Por: Gladys Martinez López
Hablamos con este periodista sobre el caos en Siria y la situación en la zona.
Patrick Cockburn (Cork, 1950), especialista en Oriente Próximo y corresponsal para The Independent, acaba de publicar La era de la yihad. El Estado Islámico y la guerra por Oriente Medio(Capitán Swing).
¿Cómo la guerra y ocupación de Iraq ayudaron al nacimiento del Estado Islámico (EI)?
Crearon el caos. El EI es hijo de la guerra, es un movimiento religioso, pero es también una máquina de guerra, y la gente que lo integra ha estado luchando durante años. Y es efectivo, porque la ideología y experiencia militar van juntas. Su gran oportunidad fue, primero, cuando la invasión estadounidense destruyó el Estado iraquí. Y tuvo su segunda oportunidad cuando la guerra de Siria empezó en 2011. Recuerdo políticos iraquíes en aquella época decirme que si la guerra en Siria seguía adelante se reiniciaría una guerra civil sectaria en Iraq entre suníes y chiíes.
¿En qué situación se encuentra ahora el EI? ¿Hay posibilidades de derrotarlo?
No hay duda de que el EI se está debilitando, ha perdido mucho terreno, ciudades, casi ha sido destruido en Iraq, ha perdido Tikrit, Ramadi, Faluya… Mosul es la única gran ciudad que conserva todavía, pero está siendo atacada. En Siria ha perdido Palmira y otros lugares. ¿Será destruido? Creo que el Estado Islámico como Estado, como una administración que controla una gran zona, probablemente será destruido, porque tiene muchos enemigos, aunque muy desunidos, desde Estados Unidos a Turquía, pasando por el Gobierno iraquí, los kurdos iraquíes, los kurdos sirios, el Gobierno sirio… Pero el EI como movimiento es mucho más difícil de destruir. Tiene muchísimos seguidores. Y también es muy hábil, no creo que luche hasta el último hombre en Mosul, porque no lo hicieron antes en lugares como Ramadi o Faluya; lucharon un tiempo y después se retiraron.
Tras el 11S, estaba claro ya en aquella época que el atentado venía de un solo país, Arabia Saudí
Usted ha escrito sobre el distinto tratamiento mediático de dos situaciones parecidas: las de las ciudades de Alepo y Mosul. La primera, asediada por Rusia y el Ejército sirio; la segunda, por EE UU y el Ejército iraquí…
Si “nuestros chicos” son los que atacan, entonces no sabremos realmente lo que está pasando en la ciudad. No sólo ocurre con Mosul. También Ramadi, que era una ciudad de 350.000 habitantes en el oeste de Iraq, el último año fue fuertemente bombardeada por los estadounidenses y la artillería iraquí y fue destruida al 80%. Pero se habló muy poco de ello en los medios internacionales.
Pero si miras al este de Alepo, hay una atención internacional e indignación tremenda. No digo que no debería haber indignación, pero no deberíamos sentirla sólo cuando ocurre a gente que supuestamente está en el lado occidental. Puedes decir lo mismo del bombardeo saudí sobre Yemen: recientemente bombardearon un funeral y mataron a 160 personas, pero en el bombardeo de Yemen la logística es manejada por los estadounidenses.
El EI está recibiendo financiación desde Estados aliados de EE UU como Arabia Saudí y Qatar, sin que el Gobierno de Obama y Hillary Clinton hayan dicho nada. ¿Por qué?
Hay dos razones. Una es que es muy difícil probar cómo se mueve ese dinero. Mi opinión es que sí, que los financian, quizá no como gobiernos, pero en lugares como Arabia Saudí no hay grandes diferencias entre gobiernos e individuos como los príncipes.
Es una pregunta más general. Tras el 11S, estaba claro ya en aquella época que el atentado venía de un solo país, Arabia Saudí: 15 de los 19 secuestradores eran saudíes, Osama Bin Laden era saudí, una investigación estadounidense mostró que el dinero usado venía de Arabia Saudí, pero los EE UU –y esto se aplica también a Francia, Gran Bretaña, España– no querían enfrentarse con sus tradicionales aliados en la zona: Arabia Saudí, Qatar, Turquía… o Pakistán, que era el principal apoyo de los talibanes. Así es que simulaban estar lanzando la guerra contra el terrorismo y persiguiendo a Al-Qaeda pero no querían ofender a los saudíes o los paquistaníes… Esto es imposible. Y la consecuencia fue obviamente esta guerra contra el terror completamente fracasada. En la época del 11S, Al-Qaeda era un movimiento muy pequeño. Al-Qaeda hoy en Siria tiene bastante poder. No siguieron el rastro del dinero porque no querían identificar a Arabia Saudí y a los demás con movimientos extremistas como el EI, Al Qaeda o Al-Nusra.
La guerra en Siria es mucho más que una guerra civil. Todas las grandes potencias están cumpliendo un papel en ella. ¿Qué se está jugando?
