La principal preocupación de la prensa antichavista no es la amenaza de censura, sino la posibilidad, que a veces se asoma cercana, de la discusión libre y democrática sobre cualquier asunto de interés público. Frente a esta posibilidad, la prensa antichavista reacciona con verdadero pavor, procurando reconducir los términos de la discusión al esquema resabido y preconcebido, y fuera del cual todo dejaría de tener sentido para el antichavismo: