Por: Mijaíl Leóntiev
Miembro permanente del Club Izborsk, desde 2002 miembro del partido Rusia Unida, periodista y publicista, presentador del programa informativo y analítico Odnako y redactor general de la revistaOdnako, vicepresidente y director del departamento de información y publicidad de la corporación Rosneft.
La incapacidad de Estados Unidos para cumplir sus compromisos en Siria provocó de forma natural la explosión de la retórica antirusa en Europa: Rusia debe responder por todo lo que no cometió en Siria.
“Algunos grupos antimilitaristas no experimentan la debida sensación de horror. Pero yo sí quisiera ver manifestaciones ante la embajada rusa. ¿Dónde está ahora la coalición “¡Detengamos la guerra!” ¿Dónde está? Y ahora estoy convencido de que es asunto del gobierno encabezarla”, expresó el jefe de la cancillería británica Boris Johnson.
“¡Oh, si la reina fuese hombre, una buena paliza les hubiese dado a esos rusos! Si Inglaterra llegase a besarle los pies a Rusia, la reina no participará en ese acto.”
Reina Victoria, 1877.
He aquí el respeto británico a la tradición. Y la tradición política más arraigada es la rusofobia británica con sus 200 años. En aquellos tiempos, en vísperas de la Guerra Ruso-Turca, ellos culparon a Rusia de que los turcos mataran búlgaros. La típica provocación rusa. ¿Y nosotros qué? En 200 años ya deberíamos habernos acostumbrado.
Podría pensarse qué tiene que hacer en esto el presidente más grande en toda la historia de la República Francesa Francois Hollande. Este prominente político incluso ha puesto en duda la conveniencia del encuentro con Putin:
“Yo mismo me pregunto: ¿será útil? ¿Hace falta? ¿Podemos hacer algo más para obligarlo a detener lo que comete conjuntamente con el régimen sirio?”
Conjuntamente con el régimen sirio, Rusia es hoy por hoy el único Estado que lucha en Siria contra los terroristas, organizadores de los sangrientos actos de terrorismo perpetrados en París y Niza. Aún no se ha olvidado que entonces Hollande murmuró algo sobre emprender acciones conjuntas con Rusia. Pero los murmullos duraron hasta el primer grito de Washington.
Recuérdese que es precisamente Francia la que se encuentra en los orígenes del llamado Ejército Libre Sirio (ELS), fabricado de grupos de Al-Qaeda, reclutados por todo el Medio Oriente y financiados con el dinero de Qatar y de Arabia Saudita incluso antes del inicio de la guerra en Siria. Fue precisamente Francia quien declaró legítimo el Consejo Nacional Sirio, electo por nadie y que a nadie representa. Pero declaró al gobierno legítimo de Siria, un régimen sanguinario al que hay que derrocar. Recordemos que fue precisamente Francia la que por dos veces inició la guerra en su ex colonia de Siria: en 2012 en Homs, cuando envió miles de combatientes del ELS; y la segunda vez hoy.
“Inicialmente Francia, en el marco de la política de la dirección de Estados Unidos de mantenimiento del liderazgo mundial, decidió comenzar la guerra contra Libia y Siria. Posteriormente, cuando se alcanzó un acuerdo general de paz y redistribución de las funciones en el Medio Oriente entre Estados Unidos y Rusia, el 30 de junio de 2012 en Ginebra, Francia no aceptó ese acuerdo. El país emprendió medidas que llevaran a la reanudación de la guerra. Y eso sucedió”, comenta el periodista y politólogo francés Thierry Meyssan.
Si de los anteriores políticos franceses aún se podía sospechar de cierto juego independiente, incluso financiado por el dinero qatarí, es indiscutible que monsieur Hollande está libre de ese tipo de sospechas. Es más que cierto que él no sabe lo que hace, y es que saber no forma parte de sus obligaciones. Solo le toca cumplir órdenes.
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