Fuente: Prensa Latina
Decenas de menores inmigrantes sin papeles conviven hoy con sus madres en centros de detención en Estados Unidos, según organizaciones comunitarias
Esta semana una madre inició una huelga en el centro de detención para familias inmigrantes de Berks, en Pensilvania, con el propósito de denunciar los abusos y exigir a las autoridades su libertad y la de sus hijos.
Ya no puedo más. Mi niño llora y dice que ya no quiere estar aquí. Él siente más el encierro porque su abuela está de visita en Maryland con visado de turista y quiere reunirse con ella, dijo una de las mujeres retenidas en una grabación difundida este jueves por la organización defensora de los derechos de los inmigrantes “Juntos”.
La detenida, quien prefirió guardar el anonimato por temor a represalias, dijo que es tratada injustamente desde que ingresó hace más de un año en el centro con su hijo de 9 años, que -según denuncia- tuvo varios problemas de salud y no ha recibido atención médica adecuada.
Fernanda Marroquin, miembro de la organización Migrant Power Movement, este trato “inhumano” llevó a las madres a declarase en huelga y negarse a completar las tareas que tienen asignadas en el centro de reclusión, gestionado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su siglas en inglés).
En abril varias madres enviaron una carta a las autoridades migratorias en la que denunciaron las condiciones en las que viven y exigir su liberación y de la de sus hijos, así como ser tratadas con respeto y dignidad.
Movimientos similares ya tuvieron lugar en cárceles migratorias de Karnes City, en Texas, donde varias féminas protagonizaran dos huelgas de hambre para llamar la atención sobre las condiciones que enfrentan con sus hijos y exigir su liberación.
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