Por: Theo Williams
Traducción: Pedro Perucca
Nacido en Trinidad, George Padmore se convirtió en un organizador clave de las redes panafricanas anticoloniales. Fuertemente influido por el marxismo, Padmore siempre insistió en que la independencia nacional debía conducir a la liberación social, en lugar de limitarse a sustituir una bandera por otra.
George Padmore fue una de las figuras más importantes de la política panafricanista y anticolonialista del siglo XX. Nacido en Trinidad, se trasladó posteriormente a Londres, donde se convirtió en un organizador clave de redes que reunieron a algunos de los futuros líderes africanos en la lucha contra la dominación europea.
Padmore se convirtió en un destacado activista comunista en la década de 1920, aunque más tarde rompió con el movimiento al considerar que restaba importancia a la lucha contra el imperialismo. Sin embargo, Padmore siguió inspirándose en las ideas marxistas y subrayó que la liberación del dominio colonial debía implicar una transformación radical de la sociedad, no sólo una nueva bandera y un nuevo himno.
La línea del color
Malcolm Nurse, que más tarde se haría famoso como George Padmore, nació en Arouca, en el corredor este-oeste de Trinidad, el 28 de junio de 1903. Trinidad era una colonia británica definida por una clara jerarquía racial. Nurse pertenecía a la clase media negra y era plenamente consciente de que el racismo y el colorismo limitarían sus perspectivas.
Como C.L.R. James, amigo de la infancia de Nurse, observó de la Trinidad de su juventud:
Socialmente las líneas raciales estaban claras. Los blancos, los pardos y los negros mantenían cada uno su propia compañía. Las mejores posiciones se las repartían (muy desigualmente) los dos primeros. . . Fue sobre la clase media negra, en contraposición a la parda, sobre la que recayó con más fuerza la discriminación, y George pertenecía a esa clase.
Nurse no nació simplemente en Trinidad: nació en un mundo de dominación imperialista blanca. Trinidad era un rincón de un mundo dividido, en su mayor parte, entre imperios coloniales europeos. Las tres naciones independientes dirigidas por negros —Etiopía, Haití y Liberia— disfrutaban cada una de una frágil soberanía que las potencias occidentales pondrían en entredicho en los años siguientes.
En 1900, los delegados de la Primera Conferencia Panafricana se reunieron en Londres. La conferencia se propuso encontrar soluciones a los problemas a los que se enfrentaba la población negra en todo el mundo. Observando el panorama mundial, el intelectual afroamericano W.E.B. Du Bois declaró al final de la conferencia que la gran cuestión del siglo XX era «el problema de la línea de color».
Los africanos y los afrodescendientes no tardaron en contribuir de forma significativa al esfuerzo bélico de los Aliados durante la Primera Guerra Mundial. Muchos de ellos esperaban que su servicio condujera a mayores libertades después de la guerra, sólo para enfrentarse a más violencia, represión y discriminación. El descontento y la desilusión de los negros encontraron su expresión en la enorme popularidad mundial de la Universal Negro Improvement Association de Marcus Garvey, así como en las redes internacionales forjadas a través de los Congresos Panafricanos de Du Bois en el periodo de entreguerras.
Mientras tanto, la Revolución Bolchevique de 1917 provocó un aumento del apoyo al comunismo en todo el mundo. Para muchos negros, la Unión Soviética contrastaba con la explotación racista que caracterizaba a Estados Unidos y a los imperios europeos.
Padmore y el comunismo
Nurse abandonó Trinidad para estudiar en Estados Unidos en 1924. En 1927, mientras estudiaba Derecho en la Universidad Howard de Washington, se afilió al Partido Comunista de Estados Unidos (CPUSA). Adoptó el nombre de George Padmore para ocultar sus actividades comunistas, que incluían escribir para el Daily Worker del CPUSA y editar su Negro Champion. Rápidamente se hizo un nombre, y en 1929 fue reclutado para trabajar para la Internacional Comunista en Moscú.
