Por: Roberto Chambi Calle
La República Bolivariana de Venezuela es la primera potencia mundial de petróleo, con más de 300,800 millones de barriles de reservas probadas: el estado caribeño flota sobre petróleo, eso sin contar las nuevas exploraciones, por lo tanto, es lógico que las ultraderechas capitalistas bajo la égida de EE.UU. quieran pulverizar a Nicolás Maduro Moros, un gobierno constitucionalmente elegido el 28 de julio del presente, con más del 51,2% de los votos frente al 44% de Edmundo Gonzales Urrutia y Cori
La ultraderecha internacional cínicamente y por enésima vez quiere eliminar al electo presidente de Venezuela, para apropiarse de su petróleo, ya lo ha hecho Inglaterra al hurtar 31 millones de toneladas de oro; así como EE.UU. se ha apropiado de sus empresas como la Citgo (Citgo Petroleum Corporation), la ha bloqueado por todos los flancos así como ha reconocido a Gonzales como presidente, en línea con el “ministerio de las colonias”, ya que el aún Secretario de la OEA, Luis Almagro, solicitará a la Corte Penal Internacional arresten a Maduro, por haber cometido un “baño de sangre”.
Las logias oligárquicas de la mano de sus alfiles, guarimberos y “comanditos” guiados por los opositores Edmundo Gonzales y María Corina Machado, —esta última que en su momento solicitó que EEUU intervenga militarmente su propio país e imponga sanciones— son quienes quieren entregar la soberanía de un pueblo al imperialismo decadente de Washington y Bruselas.
Corina Machado por estas y otras acciones como por ejemplo la del 2005, fue juzgada por su firma del “decreto Carmona” que convalidó el golpe de Estado en Venezuela del 10 de abril de 2002 o cuando recibió un subsidio de 53 mil dólares del Fondo Nacional para la Democracia, financiado por el Congreso de los Estados Unidos, Machado fue condenada a 28 años de prisión, no obstante de ello el Presidente en su entonces Hugo Chávez Frías, por la paz de Venezuela y la unidad de su pueblo la perdonó, imponiéndose desde el 2015 que no participe por 15 años en ningún cargo público, por lo mismo, ella no podía ser candidata, y es lógico que, quién viola la soberanía de su pueblo y su constitución —al pedir que sea intervenida militarmente— no participe en los comicios electorales, todo lo contrario, ella debería estar agradecida con Hugo Chávez por haber sido amnistiada, ya que en otros países, quien actúa de esta manera es sentenciada por años a la cárcel, por ejemplo en Francia con 30 o en Alemania con cadena perpetua.
La ultraderecha internacional en concomitancia con los opositores nacionales, repite el guion de fraude, la misma que ya es una costumbre cuando saben que van a perder: sin gana un candidato pro EE.UU., la elección es democrática y limpia, pero si gana uno que no es de agrado de Washington, hubo fraude y la elección debe ser anulada para repetir comicios.
En Bolivia el 2019 ocurrió lo mismo con la diferencia que en el país andino se derrocó al 1er Presidente Indígena Evo Morales Ayma, constitucionalmente elegido; hoy el guion se repite, pero la historia no.
Constitucionalmente, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela es el quinto poder del estado, la misma que tiene procedimientos cuya raigambre legal obedece a la soberanía de un pueblo, la cual la legitimó, por lo tanto: ¿Por qué esta institución debería rendir explicaciones a la OEA?
La injerencia obsecuente de la OEA hacia EEUU y las élites oligárquicas rompen los principios de la Carta de Naciones Unidas, y la normativa jurídica internacional en el marco de la soberanía de las naciones, ya que el órgano electoral venezolano ha demostrado que sus procedimientos son legales, así por ejemplo la transmisión de datos fácilmente es contrastada con las boletas impresas de los votantes, la existencia de actas, la presencia de los veedores internacionales, así como los resultados finales están siendo procesados aún, lo cual significa etapas y tiempos establecidos en las leyes y la constitución venezolana; no obstante de ello el Presidente electo Nicolás Maduro interpuso un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia para validar las elecciones, lo cual significa que los opositores deberán demostrar con pruebas sus alegaciones de “fraude”.
Pero la tozudez y actitud cretina de los ultraderechistas frente a la claridad de unas elecciones limpias se atreven a desafiar al pueblo bolivariano y el Estado de derecho, en aras de ello Venezuela tiene todos los mecanismos para hacer prevalecer la Constitución contra los enemigos; pues el ejército bolivariano y las milicias constitucionalmente establecidos, serán quienes hagan respetar las leyes, la soberanía y la autodeterminación de la nación caribeña.
Fue claro el mensaje de las FFAA bolivarianas cuando dijeron: “Estamos en presencia de un golpe de Estado fraguado por la derecha extremista y el imperialismo. Un golpe en marcha”; “¡Vamos a derrotar ese golpe de Estado!” (Vladimir Padrino ministro de Defensa) y si es que eso no bastara y EE.UU. la invadiera — como sueña machado y su clan —, no nos cabe la menor duda que Rusia, China o Irán, harán respetar la soberanía de Venezuela y los pueblos libres del mundo.
Roberto Chambi Calle es jurista, teólogo y analista en relaciones internacionales
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