Por: Pierre Khalaf
Fracasan intentos israelo-sauditas de desbloquear la Ghouta
El último intento desesperado de romper el asedio que el Ejército Árabe Sirio ha impuesto a la Ghouta oriental, al este de Damasco, es una operación montada de cabo a rabo por sauditas, estadounidenses e israelíes.
Miles de mercenarios sirios y extranjeros, provenientes principalmente de Jordania, se lanzaron a la ofensiva el 22 de noviembre. Su objetivo era recuperar la estratégica localidad de Oteiba –30 kilómetros al sudeste de la capital siria– que albergó el cuartel general de los rebeldes armados en la provincia de Damasco.
Según diversas fuentes, la ofensiva fue planificada por el puesto de mando común saudito-israelo-estadounidense instalado en Jordania, donde los mercenarios recibieron entrenamiento con instructores de la CIA, además del financiamiento garantizado por los petrodólares de los sauditas.
Gracias al uso de fotos satelitales, la columna penetró después en Siria a través de varias pistas que atraviesan el desierto. Mientras la columna se acercaba a la Ghouta oriental [La Ghouta es el cinturón agrícola que rodea la capital siria. NdlR.], los israelíes emprendieron una importante operación destinada a interferir las telecomunicaciones de las tropas del Ejército Árabe Sirio que defienden la región. Las unidades sirias se encontraron así sin contacto con su mando e incluso tuvieron graves problemas para comunicarse entre sí. Fue en ese momento cuando los mercenarios desataron el ataque mientras que los rebeldes cercados en la Ghouta oriental trataban, al mismo tiempo, de romper el cerco.
En total, unos 5 000 hombres se lanzaron al asalto de las posiciones del Ejército Árabe Sirio para tratar de romper el cerco en la Ghouta oriental. A pesar de su número, del armamento pesado proporcionado por Arabia Saudita y del respaldo logístico garantizado por los israelíes, los rebeldes sólo pudieron tomar algunas posiciones y puntos de control del ejército en 5 o 6 localidades, y eso con un costo de más de 300 muertos, cerca de la tercera parte de los cuales no son sirios.
Después de lograr estabilizar la línea del frente, el ejército regular sirio y el Ejército de Defensa Nacional [Milicia popular recientemente creada por el Estado sirio. NdlR.] lanzaron una contraofensiva para recuperar el terreno perdido e impedir que los mercenarios pudieran consolidar sus posiciones en los lugares donde habían logrado penetrar. A pesar de otras 2 ofensivas al principio de la semana, los rebeldes no lograron mejorar su situación.
Los expertos de todas las partes confirman el fracaso de esta «ofensiva israelo-saudita», cuyo objetivo militar era reconquistar la localidad de Oteiba. En el plano político, este ataque es una tentativa desesperada de los sauditas por mejorar la incómoda situación de sus agentes y colaboradores encargados de representar a la llamada oposición siria en la conferencia Ginebra 2, el 22 de enero de 2014.
Según fuentes bien informadas, Estados Unidos ha dado a los sauditas un plazo de 2 meses para que traten, por enésima vez, de modificar la correlación de fuerzas en el terreno. Histéricos, los sauditas ya ni siquiera disimulan su participación directa en la guerra contra Siria. Fuentes confiables afirman que son miles los extremistas sauditas que están combatiendo en las filas de los rebeldes. Muchos de ellos son miembros de al-Qaeda que estaban encarcelados en Arabia Saudita y que fueron liberados con la condición de que se fueran a luchar en Siria para «instaurar el califato islámico». Las mismas fuentes estiman en 300 la cantidad de sauditas muertos en las filas de los rebeldes, mientras que varias decenas fueron capturados por el Ejército Árabe Sirio.
En las dos últimas semanas también murieron numerosos sauditas en los combates registrados en la región de Qalamoun, en la frontera con el Líbano, donde el Ejército Árabe Sirio ha tomado las ciudades de Qara y de Deir Attiya, al igual que gran parte de la ciudad de Nabak. Entre los muertos sauditas estaba el llamado Mutlak al-Mutlak, hijo de un oficial de la guardia real saudita.
Hechos
- Los enfrentamientos se reanudaron el sábado en Trípoli [norte del Líbano] entre los barrios rivales de Bal el-Tebbané y Jabal Mohsen. Se reportaron intensos tiroteos entre ambos barrios. El ejército [libanés] desplegó numerosas fuerzas y respondió el fuego apuntando a los lugares de donde provenían los disparos. Según la Agencia Nacional de Información (ANI, agencia oficial), varias balas perdidas alcanzaron la calle Azmi, concurrida arteria de Trípoli. Al menos 14 personas murieron en los combates y una treintena resultaron heridas.
- El diario Al-Joumhouria reporta informes sobre una intensa campaña de reclutamiento en el campamento de Ain el-Heloué, adonde llegaron hace una semana 70 miembros de los movimientos takfiristas. Según los mismos informes, el ex cantante Fadel Charker estaría en ese campamento mientras que el jeque Ahmad al-Assir parece haber salido de allí hace alrededor de un mes hacia la región fronteriza siria de Qalamoun.
- El diario Al-Akhbar reporta que el multimillonario mexicano de origen libanés Carlos Slim se reunió el jueves con un grupo de eminentes hombres de negocios israelíes y con el jefe del Estado de Israel, quien se hallaba de visita en México. Durante el encuentro, Slim expresó gran interés sobre las posibilidades de inversiones en Israel.
- Citando un informe publicado por el ministerio del Interior de Turquía, el diario Zaman indica que unos 500 ciudadanos turcos cruzaron la frontera siria para combatir contra el régimen del presidente Bachar al-Assad en las filas de los grupos rebeldes extremistas del Frente al-Nusra y del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL), vinculados ambos a al-Qaeda. «Algunos recibieron entrenamiento en campamentos de al-Qaeda en Afganistán y Pakistán», agrega el informe. El ministerio registró además las muertes de 13 turcos que combatían junto a los miembros del Frente al-Nusra y de otros 75 ciudadanos turcos en Siria.
- La comisión líbano-iraní clausuró sus actividades, que se desarrollaron durante 2 días en Beirut. En esta ocasión, el embajador iraní Ghadanfar Rokon Abadi se reunió, encabezando una delegación, con el ministro de Energía y Agua Gebran Bassil. «Hay dos proyectos en marcha», indicó el señor Bassil, quien reconoció que la ejecución de ambos proyectos se ha visto retrasada «debido a las sanciones internacionales contra Irán» y a la demora a veces «provocada» por las partes libanesas. El primer proyecto es el aprovisionamiento de electricidad desde Irán «a precios preferenciales» para el Líbano. El segundo proyecto es la construcción de represas hidráulicas. Ese proyecto de gran envergadura, financiado por Irán, sería realizado localmente por una empresa iraní seleccionada mediante un proceso de licitación. En 2012 se firmó en Teherán un memorándum de entendimiento en el que se estipula que Irán abastecerá el Líbano, Siria e Irak en electricidad –1 000 megawatts para Irak y entre 200 y 300 megawatts para Siria y el Líbano.
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