Fuente: Terc3ra
La periodista canadiense Eva Bartlett afirma que, pese a los múltiples intentos norteamericanos de cambiar régimenes en diferentes países, todavía hay quienes creen que esta vez las intenciones de Washington son diferentes.
Partidarios de Nicolás Maduro en la ventana de la Embajada venezolana en Washington, EE.UU., el 13 de mayo de 2019. Carlos Barria / Reuters
Desde que Juan Guaidó se autoproclamó en enero como “presidente interino” de Venezuela, la retórica que emana de Washington se ha vuelto cada vez más familiar. De acuerdo con Eva Bartlett, periodista independiente y activista de derechos humanos canadiense, esta se hace eco del tipo de propaganda de guerra que ha utilizado repetidamente en naciones ricas en recursos, desde Irak hasta Libia y Siria.
Una receta para golpe de Estado
Según escribe Bartlett en un artículo de opiniónn para RT, “la receta para el cambio de régimen es sencilla”: demonizar a los que defienden el país; apoyar a una oposición violenta y blanquear sus crímenes; imponer sanciones y atacar las infraestructuras nacionales para crear condiciones insoportables; crear noticias falsas sobre asuntos humanitarios; e insistir en que la intervención es necesaria.
Asimismo, la activista muestra su sorpresa porque, a pesar de los múltiples intentos de Washington en el pasado por cambiar el régimen en diferentes países de América Latina, todavía hay quienes insisten en que esta vez las tácticas e intenciones de EE.UU. son diferentes.
“Venezuela no es Siria, dicen. Esta vez, argumentan, se trata realmente de un ‘régimen corrupto’ y de ‘derechos humanos’ o, en el caso de Venezuela, de una ‘crisis humanitaria’… como si EE.UU. alguna vez se hubiera preocupado por los intereses de algún pueblo“, critica Bartlett.
“Ignoran las sanciones asesinas de Occidente contra Venezuela y el apoyo a la ‘oposición’ violenta… que ha quemado a civiles vivos.
Los colectivos venezolanos, los nuevos ‘shabiha’
Antes de 2011, los medios corporativos occidentales tenían muchas cosas positivas que decir sobre el liderazgo de Siria, “elogiando al presidente Assad como un reformador de mentalidad abierta”, recuerda la periodista. “Pero cuando se inició la operación de cambio de régimen, el mandatario y sus aliados se convirtieron en los enemigos número uno”, recuerda Bartlett, que vivió varios años en Siria y la Franja de Gaza.
Tanto en Venezuela como en Siria, los presidentes Maduro y Assad fueron elegidos legítimamente y mantienen un amplio apoyo entre la población. Sin embargo, los medios y los occidentales consideran a ambos países como “dictaduras” y a sus mandatarios electos como ilegítimos, al mismo tiempo que “respaldan a títeres impopulares”.
Manifestantes protestan contra una intervención liderada por EE.UU. en Venezuela frente a la Casa Blanca, el 16 de marzo de 2019. / Eric Bardat / AFP
“Pero demonizar al Gobierno no es suficiente. Los partidarios del Gobierno también son convertidos en objetivos, o simplemente les hacen desaparecer”, asegura Bartlett, que también es autora de un blog titulado ‘In Gaza’. Asimismo, la periodista recuerda que en Siria los llamados ‘shabiha’ (milicianos progubernamentales) fueron a menudo representados por los medios occidentales como matones a sueldo de Assad.
“Los ‘shabiha’ de Venezuela son los colectivos, que son igualmente descritos como matones respaldados por el Gobierno y calificados como ‘terroristas’ por los matones reales de Estados Unidos. Estos colectivos son grupos de base de gente como educadores, feministas, pensionistas, agricultores o ambientalistas que se unen para brindar atención médica en sus comunidades, entre otras cosas, o en defensa de su nación”, resalta Bartlett.
Cualquier intervención de un país que no sea EE.UU. es “ilegal” en Siria o Venezuela
La periodista asegura que EE.UU. cree que solo “ellos tienen el derecho de intervenir en naciones soberanas, a pesar de que su intervención no invitada sea ilegal”.
Por este motivo, Washington ha amenazado a los aliados de Venezuela, entre ellos Cuba y Rusia, alegando sorprendentemente que Moscú estaba interviniendo en los asuntos del país bolivariano sin el consentimiento del Gobierno de Caracas, una afirmación que resulta desmentida por el acuerdo bilateral vigente entre Rusia y Venezuela.
Sin embargo, la hipócrita postura de EE.UU. no ha afectado la alianza entre estas dos naciones, según Bartlett, y Moscú ya ha anunciado su intención de crear una coalición de países en la ONU para contrarrestar una eventual invasión de Venezuela por parte de Washington.
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