El VI Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en Moscú durante el verano de 1928, marcó la pauta del activismo comunista de los años siguientes. Marcó un brusco giro en la política comunista, que dejó de buscar frentes unidos con los socialdemócratas y se orientó hacia una política revolucionaria sin concesiones —y muy sectaria— de «clase contra clase». El congreso también comprometió a la Internacional Comunista a apoyar con más entusiasmo las luchas anticoloniales dirigidas por el proletariado. Como parte de este reajuste, lanzó el Comité Sindical Internacional de Trabajadores Negros (CSION).
Padmore fue una figura crucial en la organización de la Conferencia Internacional de Trabajadores Negros del CSI, celebrada en Hamburgo en julio de 1930. Sus resoluciones exigían la «evacuación inmediata de los imperialistas de todas las colonias» y un desafío revolucionario al orden mundial:
Las luchas espontáneas de los trabajadores negros por la igualdad de salarios, contra el trabajo forzoso, la segregación y las barras de color, etc., deben desarrollarse en una lucha consciente contra el imperialismo y todo el sistema de explotación capitalista y colonial.
En consonancia con la política comunista de «clase contra clase», la reunión denunció a todos los reformistas, ya fueran blancos o negros.
Poco después de la conferencia, Padmore se trasladó de Moscú a Hamburgo para asumir la dirección de la revista de la CSI, el Negro Worker. También publicó un breve libro, The Life and Struggles of Negro Toilers (1931), que fue la expresión más completa de su pensamiento político mientras trabajaba para la Comintern. Basándose en la teoría del imperialismo de Vladimir Lenin, desarrolló el papel que desempeñaban los obreros y campesinos negros en un sistema capitalista-imperialista global.
Para Padmore, los «trabajadores negros», oprimidos tanto por razones de clase como de raza, serían un pilar fundamental de una futura revolución mundial. De Marx tomó prestado un aforismo que utilizaría innumerables veces a lo largo de su vida: «El trabajo en la piel blanca no puede liberarse mientras que el trabajo en la piel negra está esclavizado».
Rompiendo con la Comintern
Sin embargo, la asociación de Padmore con el movimiento comunista no duraría mucho más. En agosto de 1933, publicó un artículo anunciando su salida del Negro Worker. La Internacional Comunista proclamó su expulsión en marzo de 1934.
Según la Comintern, Padmore fue expulsado
por contactos con un provocador, por contactos con organizaciones burguesas sobre la cuestión de Liberia, por una actitud incorrecta ante la cuestión nacional (en lugar de la unidad de clase se esforzaba por lograr la unidad de raza) y por no entregar los asuntos del comité en el que había trabajado.
Padmore, por su parte, argumentó que no se encontraba «en conflicto con los principios fundamentales de nuestro movimiento», pero acusó a la Comintern de sacrificar las luchas anticoloniales para apaciguar a los gobiernos británico y francés.
Aunque la afirmación de Padmore de que la CSI había sido «liquidada» era exagerada, el posterior giro de la Comintern hacia la estrategia del Frente Popular reivindicó la esencia de sus quejas. Asustada por la subida al poder de Hitler en 1933, la Unión Soviética consideraba a la Alemania nazi como una amenaza existencial. Se unió a la Sociedad de Naciones (que Lenin había calificado previamente de «cocina de ladrones») en septiembre de 1934, y firmó un tratado de asistencia mutua con Francia en 1935.
El VII Congreso de la Comintern en 1935 formalizó la estrategia del Frente Popular, ya que el movimiento comunista internacional dejó claro que su prioridad era establecer alianzas con fuerzas «democráticas» y «progresistas» en oposición al fascismo, independientemente de su posición sobre el colonialismo. Padmore identificó en esta nueva posición comunista la creencia de que «los pueblos coloniales que viven bajo el yugo de los imperialismos británico, francés y estadounidense deben renunciar a su lucha por la autodeterminación y alinearse en defensa de la ‘democracia’, algo que nunca han conocido».
Redes anticoloniales
Para entonces, Padmore ya vivía en Londres, donde pasaría la mayor parte del resto de su vida. Llegó en el verano de 1935, durante una de las muchas grandes crisis de la década. Hacía meses que estaba claro que la Italia fascista tenía planes en Etiopía, que finalmente culminaron en una invasión en octubre de 1935 y la toma de Addis Abeba en mayo de 1936.
