Fuente: Terc3ra
Los jefes de estado o de gobierno de los países integrantes del G-7 iniciaron hoy su cuadragésimo tercera reunión cumbre en la localidad siciliana de Taormina, sin consenso a la vista sobre temas fundamentales.
La lucha contra el terrorismo será el centro de las deliberaciones del encuentro presidido por el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, en el cual participan además, la canciller federal alemana, Angela Merkel; y el presidente Francés, Emmanuel Macron.
También el presidente estadounidense, Donald Trump, y los primeros ministros de Canadá, Justine Trudeau; Japón, Shinzo Abe; y Reino Unido, Theresa May; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; y, como invitados, los mandatarios de Etiopía, Kenya, Níger, Nigeria y Túnez.
En representación de organismos internacionales concurren el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres; el presidente del Banco Africano de Desarrollo, Akinwumi Adesina; y el del Banco Mundial, Jim Yong Kim.
Además, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; y Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
‘Sentar las bases para una confianza renovada’ es el lema escogido por Italia como presidente de turno del grupo, durante un año en el cual se efectuaron citas ministeriales previas en los sectores de Cultura, Energía, Relaciones Exteriores y Finanzas, en tanto en los próximos meses se desarrollarán otras ocho. La propuesta italiana descansa en tres pilares fundamentales: protección de los ciudadanos; sostenibilidad económica, ambiental y social, junto a la reducción de las desigualdades; y la innovación, competencias y trabajo en la era de la ‘nueva revolución de la producción’.
En esas tres grandes áreas se enmarcan los 12 objetivos que, en opinión del gobierno italiano, deben trazar la pauta de las deliberaciones.
Entre ellos están, además del terrorismo, la gestión de los flujos migratorios y la movilidad humana en general; la estabilidad en el África Subsahariana, el Medio Oriente y el Norte de África; junto al crecimiento inclusivo; energía y cambio climático; seguridad alimentaria y nutrición; y salud y educación, entre otros.
Aunque el temario es extenso, la atención se centrará seguramente en los cuatro o cinco aspectos candentes por su impacto y actualidad, sobre algunos de los cuales persisten las discrepancias, lo cual hace más compleja la tarea de Gentiloni en la conducción del cónclave.
Si los resultados de la cumbre se midieran por el consenso sobre los temas principales, ésta corre el riesgo de pasar a la historia sin pena ni gloria por las discrepancias no resueltas entre Estados Unidos y sus aliados europeos sobre asuntos como el comercio, el cambio climático y la migración.
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