La “paz” de Trump en Ucrania frente a la “paz global” de Putin (y China): de Gaza a Irán

El saltimbanqui y próximo canciller alemán Friedrich Merz, ex funcionario del globalista gigabanco BlackRock [1] –que dirige el jázaro Larry Fink– obtuvo un ominoso presupuesto de un millón de millones (trillones en anglosajón) de euros para su “economía de guerra” contra Rusia [2], con el apoyo de los fariseos “verdes” que se embolsaron 100 000 euros del paquete, mientras Trump y Putin configuran el Nuevo Orden Mundial.

Después de 2 horas y 28 minutos de negociación telefónica con Putin (la más larga entre los líderes de Rusia y Estados Unidos), Trump comentó en su red Truth Social:
«Mi conversación telefónica de hoy con el presidente Putin, de Rusia, fue muy buena y productiva. Hemos acordado un alto al fuego inmediato en toda la energía y la infraestructura, con el entendimiento de que vamos a trabajar rápidamente para tener un alto el fuego completo (…) Muchos elementos de un contrato para la paz.» [3]

Al corte de caja de hoy, no se detecta mucho entusiasmo de la prensa anglosajona al respecto, mientras que los multimedia rusos son más prolijos.

Sputnik Mundo difunde algunos detalles de la llamada telefónica:
1) Interés mutuo de normalizar (¡megasic!) las relaciones entre ambos países;
2) el acuerdo de paz debe ser global (¡megasic!), sostenible y a largo plazo;
3) los esfuerzos conjuntos de Rusia y Estados Unidos para estabilizar (sic) la situación mundial contribuirán a mejorar el clima de las relaciones entre ambos países;
4) Kiev ha saboteado y violado repetidamente los acuerdos alcanzados;
5) se están creando grupos de expertos rusos y estadounidenses para trabajar en la consecución de un acuerdo sobre Ucrania (lo cual, a mi juicio, pasó a tercer plano ante la jerarquía apremiante de la paz global, en especial en el volcánico Medio Oriente), y
6) cooperación mutuamente benéfica en los sectores de la economía y la energía.

Russia Today expone:

1) “negociaciones sobre un alto al fuego y la paz comenzarán inmediatamente en Medio Oriente” (¡megasic!);
2) “negociaciones técnicas inmediatas sobre el alto al fuego marítimo (megasic) en el mar Negro” (https://bit.ly/4ixbpmD) –¿entrega Trump el estratégico puerto de Odesa a Putin?–;
3) “Putin respaldó la idea de Trump de una suspensión mutua de ataques a la infraestructura energética entre Rusia y Ucrania durante 30 días”.

Detecto hasta aquí un acuerdo global sobre el Nuevo Orden Mundial –inexorablemente tripolar con China–, en el que el contencioso de Ucrania es más sencillo de resolver –porque ya está definido en el campo de batalla–, mientras la verdadera negociación de Trump y Putin se asienta en el Medio Oriente: desde Gaza hasta Irán, en la placa tectónica del mar Rojo –donde están chocando Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel frente a Yemen-Irán– concomitante a la evolutiva dinámica del preponderante cuarteto regional: Israel (con sus 500 bombas nucleares) frente a Turquía, Irán y Pakistán (con sus 170 bombas nucleares).

A propósito, el connotado investigador galo Thierry Meyssan, director de Réseau Voltaire –ranqueado como el primer geopolítico a escala global [4]– conjetura en forma persuasiva que «después de la pacificación del conflicto ucraniano», Trump «atenderá la pacificación alrededor de Irán», y que «la prensa enfoca sus ojos en Palestina, pero es en torno a Irán que se juega la paz del Medio Oriente» [5]. Pero, ¿cómo no visibilizar la obscena orgía del genocidio en Gaza?

Global Times, rotativo del Partido Comunista Chino, en forma precavida insinúa que «varios detalles deben ser discutidos para un resultado sustancial» [6] y pone en relieve que Putin «pidió la suspensión de toda la entrega de armas a Ucrania durante todo el alto al fuego de Trump», lo cual colisiona con el descontrolado belicismo europeo.

El británico Daily Mail asevera que «los principales detalles de la charla [entre Trump y Putin] invocan un Nuevo Orden Mundial» [7].