En Londres, Padmore se unió a la International African Friends of Ethiopia (IAFE), un grupo que sus compañeros activistas caribeños Amy Ashwood Garvey y C. L. R. James habían fundado para hacer campaña a favor de la continuidad de la independencia de Etiopía. Los activistas negros que formaban el IAFE entendían que la invasión de Etiopía por Italia era emblemática y sintomática de un sistema capitalista-imperialista más amplio sustentado en ideologías racistas.
El futuro presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, estaba de viaje en Londres cuando se conoció la noticia de la invasión. Más tarde recordó haberse sentido «casi como si todo Londres me hubiera declarado la guerra de repente a mí personalmente».
Durante estos primeros años en Gran Bretaña, Padmore publicó How Britain Rules Africa (1936) y Africa and World Peace (1937), al tiempo que fundaba el International African Service Bureau (IASB) a partir de los restos de la IAFE durante la primavera de 1937. Se le unieron en el IASB personas como James, Chris Jones (de Barbados), Jomo Kenyatta (de Kenia), T. Ras Makonnen (de la Guayana Británica) e I. T. A. Wallace-Johnson (de Sierra Leona). El trabajo de la organización contó con el gran apoyo de la socia judeo-británica de Padmore, Dorothy Pizer.
Hubo una notable continuidad en el pensamiento político de Padmore durante su época comunista y poscomunista, ya que siguió defendiendo una concepción leninista del imperialismo, además de hacer hincapié en la interdependencia de las revoluciones metropolitanas y coloniales. El «Manifiesto contra la guerra» (1938) del IASB dirigía las siguientes palabras a la clase obrera británica:
Aunque nos hayáis descuidado en el pasado, hoy, en esta hora de crisis común, queremos que sepáis que los negros no os guardamos rencor. Los imperialistas son nuestro enemigo común… Nuestra libertad es un paso hacia vuestra libertad.
Padmore también atacó la distinción de la Comintern entre potencias «democráticas» (como Gran Bretaña y Francia) y «fascistas» (como Alemania e Italia), y empezó a describir varias leyes y prácticas coloniales británicas y francesas como «fascistas» para ilustrar su punto de vista. Le exasperaba que tantos antiguos camaradas estuvieran dispuestos a pasar por alto una forma de gobierno autoritario racialmente estratificado para luchar contra otra.
Además, sostenía que el colonialismo y el fascismo compartían una misma causa: el capitalismo. Como escribió Padmore en África y la paz mundial:
El imperialismo «democrático» y el imperialismo «fascista» no son más que ideologías intercambiables que se corresponden, por un lado, con las condiciones económicas y políticas del capitalismo en un país determinado y, por otro, con el grado de desarrollo de la lucha de clases.
Mientras que los comunistas proclamaban la necesidad de un Frente Popular «contra el fascismo y la guerra», Padmore sostenía que la lucha contra el fascismo y la guerra sólo podía ganarse mediante una lucha más directa contra el capitalismo y el colonialismo, una lucha que la estrategia del Frente Popular había subordinado.
Panafricanismo
Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, las actividades políticas de Padmore se vieron muy limitadas. La mayoría de los miembros del IASB habían abandonado Londres, y el propio Padmore padecía una dolencia de garganta que le impidió hablar en público durante los primeros años de la década de 1940. Sin embargo, Padmore, junto a compañeros como Chris Jones y el escritor sudafricano Peter Abrahams, que llegó a Londres en 1940, siguió defendiendo la revolución anticolonial.
Instaron a la población negra y a otros pueblos colonizados a no contribuir a los esfuerzos bélicos de sus opresores europeos y a aprovechar la guerra como una oportunidad para lograr la independencia. Padmore también se sumergió cada vez más en las redes del Partido Laborista Independiente británico, cuya «Ofensiva Socialista por la Paz» en tiempos de guerra debía mucho al análisis de Padmore sobre la relación entre capitalismo, colonialismo, fascismo y guerra. Al mismo tiempo, Padmore era consciente de que la posición comunista estaba a merced de las exigencias de la política exterior soviética, y como tal cambiaba drásticamente en función de acontecimientos como el Pacto Molotov-Ribbentrop de agosto de 1939 y la invasión alemana de la Unión Soviética en junio de 1941.
