que sucede en América Latina, toma la idea de ‘revolución ciudadana’.
La Francia Insumisa aprovecha también la campaña presidencial en EE.UU. durante 2016: en un afiche aparecido recientemente en redes sociales, asemejan a Macron con Hillary Clinton, a Le Pen con Donald Trump, y al propio Mélenchon con Bernie Sanders. El objetivo de la imagen es plantear que Francia no puede cometer “el mismo error” y destacar que el candidato más competitivo para hacerle frente a Le Pen es JLM. Esta lectura también es sostenida desde EE.UU.: la revista ‘Politico’ destacó recientemente que la candidata de ultraderecha se sentiría más cómoda compitiendo contra Macron, considerando que una parte de los votantes de JLM podría abstenerse antes que votar a un representante de la banca Rothschild. Como se ve, el debate de la política francesa residirá en los próximos días en una pregunta central y crucial: ¿cuál es el candidato más competitivo contra la candidata del Frente Nacional?. En definitiva, ¿quién puede frenar a ” la Trump francesa’, como ciertos analistas califican a Le Pen?
De algo hay una certeza evidente: los partidos tradicionales han perdido notoria representatividad en el escenario político francés, a la par de lo que sucede en otros países de la UE. La inquietud central reside en saber quién canalizará ese evidente descontento, lo que repercutirá fuertemente —sea cual sea el resultado y, más aún, si el balotaje es Le Pen contra Mélenchon— en Francia y, seguramente, Europa en su conjunto. ¿Le alcanzará la remontada a Mélenchon, que ahora asiste a un embate mediático que, desde ‘Le Figaro’ y otros medios, lo compara con Chávez, Lenin, Robespierre y hasta Trotski? ¿O la ‘campaña del miedo’ se impondrá, permitiendo que Macron o hasta Fillon canalicen en primera vuelta el importante voto anti Le Pen? Lo sabremos en apenas días.
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