Fuente: Red Voltaire
Hace años que el periodista James O’Keffe (ver foto) realiza videos grabados con cámaras escondidas que registran los comentarios, más bien podría decirse las confesiones, de personalidades políticas sobre los escándalos de actualidad. Vinculado a la publicación electrónica Breibart y al presidente estadounidense Donald Trump, James O’Keffe acaba de realizar ahora una serie de 3 videos sobre el tratamiento informativo que está dando CNN a las presuntas injerencias rusas en la campaña presidencial estadounidense de 2016.
La primera parte de ese trabajo, transmitida el 26 de junio de 2017, muestra a un productor en jefe de CNN, John Bonifield, responsable de secuencias no políticas, diciendo que las acusaciones de colusión entre Rusia y el equipo de Donald Trump son sólo «estupideces» que se transmiten «para la audiencia».
En la segunda parte, que se transmitió el 28 de junio, puede verse al presentador de CNN Anthony Van Jones –ex colaborador de Barack Obama despedido de la Casa Blanca por haber puesto en duda públicamente la versión oficial de los atentados del 11 de septiembre– diciendo que todo ese asunto de la «injerencia rusa» es completamente absurdo.
La tercera parte, transmitida el 30 de junio, muestra al productor asociado de CNN Jimmy Carr declarando que el presidente Donald Trump es un enfermo mental y que sus electores son «estúpidos como la mierda».
CNN acusa al Project Veritas de James O’Keefe de haber sacado esas declaraciones de su contexto más general y sus colaboradores han tratado de restar importancia a las afirmaciones grabadas.
Pero la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, subrayó el carácter eminentemente escandaloso de las declaraciones reveladas y exhortó a los estadounidenses a que vean los videos para que puedan formarse su propia opinión al respecto.
La investigación sobre una posible injerencia rusa en la elección presidencial de Estados Unidos se ha convertido en una obsesión para la CNN, que ha mencionado ese tema más de 1 500 veces durante los 2 últimos meses.
El hecho es que hasta este momento absolutamente nadie ha aportado la menor prueba que respalde la acusación de CNN contra Moscú.
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