Fuente: Red Voltaire
El viceministro sirio de Exteriores, Faisal Meqdad, reveló que las tropas del gobierno sirio encontraron municiones químicas de fabricación estadounidense y británica en varios bunkers construidos por los yihadistas.
«Todo el material especial hallado se compone de granadas de mano y de municiones para lanzagranadas cargadas con sustancias tóxicas CS y CN (…). Las municiones químicas fueron fabricadas por la empresa Federal Laboratories, en territorio de Estados Unidos, mientras que las sustancias tóxicas fueron fabricadas por las empresas Chemring Defence (Reino Unido) y NonLethal Technologies (Estados Unidos)», precisó el ministro sirio en una conferencia de prensa, el 16 de agosto de 2017.
Las 3 empresas mencionadas se especializan en la producción de gases para uso de las fuerzas del orden. La empresa estadounidense Federal Laboratories trabaja principalmente con las fuerzas armadas de Israel.
En virtud del Artículo 5 de la Convención que prohíbe el desarrollo, producción, almacenamiento y uso de armas químicas (CIAC), el uso de ese tipo de gases –aún suponiendo que se trate realmente de gases destinados a mantener el orden público– está prohibido en zonas de guerra.
La República Árabe Siria se acogió, el 14 de septiembre de 2013, a la convención que prohíbe las armas químicas, documento que Israel se niega a firmar.
Todo el arsenal químico de Siria fue posteriormente desmantelado, bajo la supervisión de Estados Unidos y Rusia. Desde entonces, Damasco ha reiterado su estricto respeto de esta convención, mientras que Washington –a pesar de haber supervisado la destrucción de todo el arsenal químico– acusa al gobierno sirio de utilizar ese tipo de armamento prohibido.
Durante los 5 últimos años, Washington, Londres y Tel Aviv organizaron la operación Timber Sycamore, el mayor tráfico de armas de la historia [1].
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