Por: Christian Zampini
El senador ruso Konstantin Kosachev afirma que Washington perseguía desbaratar las pruebas del supuesto ataque químico perpetrado por el Ejército Sitio en Duma. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, dependiente de Naciones Unidas, había aprobado el despliegue de una misión de verificación en las instalaciones militares sirias que aún no había comenzado.
El jefe del Comité de Asuntos Exteriores de Rusia en el Parlamento Ruso, Konstantin Kosachev, afirma que los ataques perpetrados por una coalición liderada por los Estados Unidos contra Siria suponen “una flagrante violación del derecho internacional” y que tenían por único objetivo desbaratar la investigación que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas iba a iniciar de forma inminente.
Estaba previsto que una delegación de este organismo dependiente de Naciones Unidas comenzase hoy mismo las investigaciones sobre el supuesto ataque con armas químicas en Duma el pasado 7 de abril, que ha servido de pretexto así mismo para la operación militar.
Según Kosachev, “se trata de un más que probable intento de crear dificultades a la misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas que iba a comenzar su trabajo hoy, o incluso desbaratar la investigación”. “Lo que necesitamos no son emociones, sino hechos constatados por investigaciones profesionales de expertos militares trabajando en terreno”, sostiene.
“Es una flagrante violación del derecho internacional, un ataque a la soberanía de un estado sin ninguna razón, además de un intento para crear dificultades en Duma”, sostiene el senador ruso.
Las declaraciones de Kosachev no han sido las únicas expresiones de condena y rechazo al ataque que ha tenido lugar a lo largo de esta madrugada. Adrei Krasov, primer diputado del Comité para la Defensa de Rusia en la cámara baja del Parlamento, considera que se trata de un crimen de guerra. “Ha sido cometido por quién dio la orden de atacar con misiles y aquellos que llevaron a cabo directamente esta orden criminal”, afirma. “Estos actos criminales deberían ser condenados por toda la comunidad internacional porque han sido perpetrado sin la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, añadía en declaraciones esta mañana a la agencia de prensa RIA Novosti.
Por su parte, el senador Vladimir Dzhabarov ha declarado que Moscú exigirá un encuentro del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el ataque aéreo de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña sobre Siria.
Reacciones en el legislativo estadounidense
Las reacciones por parte de parlamentarios contrarios al ataque de esta madrugada no provienen en esta ocasión tan solo de Rusia. En los Estado Unidos, numerosos senadores y congresistas han manifestado abiertamente su oposición a la acción bélica y la actitud adoptada por el ejecutivo de Donald Trump.
La representante de California ante el Congreso de los Estados Unidos, la demócrata Barbara Lee, anunciaba su indignación ante el inicio de los ataques. “Con el bombardeo ilegal de Siria el presidente Trump ha negado una vez más al pueblo americano la supervisión o la responsabilidad en esta guerra interminable. Solo el Congreso, no el presidente, tiene el poder de autorizar una acción militar”, sostenía en un Tweet publicado esta madrugada.
Más grave para los propósitos de Trump, si cabe, es el rechazo manifestado por legisladores de su propio partido. Justin Amash, congresista del Partido Republicano del distrito de Michigan, sostiene que estos ataques son inconstitucionales, ilegales y temerarios. El representante republicano solicitaba un esfuerzo de ambos partidos politicos (un esfuerzo bipartisano en el argot político estadounidense) para detener este conflicto y criticaba la hipocresía del sistema bipartidista del país, por la escasa presencia de legisladores republicanos en la oposición al conflicto. 84 legisladores republicanos y demócratas exhortaron a Trump firmaron una resolución exhortando al presidente norteamericano a abstenerse de iniciar acciones militares unilaterales en Siria, de los cuales, indica Amash, tan solo 15 eran del Partido Republicano.
La declaración, sin embargo, resulta representativa de la situación en la política interna de los Estados Unidos. El ataque no carece únicamente de la aprobación de las Naciones Unidas a través de su Consejo de Seguridad, sino que ha pasado por alto la aprobación del propio legislativo estadounidense. Un gesto que parece no contar ya con la presión de unanimidad que solía revestir esta clase de acciones militares desde el inicio de la llamada “guerra contra el terror” por parte de George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Mientras en las calles de Nueva York y Washington se presencian manifestaciones contrarias a la guerra que representan el hastío de la población estadounidense ante las constantes aventuras militares de su país desde hace 15 años, el gobierno de Trump se verá en la difícil tesitura de sostener su política exterior con una firme oposición en el Congreso y el Senado.
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