Por: Maya Wind
Maya creció en Jerusalén durante la segunda Intifada en una familia típicamente judío-israelí. Le enseñaron que vivía en un Estado que se defendía de los ataques permanente de un enemigo malvado llamado Palestina. A sus quince años, sin embargo, conoció a una de estas personas: una niña que se veía como ella. Le contó cómo su padre había sido sacado de su casa en mitad de la noche por el ejército isrelí y cómo nunca volvió a verlo. Después su familia sería informada de que el hombre murió de una enfermedad en alguna prisión. Esta historia cambió para siempre a Maya, quien en 2008 estuvo días detenida por negarse a hacer el servicio militar obligatorio.
Estudió en Estados Unidos y realiza su posgrado en Sociología y Antropología en la Universidad de Nueva York. Allí también participa de la organización Jewish Voice for Peace, una organización de Shministim, que reúne a objetores de conciencia y personas judías que trabajan por la paz en Oriente Medio. Maya se encuentra hoy en Jerusalén por el verano –en Estados Unidos–, donde realiza “tours políticos”. Ahí una persona mayor, que vivió la segregación en Norteamérica le contó cómo el trato de Israel a Palestina se parecía a su experiencia: “creían que las personas de color eran peligrosas y no podían confiar en ellas, no se podía vivir con ellas. Los judíos en general no confían en personas no judías, pero particularmente con palestinos. Y hay una sensación de que no se puede vivir con ellos ni confiar en ellos. No tienen los mismos derechos que nosotros”, dice Maya.
¿Cómo está todo por allá ahora que se inició la ofensiva terrestre?
Está mal, se ha ido intensificando. En nuestra comunidad de activistas estamos muy preocupados por esto. El primer soldado que murió el viernes, fue por fuego amigo. Pero es una mala señal, porque en Israel cualquier persona muerta de nuestro lado, ya sea por fuego amigo o por otra razón, sólo sirve para avivar el odio y la voluntad de continuar con esta operación. Por eso nos preocupa. Y claro, acabamos de bombardear un hospital en Gaza, también.
¿Cómo fue crecer durante la segunda Intifada?
Creo que es una buena pregunta, porque lo que estamos viendo hoy en Israel es básicamente la primera vez, desde la segunda Intifada, donde todos en el país de pronto están sintiendo el precio de la ocupación. Porque la mayoría de los soldados israelíes no sirven en territorio ocupado. Solo el 20% lo hace. Así que aun cuando todo está muy cerca, la mayoría de los israelíes no tienen contacto. Puedes vivir tu vida muy fácilmente en la mayor parte de Israel sin tener ninguna idea de lo que es vivir bajo ocupación. No lo ves, no lo escuchas. La segunda Intifada fue diferente porque tuvimos bombardeos, especialmente en Jerusalén. Fue el principal objetivo de los bombardeos. Era un tiempo aterrador, y yo nunca había conocido palestinos, aún cuando Jerusalén tiene un 45% de palestinos.
¿Como cuáles?
Por supuesto era muy racista, y pensaba “nos están atacando sin razón”. Y hoy día, en esta operación escuchas lo mismo en Israel. Los israelíes, en nuestras mentes, siempre vamos a ser las víctimas. Empezó con el antisemitismo, después con el Holocausto y ahora, “nuevamente estamos siendo atacados porque somos judíos, y porque los palestinos no nos quieren aquí”. No hay absolutamente ninguna contextualización en los discursos masivos, ya sea en textos escolares o en los medios, sobre lo que está pasando, de lo que hicimos en 1948 y antes para desplazar a los palestinos. Hay una narrativa de la historia sobre una contienda que le permite a Israel sentarse y decir “oh, somos las víctimas porque nos han disparado un par de cohetes”. Y no hay un contexto más amplio sobre lo que está pasando y quién está realmente en el poder.
¿Qué decían en esa época?
Cuando era niña, en la segunda Intifada, pensaba que estábamos en una guerra de dos bandos iguales. La primera vez que entré en territorio ocupado quedé muy impactada de ver lo que el ejército israelí hace realmente ahí. Estaba completamente impactada porque me di cuenta de que nosotros éramos los que llevábamos las riendas del asunto. Desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo es controlado por nuestro ejército y nuestro gobierno. Y los palestinos están bajo nuestro control. Y nunca lo había pensado de esa forma. Y la mayoría de los israelitas todavía no lo ven así.