Al término de la guerra, Padmore desempeñó un papel destacado en la organización del V Congreso Panafricano de Manchester, el logro por el que quizá siga siendo más conocido. Ochenta y siete delegados, entre ellos tres futuros presidentes africanos (Hastings Banda, Jomo Kenyatta y Kwame Nkrumah) y unos doscientos observadores se reunieron en el Ayuntamiento de Chorlton-on-Medlock, en Manchester, durante una semana en octubre de 1945.
El congreso invocó el linaje de los congresos de Du Bois de entreguerras, al tiempo que evitaba la naturaleza burguesa de estas reuniones anteriores. Abrahams recordó el congreso de Manchester como «el primero verdaderamente representativo», mientras que Padmore lo calificó de «expresión de un movimiento de masas». El «Desafío a las potencias coloniales» de la reunión declaraba:
Condenamos el monopolio del capital y el dominio de la riqueza y la industria privadas sólo para el beneficio privado. Damos la bienvenida a la democracia económica como la única democracia real.
El espíritu de Bandung
El movimiento por la independencia de la Costa de Oro (más tarde rebautizada Ghana) ocupó gran parte del tiempo y la atención de Padmore después de la Segunda Guerra Mundial. Fue mentor de Nkrumah, que condujo al país a la independencia en 1957. Sin embargo, a pesar de centrarse en la nación ghanesa, Padmore —al igual que Nkrumah— estaba convencido de la necesidad de una liberación panafricana que tuviera como objetivo alcanzar el socialismo y trascendiera las fronteras nacionales.
En una carta de 1956 al escritor afroamericano Richard Wright, Padmore explicaba que su «concentración» en Nkrumah se debía al análisis marxista de éste. Añadió que líderes como Nnamdi Azikiwe (futuro presidente de Nigeria) eran «sólo los Kerenskys», en referencia al líder ruso al que los bolcheviques habían derrocado. James recordaba que Padmore
hablaba irónicamente de los políticos nacionalistas que se conformaban con «una bandera y un himno nacional»… La independencia africana no significaba para él una mera repetición de la experiencia europea.
A medida que se intensificaba la Guerra Fría, Padmore creía que la no alineación ofrecía la perspectiva más realista de una independencia africana significativa. Su último libro, ¿Panafricanismo o comunismo? (1956), fue escrito con el espíritu de la Conferencia de Bandung de 1955.
Padmore jugó un juego estratégico de Guerra Fría y exageró las divergencias históricas entre el panafricanismo y el comunismo. Sostenía que el panafricanismo no supondría una amenaza para Occidente si se dejaba a los líderes africanos como Nkrumah construir su propia marca de socialismo, pero que los panafricanistas podrían recurrir a Moscú si las potencias europeas no concedían la independencia a sus colonias.
Sin embargo, a pesar de sus continuas críticas al movimiento comunista contemporáneo, Padmore siguió defendiendo el legado leninista. Escribió, por ejemplo, que durante la Guerra Civil rusa, los «reaccionarios fracasaron en gran medida porque la audaz estrategia anticolonial de Lenin dio tan ricos dividendos».
Padmore se trasladó a Ghana en 1957 para actuar como asesor de Nkrumah en asuntos africanos. Sin embargo, su estancia en Ghana fue corta y frustrante. Con la salud deteriorada, regresó a Londres, donde murió de cirrosis el 23 de septiembre de 1959. Sus cenizas fueron enterradas en el castillo de Christiansborg, en Accra, al mes siguiente. Un golpe militar de derechas apoyado por la CIA derrocó al gobierno de Nkrumah en febrero de 1966.
James escribió sobre Nkrumah: «Como Cromwell y Lenin, inició la destrucción de un régimen en decadencia, un logro tremendo; pero como ellos, fracasó en la creación de la nueva sociedad». Padmore fue una figura clave en la destrucción del antiguo régimen y anhelaba ver una nueva sociedad libre del capitalismo y el imperialismo. Aunque Padmore y sus camaradas no consiguieron crear esa nueva sociedad en el siglo XX, su vida y su obra siguen siendo instructivas si queremos llevar a cabo la tarea en el siglo XXI.
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