“…De la retórica inquisitorial del cardenal Bergoglio, que no pasó de ser apenas un ejercicio bélico con balas de fogueo a la impresentable defensa que ensayaron los principales referentes del macrismo ante el nuevo y decisivo tropiezo de su jefe; lo que volvió a quedar en evidencia es que la derecha está desconcertada y no sale de su asombro.”