Por: Ezequiel Beer
La aparición pública de Putin en una entrevista televisiva para un medio norteamericano fue una clase señal del advenimiento de un triunfo ruso. La estrategia defensiva europea de replegarse sobre la OTAN y los EE. UU. con un altísimo costo energético para países como Alemania, que desistió del más barato abastecimiento ruso y por ende de la explosión del fenómeno inflacionario, ha sobreelevado el conflicto social casi inédito en dicho país.
La desaceleración económica, sumada a un avanzado proceso de desindustrialización que atiende a los intereses norteamericanos, hace un fuerte hincapié en el resto de las economías del Viejo Continente. No obstante ello continúan con su agenda neoliberal y de impulso al libre comercio, pero en países de larga lucha política como Francia han logrado paralizarlo con movilizaciones agrícolas pocas veces vista. El supuesto «edén» no es tan así sin descontar la presencia gubernamental de la ultraderecha en Italia bajo el guante escondido estadounidense.
Las políticas de austeridad esparcidas ya hace décadas en el Reino Unido y la preferencia de una plaza financiera mundial hace de solo la región metropolitana de Londres su centro de acción dejando al resto de los condados a la buena de Dios. El extenso conflicto de Medio Oriente ha dado su punto de inflexión en octubre del año pasado ante la contraofensiva de Hamas lo que generó la explosión literal de las fuerzas militares israelíes sobre el territorio de Gaza que -sin ningún tipo de pudor- pretende una aniquilación total de su enemigo sin importar ninguna consecuencia humana.
Las sociedades mundiales se han manifestado altivamente en protesta lo que está revirtiendo la conciencia sobre el Holocausto ante imágenes y reportes que señalan el desarrollo de una barbarie. No obstante, de contar con uno de los ejércitos más sofisticados del mundo, todavía no se ha podido vencer al aguerrido grupo palestino islámico, que cuenta con el apoyo de otros países de la Región, tales como Irán. Sumado a la resistencia de Yemen que impide el tráfico de barcos que realicen operaciones con Israel, el contexto actual quizás sea aún mayor a los días de la Guerra de Yom Kippur.
Los intentos de secesión territorial por parte de varios estados de los EE. UU. pone en jaque su integridad política, pero su atraso militar ante las fuerzas rusas habla de su perdida concreta de liderazgo mundial. Ya el avance chino en materia de la Economía Mundial ha superado a su rival occidental, siendo un escenario posible al mediano plazo de una hegemonía oriental, lo que implicará numerosas transformaciones al resto de la Humanidad.
En este contexto y bajo la Presidencia de Javier Milei se trata de imponer una vieja agenda neoliberal bajo el yugo omnipresente de los intereses norteamericanos, por lo tanto, el conflicto argentino revierte consonancias de carácter mundial. Los acontecimientos de Medio Oriente y de la Argentina serán la llave premonitoria de un posible mundo por venir.
Buenos Aires, 10 de febrero 2024
Geógrafo de la Universidad de Buenos Aires y Analista Político
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