El nuevo documental de Errol Morris, titulado Separated (Separados), que se considera un posible candidato a los premios Óscar al mejor documental, se hizo con la intención de compartirlo con el público antes de las elecciones presidenciales estadounidenses. El objetivo principal de la película es recordarle a la gente el cruel fiasco que fue la piedra angular de la política antiinmigración de la administración Trump durante su primera presidencia: separar por la fuerza a padres e hijos como medida disuasoria de la inmigración ilegal a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos.

Trump deja claro en un fragmento de entrevista mostrado en el documental que tenía todas las intenciones de reactivar esa política sádica si era reelegido. Mientras el desastre que provocó su primera administración sigue con nosotros. Según Separated, se estima que más de cuatro mil familias quedaron traumatizadas de por vida por la forma en que se separó y encarceló a los niños. Incluso los niños pequeños fueron a veces retenidos en jaulas literales durante meses antes de que la política fuera revocada debido a la protesta pública y a la eventual acción legal.

Pero todavía hay más de mil niños que nunca se han reunido con sus padres. Debido a que la política se estaba implementando de manera tan caótica, con separaciones que ocurrían a un ritmo tan rápido y en cantidades tan horribles, y a que se impedía deliberadamente el mantenimiento de registros, en algún momento se hizo casi imposible localizar a los padres de ciertos niños.

Como dice un empleado del gobierno que trabaja para la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, encargado de reunir a las familias: «Cuando le preguntas a un niño de dos años cómo se llama su madre, te responde: «Mamá»».

Finalmente la película tuvo un estreno muy limitado en cines, en Nueva York y Los Ángeles, sin proyectarte masivamente hasta su estreno en MSNBC el 9 de diciembre, más de un mes después de las elecciones. Según se informó, esta decisión se tomó «en parte porque los jefes de la NBC no querían ofender a Donald Trump».

En su momento, Morris dio a conocer en los medios de comunicación públicos sus quejas sobre esta política de estreno:

Esa [decisión] molestó a Morris, quien en una publicación en X sugirió que consideraciones políticas estaban detrás de esa fecha de emisión, escribiendo: «¿Por qué mi película no se está mostrando en NBC antes de las elecciones? No es una película partidista. Trata sobre una política que fue repugnante y no debería permitirse que vuelva a suceder. Saquen sus propias conclusiones».

El documental está basado en el libro de no ficción de 2020 Separated: Inside an American Tragedy (Separados: Dentro de una tragedia estadounidense), de uno de los propios reporteros de la NBC, Jacob Soboroff. NBC News Studios fue uno de los productores de la película y Soboroff fue productor ejecutivo. Aparece en la película, entrevistado por Morris, indicando la forma en que sus reportajes y los de otros corresponsales seleccionados se utilizaron cínicamente para aterrorizar aún más a los inmigrantes y presionar al Congreso para que apoyara esa política draconiana.

«El daño a los niños era parte del objetivo», Según Jonathan White, que resulta ser el más furioso de los funcionarios gubernamentales entrevistados. Su departamento, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, fue obligado a aplicar la política después de un interludio en 2017, cuando el programa para separar a los niños de sus padres se estaba llevando a cabo sin conocimiento público y sin siquiera carácter oficial. White afirma: «Ocurrió durante meses antes de que hubiera una política para hacerlo, y estaba sucediendo mientras mi propio liderazgo mantenía que no era así».

Morris acusa a ciertos actores clave de la administración Trump, que presumiblemente nunca habrían accedido a una entrevista. Uno de ellos es Kirstjen Nielsen, que se convirtió en jefa interina del Departamento de Seguridad Nacional cuando Elaine Duke fue destituida repentinamente. Como explica Duke durante una entrevista, con una sonrisa irónica, ella se parecía demasiado a un «tipo de persona de clase trabajadora» como para encajar con los nombramientos favoritos de Trump.

Morris muestra entonces una foto de Nielsen, rubia, elegante y delgadísima, que parece una presentadora de Fox News. Ella aporta interferencias en torno estas políticas repudiadas, mintiendo sobre ella en entrevistas públicas, argumentando que los niños están siendo separados de sus padres como algo natural cuando los padres son encarcelados por ser inmigrantes ilegales que infringen la ley. Nielsen argumenta que es lo de siempre, negando que separar deliberadamente a los niños de sus familias y encerrarlos en instalaciones lejos de sus padres sea el objetivo de la nueva política de disuasión a través de los huérfanos creados por el Estado.

