Fuente: RT
El crecimiento militar de China ha generado una amplia gama de nuevos sistemas armamentísticos que han encendido las alarmas entre sus vecinos y Estados Unidos, con nuevos aviones caza de quinta generación como el J-20, y misiles como el ‘asesino de portaaviones’ DF-21D. A ellos se una toda una clase de capacidades y armas al alcance del Ejército Popular de Liberación de China que deberían causar igual o más preocupación entre sus potenciales enemigos.
Algunas de ellas son difíciles de detectar, mientras que otras, aunque pasan desapercibidas, quedan a la vista de todos.
Guerra espacial
El Ejército de Estados Unidos depende fuertemente de su espectro electromagnético, que es uno de los más poderosos del mundo. Gracias a la red de satélites militares de EE.UU., las fuerzas de ese país en todo el mundo pueden identificar sus propias posiciones, ubicar a sus enemigos con precisión, comunicarse y enviar datos a nivel mundial, manteniendo la conciencia situacional en cualquier parte del planeta, según señala ‘The National Interest’.
En resultado, China está motivada para desarrollar suscapacidades de guerra espacial, en concreto armas anti-satélite que podrían dejar literalmente sordas, ciegas y mudas a las fuerzas estadounidenses. China ha probado armas anti-satélite terrestres en dos ocasiones en 2007 y 2014. La estación espacial china de Tiangong, programada para entrar en funcionamiento en 2022, podría convertirse en parte de las capacidades del gigante asiático en el ámbito de la guerra espacial.
Capacidad de fabricación
China es la fábrica del mundo, donde se fabrican desde asadores hasta iPhones, que son, en particular, un dispositivo de alta tecnología que requiere métodos avanzados de producción, un estricto control de calidad, gestión eficiente y trabajadores capacitados. A finales de 2014, los fabricantes chinos habían establecido 100 líneas de producción manejadas por 200.000 trabajadores que producían la nimiedad de 540.000 iPhones al día.
Si China aplica su capacidad de producción en masa de componentes electrónicos en la industria de las armas, podría producir con rapidez misiles, vehículos aéreos no tripulados, armas pequeñas y equipo de comunicaciones, todo fabricado a una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial. Los sistemas más avanzados, tales como aviones, vehículos blindados e incluso barcos, llevarían, obviamente, más tiempo, pero incluso en ese nivel de complejidad se aplican los mismos principios.
Graduados Universitarios
En 2020, China espera contar con 195 millones de graduados universitarios sumándose a la fuerza laboral. Esta cifra contrasta con los datos de 1999, cuando sólo el 4% de los ciudadanos chinos en edad universitaria asistió a la universidad.
En un intento de capitalizar este superávit, el Ejército chino, está tratando de reclutar a graduados universitarios. A medida que el Ejército se hace más tecnológico, carreras en áreas como la ciencia y la ingeniería serán cada vez más útiles, e incluso necesarias para el cuerpo de oficiales de China.
Minas marinas
Durante la Guerra del Golfo de 1991, China se percató de la vulnerabilidad de la Marina de EE.UU. ante las minas iraquíes, que lograron como mínimo causar daños a un crucero acorazado y a un portahelicópteros anfibio.
Veinticinco años más tarde, el arsenal de minas chino, que oscila entre 50.000 y 100.000 unidades, sería un medio económico para realizar operaciones de negación de mar contra la Marina de Estados Unidos, que todavía se fundamenta en los mismos dragaminas envejecidos usados en 1991.
Las Fuerzas Especiales chinas
China ha experimentado un auge en sus fuerzas de operaciones especiales en las últimas dos décadas, lo que se refleja en una amplia gama de diferentes unidades distribuidas en todos los servicios. Entre 20.000 y 30.000 soldados de los 3,2 millones de tropas del Ejército sirven en unidades de operaciones especiales. El EPL tiene incluso una Academia de Fuerzas Especiales en la provincia de Guangzhou para preparar oficiales jóvenes para el servicio en las unidades superiores.
Comentario