Qué buen país sería Chile si mañana también siguiera interesándose por la suerte y los derechos negados de todos sus mineros, después del reality show mundial del rescate de los 33 mineros de la mina de cobre San José, en aquel norte donde lo que no es desierto es cobre. Qué maravilla de país sería Chile si ese ondear de banderas y esa logorrea patriótica no fuese pura propaganda y no fuese también una máquina del olvido.