El problema es que no se trata de un solo juego. Hay muchos juegos. Los saudíes y los qataríes, que son rivales y apoyan diferentes grupos, quieren derrocar a Assad y que haya un gobierno islamista; los turcos quieren algo parecido. EE UU y los europeos occidentales quieren que Assad se vaya pero también que se vaya el EI, no quieren creer que haya que elegir entre el islamismo extremista y Assad, quieren creer que hay una especie de oposición moderada armada, pero nadie puede encontrarlos. David Cameron, el ex primer ministro británico, dijo que había 70.000 luchadores moderados, pero nadie sabe dónde están. Así es que quedan Assad o la oposición armada, principalmente yihadistas salafistas.
El pueblo siempre pierde…
Eso es verdad. No hay futuro mientras la guerra siga. Me parece que lo más importante es que hay 200.000 personas en las cárceles gubernamentales y habría que encontrar una manera de sacarlas; que hay entre cinco y seis millones de refugiados y lo más importante debería ser que puedan volver a sus hogares. Eso es más importante que deshacerse de Assad, algo que no va a pasar en cualquier caso.
¿Cuál es el papel de los kurdos?
Es diferente en el norte de Iraq que en Siria. Lo más sorprendente fueron los kurdos sirios al sur de la frontera turca. Después de 2012, cuando el Ejército sirio se retiró, crearon un Estado de facto que rápidamente construyó un potente Ejército paramilitar. Y pudieron hacerlo porque de hecho eran la rama siria del PKK, del Partido Democrático de los Trabajadores en Turquía, así es que tenían comandos y organizadores experimentados, y los recursos para construir esa especie de gran enclave en el noreste de Siria.
Es diferente en Iraq, con distintos movimientos de independencia: el Partido Democrático del Kurdistán dirigido por Masud Barzani, la Unión Patriótica del Kurdistán antes dirigida por Jalal Talabani. En cierto sentido la situación es una oportunidad para ellos. En Iraq los kurdos expandieron su área un 40%, pero también están preocupados porque saben que dependen en gran medida del apoyo internacional, y en particular del apoyo estadounidense, pero este apoyo sólo durará mientras los kurdos sean el aliado local contra el EI. Si éste es derrotado, los kurdos en Iraq y Siria probablemente ya no tendrán el apoyo de EE UU, así es que son vulnerables a un contraataque de Turquía o del Gobierno de Damasco o de Bagdad.
Si ‘nuestros chicos’ son los que atacan una ciudad, no sabremos realmente lo que está pasando en ella
En el Kurdistán sirio están experimentando el confederalismo democrático…
Sí, pero es muy difícil hacer esto en tiempo de guerra, porque no son particularmente populares entre la población local. La razón es que quieren reclutar a los jóvenes como soldados y las familias no quieren que sus hijos vayan a las fuerzas armadas porque los pueden matar. Ambos tienen razón. Si estás intentando sacar adelante un Estado en medio de una guerra necesitas reclutar soldados, pero puedes entender la resistencia local. Dicen que tienen esas instituciones democráticas, pero la verdad es que es un Estado dominado con bastante rigidez. En un estado de guerra se tiende a funcionar de una manera autoritaria.
¿No es Siria el escenario de una pequeña guerra fría entre Estados Unidos y Rusia?
Quizá una gran guerra fría. Estuvieron tratando de organizar un alto el fuego juntos pero fracasaron. Ahora en cierta medida son aliados, en cierta medida son rivales, y su rivalidad parece estar creciendo. El problema de Siria es que hay seis o siete crisis diferentes en una: fue un levantamiento popular contra un dictador pero rápidamente se convirtió en un levantamiento sectario de los árabes suníes contra las minorías, los cristianos, los alauitas, los drusos, los kurdos e incluso los suníes seculares. Es muy difícil desenredar los distintos elementos de esta crisis. Son los chiíes contra los suníes, pero también Irán contra Arabia Saudí, los árabes contra los kurdos, los kurdos contra los turcos, una guerra fría entre Rusia y EE UU…
No se está hablando de Israel en todo esto. ¿Está aprovechándose de la situación?
En cierta medida se benefician por eso, porque no son el foco de atención. Los Estados con los que han estado enfrentados como Siria están rotos o desintegrados. Por otro lado, a largo plazo pueden tener dificultades porque están viviendo en medio de una situación de anarquía, en la que cualquier cosa puede pasar, porque quién sabe quién será el próximo grupo que gobernará Siria. En cierta medida salen beneficiados, pero por otro lado el futuro es más difícil de predecir.
¿Cómo está afectando la situación en Oriente Medio al mundo?
Es un foco de diferentes crisis y hay una creciente crisis internacional entre Rusia y EE UU, pero también lo que está ocurriendo en Siria afecta lo que ocurre en Europa, porque provoca atentados terroristas en Francia y Bruselas y olas de inmigrantes que afectan las políticas en Alemania, Francia y probablemente al Brexit.
Y no hay signos de que la cosa vaya a mejorar. Las guerras empiezan pero no acaban, hay siete guerras entre Pakistán, el sur de Asia, Oriente Medio, el Norte de África. Hay grandes insurgencias en el sudeste de Turquía y otras partes. Esto crea caos, y las organizaciones del estilo de Al-Qaeda se benefician del caos.
Comentario