Pero Morris consigue que un idiota despistado acepte una entrevista: Scott Lloyd, un títere de Trump nombrado para dirigir la Oficina de Reasentamiento de Refugiados mientras se implementaba la nueva política. Lloyd claramente nunca había visto una película de Errol Morris antes de aceptar la entrevista, y es un placer verle retorcerse cuando se enfrenta al famoso «Interratron» del director, una cámara especialmente diseñada que permite a los entrevistados ver el rostro de Morris, lo que les hace sentirse demasiado cómodos al principio y crea la impresión en el público de un mayor contacto visual y una participación directa en sus documentales. Lloyd tartamudea y se mueve en su asiento con creciente incomodidad bajo el interrogatorio de Morris cuando no se le permite salirse con la suya repitiendo las insulsas declaraciones de relaciones públicas para las que claramente fue contratado. White dice de su antiguo jefe: «Scott Lloyd es el abusador de niños más prolífico de la historia moderna de Estados Unidos».

El simple hecho de exponer la historia y el funcionamiento interno de esta atroz política y dejar clara la amenaza de su retorno le da a esta película un gran poder justiciero. Pero para aquellos familiarizados con la larga carrera de Morris en el cine documental, hay que admitir que muchas de sus estrategias características, que en su día fueron tan dinámicas y convincentes en Gates of Heaven (1978), Vernon, Florida (1981), The Thin Blue Line (1988), Fast, Cheap, & Out of Control (1997) y Mr. Death: The Rise and Fall of Fred A. Leuchter, Jr. (1999), se están volviendo rutinarias.

Por ejemplo, en los años 80 y 90, Morris resucitó las recreaciones escenificadas, que estaban prohibidas en los documentales de la era anterior del cine directo y el cine verité. Morris utilizó recreaciones de manera audaz y expresiva en películas como The Thin Blue Line, con el fin de transmitir la dificultad de llegar a la verdad y la necesidad de abrirse camino a través de un montón de mentiras interesadas para acercarse lo más posible a ella.

Pero en Separated, la ya familiar técnica de recreación se reduce a la poco imaginativa contratación de dos actores (Gabriela Cartol y Diego Armando Lara Lagunes) para interpretar a una madre y un niño representativos que huyen de Guatemala a Estados Unidos y se ven obligados a separarse bajo la nueva política de la administración Trump. En comparación con las espantosas imágenes de niños reales de pie, aturdidos, en jaulas desnudas y con mantas de papel de aluminio, o las grabaciones de audio de niños pequeños reales llorando histéricamente y siendo objeto de burlas por parte de sus guardias, entremezcladas con declaraciones insensibles de los secuaces de Trump, las escenas recurrentes que siguen el destino de una madre y un hijo ficticios tienen mucho menos impacto.

Separated cuenta con una música ominosa y gélida, al estilo de Philip Glass, compuesta por el escocés Paul Leonard-Morgan. Como siempre, el estilo de Morris es formalmente opulento, destacando deliberadamente su propia construcción, con un montaje hipnótico que enlaza los complejos hilos del reportaje y los teje en un argumento cinematográfico contundente. Quienes pretendan un cine documental supuestamente «neutral y objetivo» —o, mejor dicho, el estilo que mejor finge esa ilusión— deberían buscar en otra parte.

Pero incluso aunque el poder imaginativo de Morris como cineasta se esté volviendo rígido, la crudeza del tema es tan urgente que logra imponerse sobre la forma, cuyo ingenio ha caído en la repetición. Separated borra, aunque sea un poco, esa extraña amnesia que afecta a tantos, presionados por la acumulación de demasiadas tragedias en ráfagas concentradas. La película fue concebida para «interferir en las elecciones», si era posible, recordándole a los votantes una de las políticas más brutales de Trump, que él mismo prometió reinstaurar. En cambio, al postergar su estreno hasta diciembre, NBC probablemente haya incidido en las elecciones en el sentido opuesto.