¿Por qué decidiste ir a las villas palestinas? ¿Cómo fue eso?
Fue casi por coincidencia. Cuando tenía 15 años conocí a una niña palestina que me contó una historia terrible. Su padre había sido sacado de su casa por el ejército israelí en medio de la noche y llevado a prisión. Nunca más lo vio y a la familia le informaron que había muerto en la cárcel por una enfermedad. Y para mí esta historia fue muy impactante porque sonaba tan surreal. ¿Nuestro ejército? ¿Esta gente buena? ¿Esta gente que conozco, mis amigos, mis familiares? Gente que sabía que estaba en las filas. Sonaba muy oscuro. Sonaba como una dictadura: entrando a casas en medio de la noche, secuestrando, sonaba muy raro. Y ustedes han escuchado estas cosas, han tenido muchas dictaduras en Latinoamérica, pero yo nunca había escuchado de algo así. No se parecía a nada que yo conociera, se suponía que éramos un ejército de defensa, que nos defendíamos, que no hacíamos estas cosas. Y eso me produjo curiosidad, porque me puse a pensar: “¿Qué pasa si esta historia es cierta?” Así que decidí ir y verlo por mí misma. Y conocí a muchos israelitas que van normalmente, que son activistas. Y conocí a los palestinos con mis propios ojos y eso me cambió para siempre.
¿Cómo era tu familia? Cómo reaccionaron?
Crecí en un hogar típico israelí, casi todos en Israel son cercanos al sionismo. En Israel no sabemos exactamente qué es el sionismo, pero sabemos que somos sionistas. No hay una opción de no serlo. Pero mi familia cercana por supuesto que estaba muy consternada, ahora han avanzado mucho, pero al principio no lo aceptaban. Porque todos sirven en el ejército y es casi una cosa social. Todos van y sirven a su país: hombres y mujeres. Es visto como un deber y un honor y todos lo hacen. Así que es muy difícil justificarte por ser crítica de eso. Se ponen muy a la defensiva, porque todos participan y a la gente no le gusta escuchar críticas hacia los militares, porque se sienten identificados fuertemente con ellos, porque ellos también estuvieron ahí. Así que eso hace que las conversaciones, el debate político sea aún más difícil. No es racional, es muy personalista.
Seguramente tuviste amigos que hicieron el servicio militar o que son militares. ¿Cómo fue para ellos tu cambio de visión?
No tengo casi ningún amigo del colegio. Mis amigos ya no me hablan, me veían y me siguen viendo como una traidora. La gente no lo acepta. Piensan que ellos están haciendo este sacrificio por su país y que yo me creo demasiado buena para hacerlo. Los enojó mucho.
Por participar en protestas pacíficas la prensa te ha catalogado de “partidaria de Hamas”y a nosotros nos llega mucha información de diferentes medios, ¿crees que podemos confiar en lo que escuchamos de la prensa israelí, del ejército o del gobierno?
No. Absolutamente no. La principal razón para esto es que no hay separación entre el ejército y la prensa. Así que lo que pasa es que hay una fuerte censura militar. Cualquier medio masivo, incluso un blog en internet es censurado por el ejército. Así que no tenemos prensa independiente en Israel. No puedes confiar absolutamente nada de lo que diga la prensa israelí. Y puedo decírtelo por experiencia propia. Cuando voy a territorio ocupado, y voy a protestas y veo cosas con mis propios ojos, vuelvo a mi casa y leo cómo lo cubrió la prensa israelita y no tiene absolutamente ninguna relación con lo que sucedió. La prensa está al servicio de los militares. No hay ninguna separación entre el gobierno y el ejército y la prensa en Israel. Es un gran problema.
Entonces cuando escuchamos que el gobierno o el ejército en realidad estaban atacando a un miembro de Hamas o algo así y por casualidad matan civiles, no es información confiable.
