Por: Pedro García Hernández
En Siria se repite con variantes y una aparente discreción, la preparación paramilitar, de infiltración y sabotajes de desertores tal y como hicieron los servicios especiales occidentales en Iraq.
No hay teorías conspirativas en ese sentido, datos y elementos están publicados sin mucha algazara en medios como la British Broadcasting Corporation (BBC), según recuerda el analista francés Thierry Meyssan.
Recientemente, en extensa conversación con Prensa Latina, el fundador y presidente de la Red Voltaire reseñó que tal historia comenzó en Iraq con la preparación de “cuadros” de acción del Estado Islámico (Daesh, en árabe).
Un coronel estadounidense, James Steele, ayudante del bien conocido experto en el tema de origen estadounidense, John Negroponte, fue el encargado de tal preparación basado en sus “experiencias” en la década de los años 1960 en el entonces Vietnam del Sur o en Nicaragua con los denominados “contras.”
Negroponte nació en Londres en 1939 y desde hace buen tiempo y con doble nacionalidad, desempeña tareas como “enviado especial” de distintos gobiernos estadounidenses y “su huella” de experto quedó bien marcada en el Special Air Service (SAS), las fuerzas especiales del Reino Unido.
El SAS, cuyos hombres por supuesto son muy difíciles de identificar, estuvieron presentes y en algunos casos, se mantienen en Omán, Iraq, Afganistán o Kuwait y ahora son los principales entrenadores de efectivos de Daesh que mantienen ocupadas zonas en el sur de Siria, junto a la frontera con Israel y Jordania.
Esta vez, otro medio de comunicación del Reino Unido,The Times, afirmó que efectivos del SAS entrenaron a desertores sirios y los agruparon en un llamado Nuevo Ejército Sirio.
Un presunto portavoz de este “Nuevo Ejército Sirio”, Mahmoud al Saleh, ubicó y por natural estrategia no nombró, a miembros del SAS y de los servicios especiales de Estados Unidos, incluso fue más allá: “Nos ayudaron con la logística y además con la construcción de refugios seguros”.
Tales datos, también publicados en periódicos como Haaretz, de Israel, confirman de una u otra manera la presencia de efectivos de Daesh preparados por esos expertos, sobre todo alrededor de Damasco, la capital siria, y quienes trabajaron por buen tiempo en sistemas de infiltración, túneles de protección y métodos de sabotaje en todas sus formas.
En todos los casos, no hubo improvisaciones, pues se trabajó de conjunto para una red logística de apoyo para atacar y desarticular al movimiento palestino en zonas sirias fronterizas con Israel y hasta en campos de refugiados de esa nacionalidad, como Yarmuk, en los suburbios de Damasco.
Las aparentes pugnas en esa áreas entre Daesh y el Frente al Nusra no son para destruirse entre sí, sino para destrozar al movimiento palestino y el apoyo al Gobierno sirio y alentar una red de sabotajes y atentados que comprende de una u otra forma regiones cercanas al Líbano y a Damasco como las de Gutta, Jobar y Harasta.
Ahora los nombres claves en esta operaciones no se conocen de manera evidente, pero basta comprobar que fueron discípulos de personeros como John Negroponte y de funcionarios o elementos traidores a los ejércitos iraquí y sirio.
Comentario