Por: Ana García
- A las urnas sólo acudió el 45% del censo electoral, de los que el 95 por ciento rechazaría la propuesta europea de reubicación de refugiados
- Durante la crisis de los refugiados del verano de 2015, el Gobierno húngaro optó por construir vallas en sus fronteras para impedir su acceso al país
La baja participación invalida la consulta húngara contra los refugiados EFE
Según recoge Europa Press, Gulyas apuntó en declaraciones a la prensa húngara que de los 8 millones de votantes llamados a las urnas, la participación fue en torno al 45 por ciento.
“Desde el punto de vista jurídico, la decisión queda en manos del Parlamento, pero en un sentido político la decisión del electorado es vinculante para todos nosotros”, señaló Gulyas.
La celebración de esta consulta muestra perfectamente la postura del presidente húngaro, Viktor Orbán, que desde el incio de la crisis de los refugiados mostró su rechazo total a la política europea de asilo.
Una encuesta llevada a cabo durante la jornada de votación revela que el 95 por ciento de los ciudadanos que se acercaron a los colegios electorales lo han hecho para rechazar la entrada de refugiados. Sin embargo, la falta de participación supone cierta reticencia a las políticas de Orban.
Los partidos de gobierno en coalición, Fidesz-Unión Cívica Húngara y el Partido Popular Demócrata Cristiano, también cuentan con el apoyo del ultraderechista Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik). Es decir, que el rechazo a la acogida de refugiados suma, al menos, 157 escaños de los 199 que tiene el Parlamento húngaro.
Este referéndum no es la única medida con marcado tufo xenófobo que ha tomado el gobierno de Orban. En septiembre del año pasado, en plena de crisis y con el frío a las puertas de campos de refugiados, el ejecutivo húngaro anunció la construcción de una valla en su frontera con Croacia y más tarde el aumento de las de Grecia.
Por esas mismas fechas, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein denunciaba los ataques “con gases lacrimógenos y cañones de agua en la frontera de Hungría con Serbia”. Amnistía Internacional documentaba casos de persecuciones con perros y agreciones a refugiados por parte de la policía húngara con “balas de goma, granadas de gas lacrimógeno y artefactos pirotécnicos”.
Hungría no es el único país que rechaza el el sistema de reubicaciones. República Checa, Eslovaquia y Rumania también votaron en contra del mecanismo de reparto de refugiados.
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