Fuente: Iniciativa Debate
Las torturas y malos tratos en los que participaron la CIA y el Ejército sucedieron en campos secretos de detención en Afganistán entre los años 2003 y 2014.
La Corte Penal Internacional de La Haya (CPI) sostiene que existen razones sólidas para creer que las fuerzas militares de Estados Unidos podrían haber cometido crímenes de guerra en Afganistán. En un informe publicado en las últimas horas, los fiscales de la CPI apuntan que “la información disponible supone una base razonable para creer que, durante los interrogatorios de los detenidos (…) miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y de la CIA recurrieron a técnicas que equivalen a crímenes de guerra” en campos secretos de detención.
Según la CPI, era la CIA la que gestionaba estos lugares. Los crímenes de guerra tuvieron lugar “principalmente durante el periodo 2003-2004” aunque “en algunos casos continuaron hasta el 31 de diciembre de 2014”, es decir, que incluyen el periodo de la presidencia de Barack Obama. El documento especifica que “miembros de las Fuerzas Armadas parecen haber sometido al menos a 61 detenidos a torturas” durante una década, y que oficiales de la CIA podrían haber torturado a otros 27 detenidos tanto en Afganistán como en Polonia, Rumanía y Lituania.
Los fiscales afirman que “estos presuntos crímenes no fueron abusos de unos pocos individuos”, sino que “parecen haber sido cometidos como parte de técnicas de interrogatorio aprobadas en un intento por extraer ‘datos de Inteligencia’ a los detenidos”.
“La oficina considera que hay una base razonable para creer que estos presuntos crímenes fueron cometidos en aplicación de una política o políticas destinadas a sonsacar información a través del uso de técnicas de interrogatorio que incluían métodos crueles o violentos que apoyarían los objetivos de Estados Unidos en el conflicto en Afganistán”, añade el informe.
La fiscalía de la CPI subraya que también tiene razones fundadas para creer que los talibanes y sus aliados, pertenecientes a la llamada red Haqqani, habrían cometido igualmente “crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra”. Estas muertes habrían sido llevadas a cabo “por el Gobierno afgano, en particular por la Agencia de Inteligencia y la Policía Nacional Afgana”.
La oficina de la Fiscalía afirma que decidirá de forma inminente llevar a cabo una investigación completa sobre el asunto afgano y que según los resultados podrían presentar cargos contra individuales e incluso emitir órdenes de arresto.
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