La realidad venezolana nos muestra medio vaso lleno y medio vaso vacío. Una realidad que le deja un gustito muy amargo al movimiento bolivariano, pese a casi un centenar de diputados electos a la unicameral Asamblea Nacional de 165 miembros, y un sabor dulzón a una oposición que, entre otras cosas, deberá demostrar que eso de converger en una Mesa de Unidad Democrática es mucho más que un estado de ánimo coyuntural.