Completamente. Y por muchas razones. La primera es que Israel usualmente usa bombas de mil o 2 mil libras (bombas tontas). Así que cuando lanzas una bomba de mil libras en uno de los lugares más poblados del mundo, sabes que no solo vas a matar a una o dos personas que estás intentando matar. Por definición sabes que otros civiles serán heridos. Es el lugar más poblado en el mundo. Y hay un cerco en Gaza, así que la gente que quiere salir de Gaza necesita un pasaporte. El único gobierno que tiene permitido darles cualquier tipo de documentación es el gobierno de Israel. Y Egipto está colaborando con el gobierno de Estados Unidos y de Israel para bloquear las fronteras. Controlamos el mar, el aire y controlamos todas las fronteras. Así que una persona en Gaza no tiene adónde ir. Está atrapada ahí en una amplia prisión mientras les tiramos diez bombas sobre sus cabezas. Por supuesto que la gente va a morir. Y eso es algo que saben, y lo hacen de todas formas.
¿Incluso cuando dicen que son accidentes?
Es irónico que digan que no era su intención o que el objetivo era Hamas para darle legitimidad a estas acciones, pero no tienen ninguna legitimidad porque saben que van a herir a civiles. Otra cosa es que cuando Hamas u otros grupos le disparan cohetes a Israel, no olvidemos que el Ministerio de Defensa, de donde se ordena el lanzamiento de los drones y quienes toman las decisiones de lo que pasa en Gaza, está en el centro de Tel Aviv. Así que si dicen que disparan a Gaza porque el objetivo es Hamas, entonces también es legítimo disparar a Tel Aviv para derribar las bases militares. En todo Israel hay bases militares y casi todos los israelitas son soldados, esto no es así para los palestinos. Hay civiles en ese lado. En Israel todos los adultos han pasado por el ejército, somos participantes activos de lo que sucede en Gaza.
En el avance por tierra murió un bebé de dos años. Y, como dijiste, Israel es uno de los países que gastan más dinero en armamento o en el ejército. Parece raro que no tengan la tecnología para no cometer estos supuestos errores.
Es que no sé si exista esa tecnología cuando vas contra una población civil. Gaza tiene 2.8 millones de personas en una tierra muy angosta. No hay ninguna forma de que ataquen esa área tan poblada y sólo maten gente de Hamas. Israel decidió que el de Hamas no es un gobierno legítimo. Del mismo modo, los palestinos podrían decidir que el de Israel no es un gobierno legítimo y decir que todo el que sea general de ejército puede ser bombardeado porque no están de acuerdo con ellos. Así que estamos matando oficiales de Hamas como si tuviéramos el derecho de hacerlo. Ni siquiera es sobre matar civiles, creo que no es para nada legítimo que Israel intente matar oficiales de Hamas.
Alguna gente compara esto con el Holocausto. Se cuestionan cómo un pueblo que vivió ese tipo de persecución puede hacerle esto a otro pueblo. ¿Te parece una comparación justa?
Absolutamente. Gaza es, de muchas formas, un gueto. Según la ONU el 95% del agua en Gaza no es potable. Y eso es lo que beben, no es sanitario. Israel está a cargo de decidir qué medicamentos entran a Gaza, qué comida, qué agua. Todo lo que llega a Gaza es controlado por Israel. Es el gueto más grande del mundo, absolutamente. Y es irónico que gente que sufrió tanta persecución no vea un sentido de humanidad en los palestinos.
Tanto Israel como Palestina reclaman un derecho histórico sobre las tierras; y hasta hace poco judíos y árabes vivían en paz. ¿Cuándo cambió eso?
Todo se echó a perder con el sionismo. Antes de eso había una pequeña comunidad judía en Palestina, y vivían con ellos en una comunidad. Se casaban con ellos, vivían en paz. Y cuando las colonias británicas se apoderaron del Imperio Otomano, tanto palestinos como judíos resistieron la ocupación británica. Resistieron juntos para defender la tierra que les pertenecía. Y lo que pasó con el sionismo es que trajo a mucha gente de Europa, sobrevivientes del Holocausto, pero en vez de inmigrar a un país, vinieron a destruir a los palestinos porque querían una mayoría judía. Y hasta hoy vivimos las consecuencias de esa injusticia inicial. Nadie debería pasar por lo que pasaron los judíos en el Holocausto, incluyendo a los palestinos.
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